La pobreza energética es una mueca para demostrarnos a las claras la inconsistencia de nuestra civilización.
La semana en la que nos encontramos, dedicada en Europa a la Pobreza energética, sirve para poco o para mucho, según se mire. Pasará, y apenas dejará una pequeña luz de las muchas pobrezas que las personas sufren; quizás se extinga demasiado pronto. Pasará, y es posible que además quede el recuerdo de una esperanza de algunos que luchan para hacer visibles los despistes humanos y alzar la voz contra los depredadores económicos. Si quiere estar más al día aproveche el material elaborado por el CDAMA.
A veces, la verdad se convierte en un concepto ambiguo, anegada por un torrente de estúpida felicidad
Junto al evidente progreso en la consecución de los objetivos del milenio ODM, se debe reconocer que no se han alcanzado muchas de las metas propuestas. Se progresa en la paridad educativa, niños y niñas acuden a las aulas, pero se falla en la universalidad: 50 millones de niños y niñas no acuden a la escuela porque no tienen o no les dejan. Podríamos seguir con más asuntos como que la progresión en la reducción de la pobreza y el acceso al agua potable de calidad distan mucho de generar satisfacción. Lo mejor es congratularse por lo conseguido para coger fuerzas para abordar lo mucho que todavía queda por hacer.
Educación para todos. Una apuesta que demuestra a las claras la fragilidad de nuestro tiempo
Los 50 millones de niños -la mitad aproximadamente vive en países afectados por conflictos- carecerán de destrezas suficientes para generar esperanzas a sus familias y sociedades cuando sean mayores –desde el año 2000 solamente ha disminuido un 1% el número de adultos analfabetos en el mundo-. En muchos países más de una cuarta parte de los maestros no han recibido formación específica para enseñar. ¿Cuánto tiempo nos costará no dejar a nadie rezagado en la competición que es la vida? ¿En qué medida somos responsables los países ricos? Una sugerencia para el debate mundial, también en nuestras casas y centros de enseñanza.
El tiempo de los niños con cáncer se mide en esperanzas, a veces con tímidos escalofríos que estremecen
Ayer se recordó que unos 1.500 niños españoles padecen cáncer, que todas sus familias también lo sufren. Pero también sirvió para subrayar que el índice de supervivencia a esta enfermedad en los más pequeños es cada vez más alto, situándose la tasa a cinco años en un 75%. Es difícil entender que uno tenga que hacer frente a retos extraordinarios para sobrevivir mientras otros disfrutan de una vida sin sobresaltos. Solo se puede sobrellevar con el apoyo de la “tribu”: más educación social, mucha más investigación y mejor sanidad pública son los mejores antídotos para derrotarlo.
Un mar de plásticos, para nada una metáfora. La realidad pura y dura, como un puñetazo en la cara.
Una entelequia de civilización, aquella que por definición no se perfecciona. Nos hubiera regañado Aristóteles. Lo dicen los casi cinco millones de toneladas de plástico que llegan anualmente a los océanos. Podrían ser 50 al año en la próxima década si no se mejoran las prácticas internacionales de gestión de basura. A este paso va a ser “la civilización” la que se convierta en metáfora. Para quienes no se lo crean aquí tienen un documental.
La ética es algo así como los astros; aunque esté lejos alumbra. Nunca quieta, da vueltas y más vueltas, tantas que a veces se oculta.
Hoy se cumplen 451 años del nacimiento de Galileo Galilei. Empeñado en entender el mensaje de los astros, afirmó que el sistema heliocéntrico de Copérnico regía su viaje por el Universo. La férrea moral religiosa de entonces venció a su conciencia ética; le obligó a abjurar de semejantes ideas. Pero nos dejó una máquina para elevar agua, un termoscopio, el sincronismo del péndulo y muchas cosas más.
El rescate de la juventud necesaria. Una muestra de esperanza capturada en el laberinto de la desilusión
La juventud es España (16-29 años) soporta un paro superior al 42,4% según un estudio realizado por los doctores Sorando y de Marco para el Instituto de la Juventud (INJUVE). Los jóvenes huyen, sobre todo los universitarios. Si se mantuviera esta tendencia, España tiraría el equivalente al 3,4% de su PIB en inversión en educación universitaria en 10 años, que iría a parar a los países receptores de inmigrantes. La situación es reversible, dice el informe.
Lo nuclear de la vida es que la verdad y las mentiras viajan juntas, diría Esopo.
La gestión de los residuos radiactivos es un mundo de oscuridades. La aprobación de la ubicación del Almacén Temporal Centralizado (ATC), previsto en Villar de Cañas (Cuenca) en diciembre de 2011 estuvo llena de ocultaciones. Greenpeace interpuso un recurso que fue desestimado por el Tribunal Supremo. Ahora resulta que los suelos no son aptos, o que la obra plantea problemas. No lo sabremos nunca. A un mentiroso nadie lo cree, aunque una vez diga la verdad. Ya está preparado Esopo para escribir la segunda parte de “Pedro y el lobo”.
La gente da por supuesto que vive segura, o tiene miedo a preguntárselo. Cuando sucede la catástrofe, el ambiente se llena de funestos presagios.
La reciente explosión y las consiguientes emanaciones tóxicas de una industria barcelonesa han puesto de manifiesto el riesgo vital que supone congeniar seguridad de la población y actividad industrial potencialmente peligrosa. Por esta vez se ha resuelto sin demasiados costes humanos y ambientales. Pero, ¿estamos preparados para solventar situaciones más complejas? Solamente a título de anecdotario: Minamata en Japón (1932), Seveso (1976), Bhopal en India (1984), Chernóbyl (1986), Al-Mishraq en Iraq (2003), etc.
Se inventarán ríos nuevos, limarán montañas. ¡Qué osados! Diría Averroes si los viera.
La natural preocupación de los afectados por la últimas inundaciones y nevadas ha llevado a los políticos aragoneses a afirmaciones ciertamente esperpénticas. La remodelación integral de un gran río de régimen mediterráneo es técnicamente imposible, jurídicamente cuestionable, económicamente un despilfarro y ecológicamente una auténtica barbaridad. Caben otras soluciones parciales, sin olvidar que donde hay ríos siempre habrá inundaciones. La naturaleza hablará, por más que el género humano no la escuche. Lo hubiera dicho Víctor Hugo de haber estado entre nosotros.
Los hambrientos le sobran al mercantilismo del siglo XXI. ¿Qué hacer para que encuentren el camino de la dignidad?
Conseguir una justicia alimentaria global debería ser uno de los principales retos de la humanidad. El tiempo y espacio se alían para retrasar este reto. El mercantilismo feroz actual juega con las ilusiones: trastoca el ritmo del tiempo y agranda o encoge los espacios. El Reto del Hambre Cero que promueve la ONU, apoyada por muchas ONG, no debe ser una quimera, sino una esperanza para encontrar el camino de la dignidad, de los hambrientos y de los saciados.
La pesadumbre en la que viven los bosques del mundo es la metáfora de nuestra existencia. Nadie se hace cargo del largo plazo
La pesadumbre se apoya en el hecho de que el 50% de las selvas tropicales del planeta han sucumbido por la tala de árboles para exportar su madera o abrir claros para plantar soja o que paste el ganado. De lo que queda sin esquilmar, más de la mitad está muy degradado. La pesadumbre de nuestra existencia conjunta es que se sabe quienes son los responsables y las medidas para evitarlo según demuestra el Programa Global de la Cubierta Forestal (GCP).
La educación verdadera necesita el compromiso ético de la ciudadanía
Mientras desciende el número de profesores en la enseñanza pública -la que siempre se ha distinguido por generar igualdades-, a la vez que la educación es visible solamente cuando se utiliza como campo de batalla para medir fuerzas políticas, los ciudadanos callan. Los pudientes porque suponen que no les afecta, los desfavorecidos porque no tienen voz y se ven superados por otras preocupaciones. Reclamamos el papel activo de la comunidad para deliberar sobre la justicia y la injusticia educativas.
La pobreza no se ve fuera de las personas que la sufren; si las estadísticas nunca dejan de ser un número
En España casi 13 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social; casi uno de cada tres ciudadanos (el 27,3% de la población). Los datos corresponden a 2013 y los ha presentado este martes la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, que ha hecho público hoy un informe sobre la evolución de la vulnerabilidad social entre los años 2009 y 2013. Algunos seguirán negando que haya pobreza en España.
Me pareció oír Educación, me volví. No hablaban de mí. ¡Cuánto dicen los silencios cómplices!
En el runrún político que nos atosiga estos días en España, nos ensordecen palabras cargadas de logros económicos y pobrezas inducidas, de privilegios de unos pocos y miserias de otros, de devolver el poder al pueblo, tanto tiempo olvidado. Falta hablar de Educación, del necesario encuentro político -otros lo llaman pacto- para hacer realidad el despegue social y devolver el poder al pueblo. Tampoco los medios de comunicación nombran este objetivo siempre pendiente. ¿Se habrán puesto de acuerdo todos para mantener un educado silencio?