Sociedad

El «black friday» elimina la sostenibilidad. ¿Y en Gaza?

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Un poco fuerte empezar así, pero es necesario saber que nuestro corazón consumidor no escucha los razonamientos del pensamiento lógico, ese que combina la vida con la actividad cerebral. Bien sabemos que ambos necesitan de vez en cuando un relajo, que la vida ya es bastante compleja para estar recriminándonos siempre lo que hacemos mal; incluido quien esto escribe. Pero notarán que esta entrada va después de los días de la invasión consumista. Tiene sentido pensarlo de cerca para construir conocimiento y pensamiento. Nos queda suficiente tiempo por delante hasta el siguiente día de la batalla del consumo.

Hemos puesto en el título de esta entrada elimina porque hay gente que hace buenos propósitos durante todo el año. Pero al final cae en la red luminosa que nos llama por todos los rincones del mundo real y virtual a ser más felices consumiendo. Y para eso no hay nada como llamaradas de luz que nos atraen como las farolas hacen con las efémeras.

Tampoco los ayuntamientos nos lo ponen fácil. Compiten por ver cuál es el que más luces y antes enciende con la excusa de la navidad. Animan al consumo con sus derroches de luz navideña, que a este paso será de encendido permanente. ¿Tendrá algo que ver esa estrella -más bien sería un recuerdo del cometa Halley, pero Giotto di Bondoni la llevó a un cuadro en 1305 y desde entonces las estrellas de Belén tiene cola y cinco puntas?- Dicen (San Mateo) que guiaba a los Magos de Oriente en su travesía por Oriente Medio hasta llegar a Belén. Luz y Navidad; no lo había pensado hasta ahora pero parecer ser que Halley estaba por ahí cuando nació Jesús. Es más, he leído en un periódico un titular que decía: el encendido de luces da la bienvenida a la Navidad. ¡Será a la consumista porque a la otra con alumbrar el día 24-25 sería suficiente!


La estrella (cometa) de Belén también se ha posado en la entrada del Parque José A. Labordeta de Zaragoza. Por cierto, el Ayuntamiento de la capital aragonesa ha invertido de media en iluminarse en los últimos cinco años casi cuatro veces más que lo que se gastó en las casi dos décadas anteriores en estos adornos (Heraldo de Aragón, 3-12-2023).

¿No hay mayor sinsuntancia municipal que competir por ver qué ciudad enciende las luces antes? Leí no sé dónde que sus ediles demuestran su necedad con actos llamativos que dejan en oscuridad el sentido común en la gestión de lo público. Máxime este año que los alumbrado masivos han coincidido con la celebración de la COP28 por el Clima en Dubái. Pero a la vez la política florero les da votos.

Pero también hay cordura empresarial. Una entrada del Periódico de Aragón recogía que los comercios sostenibles plantaban cara al «black friday», ese negro día. Lo defiende la gente de The Circular Project. También Oxfam-Intermon, que hasta los guía a la meta del consumo sostenible en general. ¡Ah! No se dejen engañar por las escaparelas de sostenible que se han colocado bancos, grandes empresas contaminantes, etc. Las vemos apagando el cambio climático (un planeta en llamas) con una manguera que lanza combustibles fósiles, como acusó António Guterres en la COP28. 

P.D.: Desde aquí me pregunto de las luces humanitarias que tanta falta hacen en Gaza. Solo les quedan las estrellas, oscurecidas sin duda por las explosiones y bombardeos. ¿Qué pensarán los niños y adultos al mirar nuestros comportamientos en las redes o televisiones? Solo envidia, o algo más fuerte. Allí lo único que se celebra cada mañana es despertar ese día, y a la noche contar uno más vivido.

 

Cómo va el seguimiento de la acción climática

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En unos días comienza la Conferencia del Clima COP28 en Dubái. Veremos los compromisos que trae y si estos se cumplen. Algo, más bien poco por lo visto hasta ahora, se avanzará pero siempre iremos con retraso en el asunto vital de la descarbonización. 

Pero vayamos por partes. Un reciente artículo de WRI -nos atrevemos a copiar una parte del informe textualmente por la trascendencia que tiene resolver estos interrogantes- se hacía tres preguntas fundamentales dirigidas a la ciencia pero también a la ciudadanía a pequeña y gran escala.

  • ¿Están implementando los países soluciones climáticas de manera efectiva dado que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)  siguen aumentando? 
  • ¿Dónde está avanzando el mundo lo suficiente para superar la crisis climática y dónde se están quedando cortos los líderes? 
  • ¿Qué pasos específicos pueden encaminarnos en la correcta dirección?

Para responder a estas preguntas se elaboran los informes científicos que surgen tras laboriosas investigaciones. El  informe Estado de la acción climática 2023  no se queda en el análisis del pasado. Ofrece caminos hacia el futuro en forma de una hoja de ruta integral de lo que se necesita para llegar sin desahogos a 2030 y 2050; o lo que es lo mismo, para limitar el calentamiento a 1,5-¿2? grados. Alguien se seguirá preguntando por qué esa cifra. Es el límite que los científicos dicen que es necesario para prevenir impactos cada vez más devastadores e irreversibles del cambio climático. Recuerda los compromisos del Acuerdo de París. Para lograrlos establece los objetivos específicos que cada sector más implicado deberá alcanzar. Pero además obliga a recordar en qué punto se encuentra el mundo en cada sector. Vamos a enumerar simplemente los epígrafes. Quien desee ampliar la visión puede acudir al informe referenciado:

  • La ampliación mundial de las fuentes de energía sin emisiones de carbono avanza rápidamente, pero no la eliminación gradual de los combustibles fósiles en la generación de electricidad.
  • Los cambios hacia modos de transporte más sostenibles, como la bicicleta, aún no han cobrado fuerza, pero las ventas de automóviles eléctricos de pasajeros están despegando.
  • Después de aumentar durante décadas, las emisiones de GEI de los edificios se han estabilizado, pero los niveles actuales deben desacelerarse significativamente.
  • Aunque el progreso en la descarbonización del acero y el cemento se ha estancado en gran medida, acontecimientos recientes sugieren que la marea podría cambiar pronto.
  • La conservación de bosques, turberas y manglares genera enormes beneficios climáticos a costos relativamente bajos; sin embargo, los esfuerzos para proteger y restaurar estos ecosistemas siguen peligrosamente desviados.
  • Un progreso mediocre corre el riesgo de dejar fuera de alcance la mayoría de los objetivos alimentarios y agrícolas.
  • Los enfoques tecnológicos de eliminación de carbono hoy secuestran menos del 1% de la cantidad necesaria en 2030, pero el impulso detrás de ellos está creciendo rápidamente.
  • La financiación climática, especialmente en los países en desarrollo, palidece en comparación con las necesidades estimadas, mientras que la financiación pública para seguir con los combustibles fósiles está aumentando.

Incluye una apostilla final:

Los líderes mundiales deben reconocer el ritmo en gran medida lento de la acción climática hasta la fecha y trazar un camino a seguir que aproveche los puntos brillantes de hoy. Este momento (CP28) debería servir como trampolín para acelerar las acciones destinadas a mitigar el cambio climático, incluida la eliminación gradual equitativa de los combustibles fósiles y el aumento de las energías renovables; la transformación del sector alimentario y agrícola al tiempo que se detiene y revierte la deforestación; el aumento y cambio de las finanzas, sin olvidar las centradas en mejorar la adaptación y responder a pérdidas y daños.

Otros portales como el Pacto Mundial hablan de que la Cumbre del Clima 2023 reúne grandes expectativas. Leer aquí.

P.D.: Gaza no queda lejos de Dubái. ¿Hablarán los altos mandamases de los dineros petroleros de la imprescindible tregua indefinida -no cuatro días- para que el cambio climático no se acelere y mine las expectativas de la humanidad global?

El olvido que ya son los gazatíes es nuestro

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Casi nadie habla ya de la masacre de Gaza, ni de los destrozos en los hospitales, ni del riesgo de morir del hambre de miles de niños y adultos. Los medios de información ya no la consideran noticia de primera plana; en muchos informativos ni se cita y si se hace tiene el formato de anécdota. Contemos cada uno de nosotros las ocasiones en las que lo ha comentado con amigos o familiares a lo largo de la última semana.

UNRWA (Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina), como otras organizaciones humanitarias no lo ha olvidado. Me dicen que casi todos los días atienden en sus centros sanitarios a unas 10 000 personas; una media 180 mujeres dan a luz cada día; vacunan a los niños y las niñas; que desde el 7 de octubre han procurado atención psicológica a 41.700 personas.

No solo eso. Casi 1,6 millones de personas han sido desplazadas en toda la franja de Gaza desde el 7 de octubre. Casi 830.000 personas desplazadas se encuentran ahora refugiadas en 154 instalaciones de UNRWA. El hambre empieza a matar a mucha gente.

No solo eso. Otras muchas organizaciones humanitarias y algunos países denuncian la masacre y piden un alto el fuego. Entre ellos, sin hacer mucho ruido, España y el Alto Represente de la UE Josep Borrell ha pedido un cese inmediato de la masacre. Pero el ejército de Israel, ¿sostenido y animado por quién?, sigue matando sin piedad en escuelas de la ONU -Elvira Lindo la ha identificado con una guerra contra la infancia– y destruyendo hospitales como Al Shifa, el peor magnicidio que puede haber: ahí donde alguien que acude a ser sanado encuentra la muerte por estar ahí. De hecho, la OMS  denuncia más de 230 ataques a la atención sanitaria Palestina.

Palestinian News & Information Agency (Wafa) in contract with APAimages (11-11-2023)

No solo eso. ¡No olvidemos que la guerra Israel-Hamás sigue! Qué acabe esta guerra; qué cesen los sangrientos ataques israelíes; qué sean liberados por Hamás los israelíes presos; que el primer ministro israelí escuche a las familias de los olvidados secuestrados que le piden parar la guerra y negociar su liberación.

No solo eso. Muchas personas nos resistimos a permanecer impasibles ante este holocausto. ¡Qué sea devuelta la dignidad a tantas personas que sufren! Para algunas ya es imposible. Porque la muerte llegó demasiado pronto. Si los vivos ya transitan en el olvido (sin comida, sin educación o enfermos), qué será de los muertos. ¿Contará la Historia con el olvido este holocausto y los silencios de la comunidad internacional en 2050 por ejemplo? Necesitaremos más de un Abad Falciolince que nos novele «el olvido que ya son (somos) y serán (seremos)».

Después de cada guerra… de Wislawa Szymborska (Nobel de Literatura 1996)

Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas,
digo yo.Alguien debe echar los escombros
a la cuneta
para que puedan pasar
los carros llenos de cadáveres.Alguien debe meterse
entre el barro, las cenizas,
los muelles de los sofás,
las astillas de cristal
y los trapos sangrientos.Alguien tiene que arrastrar una viga
para apuntalar un muro,
alguien poner un vidrio en la ventana
y la puerta en sus goznes.Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra.

¿Quiénes serán esos alguien de los que habla la poeta?

¿Salvar al Planeta? No, salvarnos nosotros y todas las criaturas

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Hay una frase que se escucha a menudo hasta en la publicidad de los coches o en la propaganda de las energéticas: debemos salvar al Planeta. Quien la pronuncia de manera bienintencionada puede que piense en un ente vivo que ha entrado en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) porque sus constantes vitales están muy deterioradas. El sistema Planeta es una conjunción de partes físicas (geológicas, hidrológicas, climáticas, etc.) que conviven en interacción permanente con los seres vivos, entre ellos las personas. Intuyo que será por eso que se acuñó la frase que liga todo: las personas somos las mayores causantes de que la Tierra esté en peligro y, por tanto, debemos salvarla, o al menos ir actuando, para que sus males mejoren y pueda salir de la UCI.

Sepamos que, de por sí, el Planeta «vive» desde hace miles de millones de años en una entropía permanente. Pero ahora ha entrado en una incógnita fase: el Antropoceno.

Sabemos que si hay mejoras en sus variables vitales, la «salvación no ocurrirá solamente con desearla», no acabaremos la faena pasados unos días, ni varios años. Pero debemos actuar ya, como si el fin del Planeta como lo conocemos tuviese escrita su fecha de caducidad. Circunstancia que ya acontece en algunos sitios engullidos por la subida de los mares, en lugares en donde la contaminación es el gotero químico que mata, en países en los cuales la sequía está borrando casi su nombre. Otros a los que se les podía llamar Sáhara (desierto en árabe). Hay lugares en donde los ríos han dejado de ser corrientes de agua (el río Negro en la Amazonía), y un etcétera enorme.

El Periódico traía una infografía muy trabajada para explicar, sintetizando mucho, lo que hay detrás de su «Misión: Salvar al Planeta«. Se merece una visita pausada. Después seguro que mueve la corriente salvadora de todas las criaturas. Ojalá podamos celebrar ese día en el que se le dé el alta hospitalaria al Planeta y la biodiversidad que sostiene.

El País recoge los resultados de una reunión internacional (Tiempo de crisis, tiempo de cambios) en un artículo con buenas dosis de esperanza si alguien quiere movilizarse: Por fin sabemos cómo salvar al Planeta, pero hay que tomar partido.

¡Basta ya de escondernos detrás de la inconsciencia o de la incredulidad!

Los Santos inocentes en la guerra Israel-Hamás

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Los Santos Inocentes

Como los inocentes a los que Herodes ordenó matar, hoy miles de niños mueren y sufren bajo las bombas en la guerra entre Hamás e Israel. No debemos guardar silencio.

Heraldo de Aragón (10 Nov 2023)

Otoño de 2023. Las armas hablan en Palestina e Israel. Han transcurrido más de dos mil años desde que Herodes I el Grande ordenó ejecutar a todos los niños menores de 2 años de su entorno. Creía en la profecía de Miqueas, que decía que un niño nacido en Belén sería rey de los judíos, el mesías esperado. Este detalle solamente lo cita Mateo entre los evangelistas.

Cuenta la leyenda que el malvado personaje se sintió engañado por los Magos de Oriente, que debían indicarle el lugar exacto del nacimiento del Mesías. Se dice que un ángel se apareció en sueños a José, le dijo que se levantase, se marchase con la familia a Egipto y se quedase allí hasta nuevo aviso, porque Herodes intentaría acabar con el niño. La inquina hacia uno solo se convirtió en la mencionada matanza de inocentes que sostiene la leyenda. La iglesia cristiana la hizo suya y los convirtió en santos. Los recuerda el 28 de diciembre; un día que se presta a hacer inocentadas, siempre benevolentes. No cabe celebrar así la actual masacre israelí de los niños palestinos.

Lo de ahora no es leyenda. Inocentes niños y niñas palestinos: unos ya han muerto; otros sufren heridas, un lastre para toda su vida. Inocentes niños israelíes: muertos, heridos, desplazados o viviendo en temores y miedos permanentes. Unos y otros resultarán damnificados mentalmente. Puede que de mayores siempre busquen una intención compensatoria de los desmanes vistos o sufridos.

Si realmente ocurrió, aquella matanza tuvo un alcance limitado; no como esta de ahora, que es indiscriminada y se lleva por delante la vida entera –física y mental– de todos los niños y niñas que viven en la cárcel a cielo abierto que es Gaza, sin que la ética global se dé por enterada. Llegados aquí nos preguntamos otra vez qué había hecho mal toda la infancia de Gaza para someterla a semejantes torturas. También qué secuelas quedarán en los niños israelíes. ¿Por qué sus dirigentes no piensan en ellos y los exponen a castigos ideológicos permanentes desde que se creó el Estado de Israel?

Hubieran sido convenientes reacciones más contundentes al ataque dirigido por el primer miWest-Eastern nistro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien, hace poco más de una semana, llamó a «una guerra santa de aniquilación» del enemigo. No es posible que sea ese el sentir de todos los israelíes, porque si es así merecen el aislamiento de la comunidad internacional. Ahora, como en tiempos de José, muchos palestinos sueñan con huir hacia Egipto o donde sea, pero las puertas están cerradas. Nadie quiere a los palestinos, sabiendo que no todos son terroristas como los de Hamás. ¡Qué lejos queda la Orquesta Divan de Daniel Barenboim, que quería unir con la música a israelíes y árabes! Nos razonó que para lograr la paz hay que combatir la ignorancia.

Ante las matanzas del ejército israelí, los países democráticos no se han expresado con contundencia para que el Gobierno de Israel y Hamás detengan sus combates. Seguramente habrá muchas contrapartidas al silencio, previsiones comerciales o ayudas de tipo desconocido, bombas superdestructivas al alcance, geopolítica a gran escala, etc.; pero ni por esas razones cabe el silencio. Los poderosos romanos tutelaban entonces a Herodes I, más o menos parecido a lo que hace Estados Unidos con el Israel actual. Guerra sobrepuesta al odio enfrentado que no es nuevo, que no sabemos a dónde llegará. Sin duda, Occidente ha perdido autoridad moral y queda lastrado por su incapacidad para pedir alto y claro el fin de la masacre, para fomentar el cultivo de la paz. ¿Y sus ciudadanos? ¡Qué será de Gaza después de que la guerra termine!

Aunque nada más sea por la infancia hay que levantar la voz, exponer las quejas de la inhumanidad ética que cada día alcanza a más gente. La infancia envejece demasiado pronto en muchos lugares del mundo. Sean musulmanes, judíos o de cualquier religión, los niños no deben ser sometidos a estas crueldades. Son el nexo de unión de las familias, el jugo y futuro de una sociedad. A veces solo les queda el recurso de jugar para postergar una parte de sus desdichas. Probablemente la mayoría de quienes mueven esta masacre –del lado de Hamás y de Israel– quedarán a salvo, cuando deberían ser juzgados por sus genocidios, crímenes de guerra y lesa humanidad. Así lo marca el derecho internacional.

«Los países democráticos no se han expresado con contundencia para que Israel y Hamás detengan sus combates»

El CC se nos escapa. Informe sobre la brecha de adaptación 2023

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Dicen quienes de esto entienden que cada vez aumenta más, y más rápida, la brecha de adaptación al cambio climático. Lo hemos leído en el Informe sobre la brecha de adaptación 2023 del PNUMA. Resulta elocuente que en el título incluya la palabra subfinanciado. Y añada en el subtítulo que se extiende una Falta de preparación que se aprecia en que la inversión y la planificación inadecuadas para la adaptación climática dejan al mundo expuesto. 

Algunas personas así lo sienten mientras que la mayoría pasa de leer estos informes y consume detalles que le proporcionan medios de comunicación o la Red; no siempre correctas y bienintencionadas. El mismo informe llama la atención sobre cuestiones que no queremos escuchar, o no podemos porque se ven sepultadas por las noticias de dispersión social. Anotamos algo que a cualquiera parecería evidente: si la dinámica actual agranda la brecha deberíamos hacer todo lo posible por reducirla. Pues no, la imprescindible desaceleración se va convirtiendo en una especie de meteorito que viene hasta nosotros incrementando su velocidad y haciéndolo en poco tiempo.

Hay una referencia específica a los países en desarrollo. El dinero empleado en su adaptación a tiempo fijado, o para la década si se quiere, apenas llega a suponer un quinto de sus necesidades. Aquí viene también el egoísmo de los países desarrollados. Si ayudasen a los otros verían resueltos una parte de las afecciones que a su ciudadanía provoca el cambio climático y sus manifestaciones. El informe avisa de que las crecientes necesidades de financiación para la adaptación y la inestabilidad de los flujos, el actual déficit de financiación para la adaptación se estima ahora en unos 366 mil millones por año.

Aquí unas cuantas señales de la brecha, que en ningún modo son disparates no contrastados ni maniobras para evitar la ecoansiedad global:

  • A medida que se aceleran los impactos climáticos, el esfuerzo financiero para la adaptación es al menos un 50% mayor de lo que se pensaba.
  • La financiación debe ser pública y privada, entendiendo que una de las grandes beneficiarias de la mejora global van a ser instituciones privadas que verán reducir sus costes ambientales.
  • Hay una creciente relación entre la ralentización de la adaptación y los problemas de salud en todo el mundo, incluidos los países ricos.
  • El silencioso deshielo de hielos en montañas y casquetes polares tiene una repercusión climática evidente y provoca daños ambientales, sociales y materiales por todo el mundo. Las sequías y las inundaciones siguen ritmos desconocidos hasta ahora y causas estragos sociales.
  • La acción para proteger a las personas y la naturaleza es más apremiante que nunca, proclamó el Secretario General de la ONU, António Guterres, en su mensaje sobre el informe. Avisó de que se están perdiendo y destruyendo vidas y medios de subsistencia, y los vulnerables son los que más sufren. Dijo en voz bien alta, pero los poderosos se taparon los oídos, que «Estamos en una emergencia de adaptación. Debemos actuar en consecuencia. Y tomar medidas para cerrar la brecha de adaptación ahora».
  • En palabras de Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA (Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente), “En 2023, el cambio climático volvió a ser más perturbador y mortal: se batieron récords de temperatura, mientras que tormentas, inundaciones, olas de calor e incendios forestales causaron devastación”. Aún más, «Incluso si la comunidad internacional dejara de emitir todos los gases de efecto invernadero hoy, la perturbación climática tardaría décadas en disiparse»
  • Varios estudios aseguran que solo las 55 economías más vulnerables al clima han experimentado pérdidas y daños por más de 500 mil millones de dólares en las últimas dos décadas. Estos costos aumentarán marcadamente en las próximas décadas, particularmente si no se aceleran unas mitigaciones y adaptaciones contundentes.
  • Hasta ahora solo han cubierto fondos climáticos específicos, como el Fondo Verde para el Clima (GCF), el Fondo de Adaptación y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM). A pesar de su importancia, estas fuentes todavía constituyen solo una proporción menor ( aproximadamente el 9% ) del financiamiento público total para la adaptación.
  • Casi nadie duda ya de que si no aceleramos la mitigación, si no nos adaptamos al el tiempo nuevo que nos toca vivir se verán episodios (ambientales, sociales y económicos) de magnitud nunca vista.

En España hay vigente un Plan de Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-30,  que sufre similares carencias al global, aquí enredado entre administraciones central, auntonómica y local. Su informe ejecutivo de realización también merece una lectura reposada no solo a la empresas y administraciones sino para mirarnos en su espejo. Seguramente se agrandarán también algunas brechas de adaptación a escala individual y en nuestros entornos próximos. ¿Cómo y en qué lo notamos? Aceleremos la reducción de nuestra brecha y hagámoslo saber a las personas con las que convivimos.

La pena de todo esto es que los hechos sepultan a las palabras y compromisos. ¿Hasta cuándo?

Dineros para la educación: algo más pero falta mucho más. Qué decir en Gaza!

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En esta entrada nos vamos a centrar en la lectura y algunos comentarios en algunos datos de los que nos informa el reciente Education Finance Watch (EFW) del Banco Mundial y la UNESCO. Lo hacemos así porque trae algunas noticias positivas, no nos atrevemos a llamarlas esperanzadoras. Como lo es por ejemplo el hecho de que el gasto público en educación en los países de bajos ingresos -como porcentaje del PIB aumentó del 3,2% en 2018 al 3,6% en 2021, en el punto álgido de la pandemia mundial de COVID-19. Si bien estando bastante alejado de la referencia internacional del 4% del PIB. Pero es que por primera vez, el gasto público en educación representó más de la mitad de todo el gasto en educación en estos países. Allí donde desde siempre los hijos de los ricos se repartían una mayor porción del pastel educativo. Read the rest of this entry »

Uno de cada tres muertos en Gaza son niños

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Es una noticia desgarradora para cualquiera que tenga un mínimo de conciencia humanitaria. Aquí no vamos a hablar de culpas sino de consecuencias. Solo decir que los responsables de los bandos en guerra merecen ser llevados ante el Tribunal que juzga los derechos humanos y castiga su vulneración. Uno de cada tres, o tres de cada diez si se prefiere lo que aseguran otras fuentes, son niños asegura Shave the Childrens, el altavoz humanitario de las desgracias de los olvidados. Recordamos que en julio de 2014 la misma organización daba cuenta que 1 de cada cuatro muertos eran niños. Leer aquello nos sumió en una tristeza mientras ellos desaparecían o sufrían las embestidas del dolor y de las penurias acumuladas. Recogemos una parte de la crónica de entonces:

Al menos 194.000 niños en Gaza necesitan ayuda psicológica, muchos han visto morir a sus familias, están heridos o desplazados. Más de 100.000 niños han tenido que dejar sus casas con sus familias, la mayoría refugiados en las escuelas donde deberían empezar el curso después del verano. Un total de 130 escuelas han sido dañadas y 22 instalaciones médicas dañadas o destruidas.

Leer para informarse es muchas veces confirmar que el mundo es cada vez más desigual. Mientras nuestros nietos disfrutan de los placeres de la vida y de la educación, otros muchos no tienen ni las migajas de lo uno ni lo otro. También Shave the Children lamentaba entonces la sinrazón y crueldad de los políticos ante los niños víctimas en Gaza e Israel:

Los niños de Gaza e Israel están pagando el precio del fracaso político. (A los males físicos sufridos añadiríamos por nuestra parte que estudian dentro y fuera de las aulas una asignatura transversal llamada desprecio y odio eternos a los que no son como nosotros). La comunidad internacional también ha fallado a estos niños debido a su incapacidad para utilizar toda su influencia diplomática para poner fin de inmediato al derramamiento de sangre. Poner fin a la violencia, según lo solicitado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, es la primera e inmediata prioridad. Una solución sostenible, que asegure el bienestar de tanto palestinos como israelíes, requerirá un acuerdo entre las partes, con medidas a largo plazo que aborden las reclamaciones de los palestinos, incluido el fin del bloqueo.

Ni a largo ni a corto plazo. No han pasado diez años y se encuentran metidos en la espiral de las atrocidades, porque ¿qué es si no el lanzamiento de proyectiles y cohetes a las zonas habitadas por personas inocentes? Las bombas no son todavía tan inteligentes para matar solo según la raza y la religión de los individuos que sienten sus estragos.  Mientras tanto EE.UU. dona armas asesinas a Israel y la UE ve acertado lo de «ojo por ojo y diente por diente» de Israel. Pésimo ejemplo de las llamadas democracias occidentales. Si no fuese una tragedia habría que calificar de parodia lo del fin del bloqueo. ¿Quién pone las trabas a la generosa entrada de ayuda humanitaria? 

Se hiela el alma cuando se conoce, de fuente independiente como lo es esta ONG humanitaria, que “un niño muere cada quince minutos”. Otras organizaciones como la Media Luna Roja o Unicef están sobre el terreno intentando paliar un poco la desgracia. Recuerdo haber leído el informe “Injusticia: La experiencia de los niños palestinos en el sistema de detención militar israelí” que publicaba El Salto en el pasado mes de julio. Otra tragedia es las secuelas en la salud mental de estos niños y niñas, que como los israelíes tendrán la guerra y el odio al diferente casi en su ADN. Cómo saldrán, ojalá sea pronto, ¿esos niños y niñas israelís hechos rehenes por Hamas?, el autonombrado movimiento defensor de los palestinos. Qué decir de esos cientos de millones de niños y niñas que viven en zonas de guerra por todo el mundo. Hace ahora un año Unicef denunciaba que más de un niño de cada tres de Sudan necesitaba ayuda humanitaria. Pero claro, son negros y nos quedan lejos. Así las cosas, ¿cómo conseguir la protección de la infancia que reclama la ONG Plan Internacional?

La esperanza escasea en el mundo actual, dominado por intereses ajenos a las personas, a los niños y adolescentes. Parece que centrados exclusivamente en intereses geopolíticos y de la industria armamentística. Mientras tanto la situación educativa de niños y niñas empeora cada día como denuncia El Diario de la Educación.  Muchas personas de todo el mundo no entendemos esta perversión de la inteligencia de quienes mandan. Para encontrar una rendija habrá que rezar, cada cual en su religión, o desear los no creyentes, que algo ilumine –o fumigue- a los jefes políticos, comerciales y religiosos para que formen alianzas humanitarias. Con todas las ayudas posibles y también con sanciones económicas y comerciales a quienes destrozan los DD.HH. en todo el mundo. Pero los dioses deben estar dormidos o no quieren intervenir, hartos del comportamiento humano.

ÚLTIMAS NOTICIAS: Israel recrudece sus ataques y los amplía a Cisjordania. Caiga quien caiga, sean niños o no. Nos preguntamos en cada momento si nadie puede hacer nada para detener esto. 

La infancia invisibilizada en la maraña climática. Y ahora en Gaza.

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A modo de flash tras la publicación reciente de Unicef del informe Niños y niñas desplazados tras el cambio climático. Prepararse para un futuro que ya está aquí: 

  • Entre 2016 y 2021, el IDMC registró casi 135 millones de desplazamientos internos relacionados con más de 8.000 fenómenos meteorológicos. En su mayor parte, estos datos no tenían en cuenta a la población infantilmás de 8.000 fenómenos meteorológicos.
  • La Base Mundial de Datos de Desplazados Internos presenta unas cifras de desplazamiento infantil estimadas en función del lugar donde se producen los desastres (base de datos del IDMC) y la correspondiente proporción de niños y niñas en la población de ese lugar (WorldPop). Los totales pueden no coincidir exactamente con la suma de los valores mostrados debido al redondeo. 134 millones de desplazamiento internos ocasionarían 43,1 millones de desplazamientos de niños y niñas.
  • Los desplazamientos debidos a inundaciones pueden haber alcanzado a 19,7 millones. Los 10 países con más desplazamientos infantiles provocados por inundaciones en relación con la población infantil (2016-2021) han sido: Sudán, Sudán del Sur, Níger, República Centroafricana, Somalia, Sri Lanka, Myanmar, Nepal y Filipinas.
  • Los desplazamientos por tormentas durante el mismo periodo alcanzan los 21,2 millones. Los países más castigados han sido, en  números totales: Filipinas, 8,3 millones; Cuba, 670.000). 
  • El total de desplazamientos por sequías entre 2015-21 se pueden cifrar en unos 1,3 millones. Más de la mitad, 730.000, se registraron en Somalia; 340.000 en Etiopía; 190.000 en Afganistán. Además de miles en Brasil, Angola, Madagascar, Sudán del Sur, Iraq e India.
  • Los desplazamientos por incendios forestales alcanzaron en el periodo 2016-2021 a 810.000 niños y niñas. Los mayores en Estados Unidos, (610.000), Canadá (47.000) e Israel (31.000). 

Por todo esto hay que analizar los riesgos de futuro y pasar a la acción. Divide los países en: Alto riesgo, pero con buena capacidad de reacción; Aumento del riesgo debido al cambio climático; Riesgo moderado o elevado, pero con capacidad limitada para hacerle frente: Algunos países corren un riesgo moderado o elevado de sufrir fenómenos meteorológicos extremos, pero también afrontan factores agravantes, como unos altos índices de pobreza, conflictos y otros peligros que hacen que los niños y niñas y sus comunidades sean especialmente vulnerables.

Como resultado de todo lo anterior, y para mejorar las incidencias en relación a los niños, niñas y jóvenes en riesgo de desplazamiento futuro y cumplir los compromisosUNICEF alerta de que 37 millones de niños y niñas son víctimas de un "desplazamiento masivo"adquiridos en virtud del Acuerdo de París, el Marco de Sendai, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los Pactos Mundiales para la Migración y los Refugiados, propone una serie de intervenciones urgentes, importantes o necesarias. Unicef nos llama a menudo a ver cómo viven (sobreviven). Ahora ha añadido una nueva causa.

P.D.: LUTO MUNDIAL, nuestro tambiénpor el salvaje terrorismo de Hamas y el casi seguro genocidio infantil (el más cobarde asesinato posible) y de adultos que está perpetrando Israel. ¿Tendrá sanciones económicas como le sucedió a Rusia tras la invasión de Ucrania? ¿Serán excluidos los equipos de Israel de las competiciones mundiales por violar los DD.HH.? Ni un país ni otro suele mostrar sus deseos de dignificar los DD.HH. Aseguran por ahí que todo está pendiente de lo que digan los fondos de inversión, la industria armamentística, las multinacionales, EE.UU. y sus amigos.

Cuando redacto estas líneas el País publica un elocuente artículo de Ana Iris Simón  titulado Gaza: el terror detrás del terror. Su entrada dice así:

Ninguna causa es lo suficientemente justa como para asesinar un solo niño en su nombre, ni siquiera para vengar la muerte de otros niños. 

Merece una lectura reposada, sin filias ni fobias previas. Solamente pensando en la infancia. Es nuestra mayor riqueza ética, por más que demasiadas veces se la olvide.

 

Hierve la caldera de Pedro Botero

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Hoy hace justo 10 años, un 8 de octubre de 2013 tras la divulgación de un informe del IPCC, publicamos en este blog La caldera de Pedro Botero. Tal cual la reproducimos a continuación, con pequeñas modificaciones en cursiva. Decía así:

Durante mucho tiempo se ha discutido si el infierno era una metáfora o un lugar. Frente a los descreídos, que negaban toda posibilidad, los más ortodoxos de varias confesiones religiosas defendían su existencia. Creían estos que allí se enviaba a quienes transgredían las normas morales impuestas. En uno de esos lugares subterráneos mandaba un jefe riguroso llamado Pedro Botero. Allí abajo, cocinaba en una inmensa olla a los pecadores. Esa metáfora o lugar pasó de la creencia religiosa a la literatura; Dante Alighieri la describió como nadie. También la idea cobró presencia en la pintura románica, donde el diablo Pedro Botero se hacía omnipresente en forma de llamaradas y castigos. Podrían ser como los que hemos sufrido este verano o aquellos que maltrataron a la gente del Atlas marroquí o la ciudad libia de Derna.

Cuando los científicos y los ecologistas empezaron a hablar del calentamiento global poca gente los creyó. Lo que contaban se veía como algo raro, que sucedía en lugares alejados y no nos afectaba, aunque se conociesen ya deterioros ambientales próximos. Con los años, lo que parecía una metáfora se hace visible en el espacio Tierra, un lugar grande y complejo en el que hasta los incrédulos notan dinámicas atmosféricas errantes. Acaba de conocerse el último informe del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climáticode la ONU (IPCC), en el que han colaborado varios centenares de expertos de 39 países. Como los científicos tienden a ser prevenidos y algo timoratos, quizá en parte por las críticas que han recibido, se guían por certezas y huyen de las conjeturas.

Aun así, les dicen ahora a los representantes políticos, principales destinatarios de su informe, que “es extremadamente probable (95%) que la influencia humana haya sido la causa dominante del calentamiento atmosférico observado desde mediados del siglo XX”. Dicen que el aumento de temperatura es inequívoco (pues se ha mantenido en las tres últimas décadas), que el nivel del mar ha subido 20 centímetros en 100 años, y aventuran que se podría triplicar este aumento de aquí a finales de siglo. Alertan de que si llegase a desaparecer el hielo en Groenlandia se reducirían mucho las superficies emergidas de continentes e islas por todo el mundo. Recuerdan que se vierten diariamente casi 100 millones de toneladas de gases peligrosos a la atmósfera, cual si fuese una cloaca abierta que todo lo engulle. Les apremian a que actúen rápido, porque la diferencia entre este infierno climático y los precedentes sufridos por la Tierra es que el actual sucede a una velocidad mil veces superior. Ahora mismo sus previsiones son más alarmantes. Según un artículo publicado en Scientific American, la mitad de la población mundial enfrentó calor extremo durante al menos 30 días este verano.

Se dice que detrás los boicoteos de diversos parlamentos y gobiernos a tomar medidas contundentes para limitar el cambio climático están grandes multinacionales que ven peligrar sus réditos económicos. El más cacareado es el conflicto americano entre demócratas y republicanos pero el esquema se repite en Europa (negacionistas junto con retardistas frente a los creyentes y colapsistas) y en España (entre derechas e izquierdas). Cada vez que surge un episodio ambiental severo, una noticia impactante que recogen los periódicos, aparecen contrainformes que lo desmienten -ahora mismo las redes difunden que fueron provocadas por desembalses los destrozos que la DANA que descargó por Madrid y Toledo. Nada dicen de las que llegaron muchos pueblos de España). Se asegura estos días que un gran grupo mediático internacional, experto en la manipulación y sentenciado por ello, está detrás de las negaciones del infierno climático. El “verdadero-falso” no hace sino distraernos de la toma de soluciones globales. Lo peor de todo es que cuanto más tarde se actúe, más grande será el problema a resolver y más difícil y costoso conseguirlo; podemos encontrarnos en un punto de no retorno. Aún recordamos las incredulidades sobre el cambio climático de nuestro actual presidente hace 6 años basándose en las conjeturas de su primo. En octubre de 2023 tras la guerra de Ucrania y los anunciados boicoteos al gas ruso se consume más gas que nunca.¿Hacia dónde vamos?

Para hacer entender a los jóvenes alumnos lo del cambio climático empleamos la “metáfora de la rana hervida”, de Olivier Clerc. Dice esta especie de fábula, que podrían haber firmado Iriarte o Samaniego, que una rana disfrutaba nadando en una olla sin saber que el recipiente estaba sobre el fuego. Poco a poco la temperatura del agua subía, lo que provocaba placer al anfibio. Cuando se calentó demasiado, la ranita ya no tuvo fuerzas para salir y murió. Si hubiera notado de pronto el agua caliente, hubiera huido de un salto. A nosotros nos puede suceder lo mismo: un cambio lento no nos impresiona, por lo que lo más probable es que escape a la conciencia.

Se han celebrado varias cumbres climáticas, se han concertado alianzas en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible pero nada o poco ha cambiado. Lo advierte con claridad en 2023 Antonio Guterres, Secretario General de la ONU: la era del calentamiento global ha terminado, ahora es el momento de la era de la ebullición global. Pronunciaba esta frase después de conocerse que, a nivel global, julio ha sido el mes más caluroso de la historia. Cuando la situación sea irreversible, no sabremos cómo salir de la marmita humeante del infierno que puede ser la Tierra. No entendimos la metáfora y entre todos la estamos convirtiendo en lugar y tiempo vividos. No es pecar de colapsista. Es simplemente una hipótesis teniendo en cuenta muchas variables. Dicho con las palabras de Antonio Guterres en la ONU: la humanidad ha abierto las puertas del infierno. ¿Seguirá allí Pedro Botero?

 

Un hilo, dentro de una enorme madeja climática, nos conecta con la Antártida

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La Antártida está tan lejos que parece un «no lugar». Apenas se comenta algo de ella en las conversaciones cotidianas. Suena que es blanca y parece el suelo de la esfera terrestre. Una planicie helada. Pero esta percepción engaña. Montes y valles conviven debajo de los hielos eternos, que van perdiendo parte de su espesor. Por eso, como dijo el poeta: Antártida solo hay una, nos mira y la miramos pero rara vez encontramos vínculos, más allá de unas fotos espectaculares. ¿Es lo que será o nunca será ya lo que es? Sin embargo, algo tendrá cuando es «objeto de deseo» de las apetencias imperiales desde hace más de 100 años.

Siempre me atrajo el continente helado. Desde la escuela me preguntaba si un continente podría ser un enorme pedazo de hielo. Cuando descubrí sus particularidades leyendo historias de exploradores me quedé helado.

Por ese hilo afectivo me ha interesado, y preocupado a la vez, que según Antartic Sea Ice News el hielo marino de la Antártida acaba de establecer el pasado 10 de septiembre un mínimo histórico para su máximo invernal (16,96 millones de kilómetros cuadrados de extensión- más de 32 veces la superficie de España). Lo ha hecho por un margen bastante enorme pues supone que de un tiempo a esta parte la superficie helada ha perdido unas 3,5 veces la superficie de España.

De ese caudal antártico dependen la cantidad de agua en mares y océanos así como la circulación de las corrientes oceánicas. Se conoce una transgresión (desviaciones sin determinar totalmente su intensidad y sus causas) de la global corriente termo-halina. Esta marca, junto con el calor del agua y del suelo, las condiciones climáticas del sistema Tierra. Ahora debemos soportar por todo el mundo graves periodos de sequía, lluvias torrenciales como nunca, inundaciones de estensas regiones por lugares que antes no se producían, etc. No hace falta discurrir mucho para pensar alguna de sus causas.

Poco más que decir. Pueden encontrarlo en la web antes citada, de la que reproducimos una imagen ilustrativa y el texto que la explica.

Extensión del hielo marino antártico en comparación con otros años

Este gráfico muestra la extensión del hielo marino de la Antártida al 10 de septiembre de 2023, junto con datos diarios de la extensión del hielo de los cuatro años anteriores y el año máximo récord (2023 en azul, 2022 en verde, 2021 en naranja, 2020 en marrón, 2019 en magenta y 2014 en marrón discontinuo). La mediana de 1981 a 2010 está en gris oscuro. Las áreas grises alrededor de la línea mediana muestran los rangos intercuartil e interdecil de los datos. 

Para complicar más las cosas está el asunto del Ártico. Se pueden apreciar en Datos del índice de hielo marino. La pérdida por década, y consiguientemente su menguante extensión nos mantiene en vilo.

¿Qué podrá suceder -allí pero también aquí- si sigue la tendencia de disminución de la superficie helada? Ese hilo -que va en trayectoria zigzagueante de la Antártida al Ártico- junto con otros forma una madeja enorme, en sí misma y por sus repercusiones. Pero ojo, tiene muchos nudos y enredos. Actúa como una tela de araña -algo en cualquier punto tiene sus repercusiones en todo- pero carece de la simetría que la araña da a su tela. El clima es una malla sin superficies regulares ni la misma resistencia de los nexos.

Contaminación del aire y salud. El cuento de nunca acabar

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Cada poco tiempo los informativos de medios de comunicación hablan de la calidad del aire. Se refieren a un punto concreto, a una ciudad determinada o a algún accidente acaecido. Nos hemos asomado al Índice calidad del aire que presenta el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Imposible comentar aquí lo mucho que allí se explica en torno al ICA (índice de Calidad del Aire). Es un asunto con el que debe sensibilizarse toda la ciudadanía. Tanto la que conduce un vehículo contaminante del aire como aquella que permanece largo tiempo en una terraza de bar «comiéndose» casi literalmente el mal aire que respira. Paseen por su ciudad y lo verán. Incluimos aquí una fotografía que publicó el diario.es el 20 de septiembre de 2022 que nos ha servido para hacernos algunas preguntas. ¿Quién, en su sano juicio de la salud, es capaz  de sentarse largo rato dentro de la isla que deben sortear los coches en su yincana por las ramblas de Barcelona?

Una terraza de Rambla de Catalunya, con bloques de hormigón para separar las mesas de los coches

Bien está que el Parlamento Europeo apruebe exija normas más severas en la movilidad urbana para que las ciudades proporcionen aire de calidad para sus habitantes. Por cierto, con la oposición del PP y Vox. El principal objetivo de esa nueva reglamentación/regulación es fijar una serie de límites para 2035 más estrictos para varios contaminantes. Entre las cuales se señalan de forma especial las partículas finas o el dióxido de nitrógeno. De tal forma que se llegue a la “contaminación cero” en 2050. El Parlamento, suponemos harto de la dispersión de datos y desinformación ciudadana, pretende que se establezcan más puntos de recogida de datos de la contaminación atmosférica. Revisen si en su ciudad existen y dan información puntual a la ciudadanía. Porque el tema es serio y nos despreocupamos aludiendo que no entendemos porque no vemos. Por cierto, se calcula que la contaminación del aire urbano provoca unas 300.000 muertes prematuras al año en la Unión Europea.  

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Pero parece que la salud de los urbanitas contaminados por su aire respirado poco importa a nuestros gobernantes. En la actualidad solo funcionan 14 de las 149 zonas de bajas emisiones obligatorias por ley en ciudades de más de 50.000 habitantes que contaron con fondos europeos por valor de 1.500 millones de euros.

Si desea más información sobre el supuesto lento daño grave en la salud deben visitar la web del Instituto de Salud Carlos III, del ISGlobal de Barcelona o seguir en Twitter a Jesús de la Osa, uno de los mejores expertos y divulgadores de la relación entre contaminación y salud.

Para finalizar. En este artículo de La Vanguardia se habla de que no es lo mismo índice saludable y real. Es posible que se sorprenda de los datos que aporta. Por cierto, ¿considera que el aire que normalmente respira está contaminado? No deje de leer los informes sobre calidad del aire que Ecologistas en Acción publica cada año.

Cuéntese un cuento para llevarlo interiorizado pero que tenga un final feliz. Cuéntelo a quienes le rodean y plantéense alguna acción para mejorar la calidad del aire que respiramos todos.

Plantarse ante el cambio climático que demasiados no quieren ver

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Hasta la gente más negacionista habla del cambio climático. Ve lo que quiere y lo que no desea. Esto último es todo aquello que suponga incomodidad o alteración de sus costumbres. También conoce cómo produce, si el empleo de su tiempo y la intervención de su dinero afecta mucho o poco en la posible generación. Algo así como su vida multidimensional. Cuando algunos pesados le comentamos que todo está relacionado con el cambio climático nos mira con desdén. Nos ven como una secta creyente de las cosas dichas por esa gente del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático). Como si sus conclusiones no fuesen fiables y tuviesen que venir a demostrar a cada individuo lo que sucede.

Da lo mismo que los medios de comunicación hablen de la “pertinaz sequía”, estado natural que ya se decía en tiempos de la dictadura. Similar a la que se dice identificará a la árida tierra nuestra actual o futura. La incredulidad no pensada es tan inconsistente que no ve la relación entre las sucesivas olas de calor y algo que se puede llamar “alteración de los parámetros normales”, por no decir cambio climático. Por cierto, el cambio climático fue un silenciado anatema en las sucesivas campañas electorales pasadas y en los posicionamientos presentes. Es lo que algunos llaman “península Guiness”. Ya lo advertía  Antonio Guterres con un símil muy gráfico “la era del calentamiento global ha terminado, ahora es el momento de la era de la ebullición global”. Pronunciaba esta frase después de conocerse que, a nivel global, julio ha sido el mes más caluroso de la historia. Por cierto, la península Ibérica no se salva, sino que está más expuesta.Esa situación va a ser identificativa del futuro, si creemos en lo que dice la NASA y otras instancias supranacionales. Ya en el último marzo –que normalmente no es un  mes especialmente seco- avisaba que sus satélites detectaban que España se teñía de marrón por la sequía. Vaya aquí una pequeña muestra de antes y después de la sequía, mes de mayo. Los negacionistas dirán que siempre ha habido sequías. No dicen que nunca tan prolongadas desde que hay registros.

No acaban ahí nuestros pesares. 20minutos.es  recogía que la NASA alertaba de que el proceso climático en complejo cambio podía llevar a que en España se encontrase en la situación de soportar de manera habitual temperaturas por encima de los 50 grados, si no cambia una serie de patrones.

Pero hay gente que sí se quiere plantar ante el cambio climático, más bien rebelarse con estruendo. Parece ser la única forma de llamar la atención de los poderosos. Hay que animar a que la gente abra un poco los ojos y escuche aquello que no quiere oír: su vida va a estar muy condicionada por los cambios climáticos crecientes. Durante estos días, el 15 pasado en algunos lugares y toda la semana en otros, se cita a la población a una jornada reivindicativa en torno a la crisis/emergencia climática. Parece que nada ocurre, pero los efectos acumulativos serán difíciles de revertir. Muchas organizaciones sociales se han sumado a la Huelga Mundial por el Clima del movimiento Fridays for future – Juventud por el clima, a la que seguirán otras acciones durante el fin de semana en decenas de ciudades de todo el mundo; en España también (Madrid anteayer).  Este colectivo es uno de los que respaldan la protesta del día 17 de septiembre en la Marcha para poner fin a los combustibles fósiles en Nueva York, coincidiendo con el encuentro de los líderes mundiales en la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU, antes de la Cumbre sobre la Ambición Climática del Secretario General el 20 de septiembre.

En España también se planta la juventud, no toda. La especialmente sensibilizada nos llama a una descarbonización ya, justa y definitiva. Ayudémosle en lo que podamos. Hagamos una lista de deseos para aminorar el cambio climático. Por cierto, no se crean lo de los negacionistas que no ven la relación entre el uso de los combustibles fósiles y el cambio climático. Se lo explica aquí muy bien National Geographic, que para nada es una entidad revolucionaria. Por cierto, vaya metedura de pata la de la Fiscalía que incluyó a Futuro Vegetal y Extinction Rebellion en la lista de organizaciones terroristas nacionales –¿quién tuvo la culpa?-. Parece que ha rectificado.

Por cierto, hasta Aljazeera, un medio de comunicación que no está bien visto por estos lugares se preocupa del asunto. No se pierdan el análisis que hacen de las recientes inundaciones en Libia que tantas desgracias han llevado a aquella gente. Hasta plantea la hipótesis de lo que hubiera sucedido si ese país hubiese contado con un servicio de alerta como el que mantiene Aemet (aquí criticada por algunos gobernantes de la derecha recientemente por dar unas previsiones «alarmistas»).

Al final una sugerencia: ¿por dónde va a empezar a rebelarse ante la creciente relación entre el uso de combustibles fósiles y el cambio climático? Gracias por no esperar a mañana.

La «crueldad animal» no es espectáculo para niños: caso Barbastro y más.

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Quiero escribir esta entrada en positivo, a pesar de lamentable espectáculo vivido el día 8 en Barbastro, una ciudad a la que amo. Afortunadamente las gradas estaban casi vacías. Muchos de los pocos presentes gritaban de estupor y me imagino de dolor. No aprobarían lo que allí estaba sucediendo.

No me cuesta defender que lo acontecido y divulgado en redes no es porque la gente de esta ciudad no ame a los animales ni tenga escrúpulos ante lo que se hace con ellos. Podríamos encontrar casos similares en muchos pueblos y ciudades de España. Estos «accidentes» pueden suceder en cualquier lugar.

Quiero proponer que las familias que estaban allí con sus hijos, para ver un espectáculo posterior, utilicen lo sucedido para hacer pedagogía del respeto a todos los animales. Algunas abandonaron el espacio al ver lo que sucedía. Seguro que las familias barbastrenses no presentes habrán comentado la crudeza del asunto y si era necesario. Sin duda habrá generado un debate social en la ciudad. Lo que es bueno si sirve para aunar posturas fundamentadas.

Quiero animar a un debate colectivo sobre si lo taurino -con el respeto debido a quienes les gusta y mueven el mercado- puede seguir llamándose fiesta nacional. Muchas personas no nos manifestamos a favor. Además es un mal asunto para la marca España, por muy alabado que fuese por Ernest Hemingway y otros.

Quiero traer a la memoria las imágenes de los circos de la Roma clásica. Aquellas películas de romanos que veíamos de chicos exhibían crueldades varias, sin que nos inmutásemos. Cada vez que veo el Coliseo de Roma me vienen a la mente esas imágenes en donde el emperador de turno contentaba a su pueblo con exhibiciones de crueldad. Las entiendo de distinta forma. Supongo que lo mismo le sucederá a mucha gente.

Les invito a que eliminen esas figuras de este viernes y las cambien por las imágenes de la «taurocatapsia» cretense que ha quedado recogida como arte en murales y vasijas. De aquello han pasado casi 3.500 años. No me atrevo a argumentar la afición por representar el “arte taurino” de  Goya o Picasso -me cornea el toro del Guernica-, ni si esto impregnó la cultura española para considerarlo fiesta nacional.

Me gustaría conocer si en las ciudades donde el «maltrato animal» (mucho o poco) es parte de las fiestas patronales, se lleva a cabo un debate sosegado -antes o posteriormente del acto- sobre la necesidad de conservar «ciertas tradiciones» . No se trata de estar a favor o en contra sino demostrar para qué/para quiénes sirven/qué obliga a mantenerlas.

Quiero suponer que las justificaciones manifestadas tanto por el Alcalde de la querida ciudad y las del empresario taurino serán matizadas nuevamente pero desde el respeto debido a los animales. También desde la necesidad de ese espectáculo. Sería conveniente justificasen la crítica a las familias presentes y ausentes, en el primer caso porque era un acto cuya organización es municipal, y en el del empresario con la alusión de la aparente “normalidad” del comportamiento de un toro liberado de un estrecho cajón. Porque visto desde fuera tiene más de crueldad que de etología.

Sería revelador de la cultura social que las clases de tauromaquia que dos CC.AA. pretenden incluir en la educación obligatoria se cambiasen por temas de cuidado y recurso animal como la apicultura y sus problemas, los beneficios multidimensionales de la  ganadería extensiva, o la desaparición de animales polinizadores, la incógnita de según qué caza, etc. Vivimos en la Europa de bien entrado el siglo XXI.

La crueldad animal debe desterrarse como espectáculo, no solo para los niños y niñas. Ojalá el año próximo no tengamos que ver estos sucesos en las fiestas de ningún lugar de España. Impliquémonos todos en convertir el «caso Barbastro» en un positivo «efecto Barbastro» en la generación de un compromiso de protección animal. Los errores (vividos o explicados con argumentos poco comprensibles) deben servir para aprender contrastando posturas. A ver qué dice la Fiscalía. Dos días después nos enteramos que también lo investigará La Fiscalía de Menores.

Las peripecias de una golondrina enamoradiza de un junco y el Príncipe Feliz

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Ecocuento de encuentros amorosos entre los juncos, una golondrina y los papiros en donde pudo escribir O. Wilde su Príncipe Feliz

Dejé también mi patria idolatrada
esa mansión que me vio nacer
mi vida es hoy errante y angustiada
y ya no puedo a mi mansión volver.
(Narciso Serradell Sevilla la escribió.
Podrían cantarla Los Panchos y otros muchos)

No sabría decir el lugar exacto ni el número del junco que me atraía especialmente. Me servía para posarme y alcanzar la lejanía de lo que cerca ya tenía. Los juncos bailan a nada que el viento se alíe con ellos, o que una fuerza los golpee. La verdad es que poco importa. Ha habido muchos juncos en mi vida. Pero ninguno como este. Mis progenitoras me contaron que esa palabra con la que se designa este singular ser viene de juncus, en latín. Significa, más o menos, unir para entrelazar. 

Pero lo más asombroso es que aunque un juncal se seque o lo corten los humanos, al poco tiempo surgen otros. Es la magia subterránea del junco. Habiendo agua nadie puede con ellos. Pero a la vez sujetan la tierra. Después de una tempestad siempre quedan los juncos, flexibles como mis plumas. Lo cierto es que los juncales mediterráneos son hermosos en la desembocadura del Nilo y en sus orillas; hay muchos pero no solo allí. Los he visto en mis viajes migratorios por África cuando era joven y seguía caravanas de gente andando, negros en su mayoría, que pretendían cruzar el desierto. He de decir que también allí, en sitios muy concretos había juncos. Tengo una pena en el corazón que no sé como reparar. Son muchos más los que van de sur a norte que al contrario. También he visto negros como mi dorso en los países del norte. ¿Qué hacen allí que no vuelven a su casa? ¡Serán más felices allá donde viven ahora que no quieren volver! Crían allí, como nosotras, pero no vuelven a la tierra que los vio nacer. Además saben soportar los fríos durante muchos meses. Algo que nosotras somos incapaces de hacer.

Decía que los juncales del Nilo son cortados de vez en cuando por unos hombres con cuchillas grandes tipo guadaña. Se los llevan en fardos a lomos de los animales. Después en carros tirados por acémilas o por bueyes. Un día, al regreso vespertino de mis vuelos para capturas insectos y así alimentarme, me sorprendí. Observé que había desaparecido el junco del cual estuve enamorada. No me dio pena. Lo cual me dio más pena. Comprobé que realmente no estaba enamorada y le había hecho creer lo contrario. Nunca supe qué vida llevó, pero me temí lo peor. Triste y con deseos de partir de allí me instalé provisionalmente en otro junco. Al día siguiente en otro y así pensaba estar hasta que tuviese suficiente valor para volver a mi tierra sola; mis compañeras hacía tiempo que habían partido.

Un día, sin saber por qué, se me ocurrió seguir a los cortadores de juncos. Todos llegaban con sus cargas al mismo lugar, un sitio grande con casas grandes. Había nidos abandonados de golondrinas, en los que me instalé provisionalmente. Los primeros días no me atrevía a entrar de día pero una tarde lo hice. En un lado de la enorme casa amontonados los juncos, cerca de una puerta alta. Al otro lado, una especie de hojas grandes, claras, todas casi iguales, muchas de ellas puestas en fardos. Eso era lo que yo veía salir. Se me hizo corta la noche y me dormí. Al despertar me asombré de ver a personas, unas con la cabeza tapada y otras no, negros y blancos, que marcaban de colores las hojas grandes. Me sedujo pero me fui de allí sin saber realmente lo que hacían. Sentía olor y calor y no había dentro ningún mosquito.

Volví a mi antiguo juncal, decidida a partir. Decidí dormir mi última noche, clara y llena de estrellas encima de una piedra. En eso estaba cuando me pareció que llovía una sola gota que me impactó. Después una segunda y una tercera. Estaba cerca de una estatua de donde era el único lugar de donde podrían caer. Acerté con mis trinos a preguntarle su nombre. La luz de cada día cada vez duraba menos.

Un día me marché de mi cuento. Comprobé que casi todo tiene su fin, pero en mí quedó el infinito placer de la aventura compartida entre un junco, una golondrina y una estatua, y no de las más bellas. Seguro que cuando llegue a mi tierra seré otra. No creo que vuelva nunca a esas orillas del Nilo. Eso sí, buscaré unos juncales cerca de una casa, por si encuentro pareja y hayamos de hacer un nido.

Aquella golondrina perdida en su viaje vagó por la vida hasta encontrar al príncipe triste, que resultó ser feliz. Como antes lo había sido porque vivía en el País de la Despreocupación. Al final, el pequeño pájaro se dedicó a ayudar a los demás, aunque para ello se tuviera que hacer residente y acostumbrarse a los gélidos inviernos. Murió en la contradicción: ligada por amor a la estatua del príncipe y poco considerada por quienes en aquel país gobernaban. Eso sí, al menos tuvo imitadores. 

Imagen de unos juncos
¿Quién sabe si en estos juncales del Duero en Tardajos (Soria) no se posó la golondrina errante  (Foto: Lucía Megino)

Todo esto es inventado, o una mezcla mal hecha de muchos cuentos. La aventura básica me la presentó una alumna en un trabajo de fin de curso. Demasiado literario para ser de biología. Pensé en un primer momento. Debían hacer algo sobre la relación dentro de unos ecosistemas determinados. Ni siquiera había mencionado que los juncos debían ser Cyperus papyrus. Su trabajo era hetereogéneo. En portada una reproducción del cuadro la Anunciación, de Fra Angélico. No pregunté por qué. Pero en su larga exposición me presentó a Óscar Wilde. Lo razonó así: si la golondrina no hubiese estado enamorada realmente de un junco entre muchos, que en su reencarnación son papiros, Oscar Wilde no podría haber escrito su Príncipe Feliz –de quien también se enamoró la golondrina-).

Después de mi atenta escucha se marchó. Me dejó soñando despierto en lo último que había dicho. Unos días más tarde la volví a llamar para darle las gracias por desviarme del cerrado camino de la lectura simple de los seres vivos. No sé la nota que le puse, debía ser de dos dígitos pues me dejó impresionado.

Con el tiempo me enteré, pasados años de mi jubilación como profesor de ciencias, de que había llegado a ser una gran divulgadora de la biología ecosocial. Sirva este cuentecillo como homenaje a ella. Me gustaría volver a encontrarla para ver si recuerda la historia del junco. Y decirle que vi el motivo del cuadro de Fra Angélico: una golondrina sancionaba con su presencia en las alturas La Anunciación. ¿Sería Dios? También que en la tapa final me hubiese reproducido Hirondelle de Joan Miró. El cuadro paisaje que parecía una lectura cósmica de todo su trabajo.

P.D.: Este cuento figura completo en el blog La Cima 2030 de «20minutos.es«.