salud
Si la contaminación del aire fuese un coronavirus
Seguramente saldríamos con mascarillas de las buenas, o estaríamos confinados en casa. Se habrían suspendido no solo la circulación de coches por las calles sino el transporte de mercancías. Las autoridades sanitarias se reunirían todos los días y en le tele y las tertulias no se hablaría de otra cosa. ¿Por qué cuesta reconocer que respiramos un aire que envenena, que enferma y mata más lentamente que un coronavirus pero se extiende por todos los lados? La Fundación Española del Corazón alerta de que unas 30.000 muertes anuales en España están vinculadas a la contaminación al aire respirado, buena parte de las cardiovasculares entre ellas. Ante semejante emergencia, que lo es claramente, los gobiernos miran para otro lado; la gente calla y no se alarma como con el coronavirus dichoso, incluso se sienta a tomar algo en terrazas situadas en calles con niveles de contaminación alarmantes. Una pregunta bienintencionada. ¿Cómo cambiaría la vida si las autoridades, sanitarias o no, tomasen este asunto como una pandemia «coronavírica» y desarrollasen serios protocolos de prevención y atención? Es posible que las urgencias de los hospitales se aligerasen. Otra cuestión que se nos escapa: ¿La autoridades sanitarias de cada CC.AA. informan a la ciudadanía de cuántas muertes se producen en su territorio ligadas a la contaminación del aire? Pues eso.
Si se quieren enterar de las ciudades españolas donde más se enfermará por respirar miren aquí.
La odisea «ODSiana» de las CC.AA. va para largo
El Informe 17 ODS x 17 CCAA es el primer estudio que se lleva a cabo en estos ámbitos de forma conjunta. Analiza unos 200 indicadores para “tratar de dilucidar la aproximación diferencial a las Metas de cada ODS en las 17 CC AA, a la vez que evaluar el desempeño comparado de cada CC AA en todos los ODS, en los diferentes bloques temáticos y a nivel general de la Agenda 2030”. En el informe se establecen rankings. En realidad, intenta detectar carencias y pretende focalizar el grado de cohesión territorial en la transición hacia los presupuestos de sostenibilidad y de equidad establecidos en la Agenda. Imaginamos que con el informe se pretende que a partir de él cada administración se mire en el espejo.
Las conclusiones del estudio advierten de una enorme disparidad en el cumplimiento de los ODS por CC AA Esto se produce a pesar de que los organigramas de los Gobiernos de muchas Comunidades aparecen cargos que llevan el apellido ODS. Habremos de darles tiempo. Porque, mal que nos pese, ninguna de esas se podría calificar como totalmente sostenible, pues no alcanzan buena nota en el conjunto de los cerca de 200 indicadores que se tienen en cuenta. Hay que resaltar que no todas las CC AA avanzan igual de rápidas hacia la meta de la Agenda 2030. Hay que denunciar que algunas se contentan con poco, o partieron desde muy atrás.
Seguir leyendo en La Cima 2030, de 20minutos.es.
Para qué depurar las aguas. Es mejor pagar multas, aunque se enferme
Eso es lo que deben pensar las administraciones españolas pues su demora en acometer algo tan básico como la depuración de las aguas residuales está costando, a todos nosotros, multas millonarias de la UE y trastornos en la salud, que tardaremos mucho más en reponer, o puede que no lo logremos. No se entiende este asunto que está resultando hediondo, dañino y denunciable en los juzgados. Increíble pero cierto, las mayores multas que impone la UE a sus estados miembros están relacionadas con problemas ambientales, esos que se dice que tanto preocupan. España tiene en trámite cinco posibles sanciones por no depuración o calidad de las aguas, ¡Solo hay 1.100 aglomeraciones urbanas implicadas! La directiva comunitaria, aprobada en 1991, obliga a todas las aglomeraciones de más de 15.000 habitantes a depurar correctamente sus aguas residuales. Que nadie olvide el caso del Mar Menor, el icono del mal gobierno en España, de la despreocupación de agricultores y ciudadanos de todas las sensibilidades.
Por cierto, hay imputados varios regidores y otras gentes por la mala gestión del asunto, además de por los dineros escamoteados. Ecologistas en Acción lleva años luchando contra la desidia depuradora. A ver si logra sus objetivos.
Quién paga el peaje contaminante de los que viajan en avión
Volar es un deseo compartido por mucha gente; ya lo quiso Ícaro, pero se acercó demasiado al sol y acabó en el abismo. Viajar en avión hace realidad más de un sueño, aunque semejante placer individual tiene un alto coste ambiental. Se sabe que incluso un vuelo de corta distancia (poco más de 2 horas entre Madrid y Roma) produce más contaminación por pasajero que la provocada en todo un año por un habitante de países como Mali, Congo, Etiopía, etc. Quienes viajen desde aquí a Nueva York, sepan que generan semejantes emisiones a las que se surgen de calentar una casa normal europea durante todo un año.
Los expertos climáticos avisan de la dependencia del aumento de temperaturas medias con las emisiones aerotransportadas. Mal va la cosa, pues la Organización Mundial de Turismo (OMT) pronostica que en 2019 se voló un 5% más que el año pasado, que ya supuso un incremento respecto al anterior. Ahora, las emisiones totales ya representan un 300% más que en 1990 y se prevé que podrían triplicarse en las próximas tres décadas; normal, pues se esperan 40 millones de vuelos, más de 100.000 diarios. Solo un detalle: por los aeropuertos españoles se movieron en julio unos 30 millones de viajeros. Se entenderá el gran revuelo que ha organizado la gente de ‘Flygfritt 2020’, por ejemplo, comprometiéndose a no coger aviones en todo el año, o los deseos de algunos suecos que se han inventado el ‘flygskam’ (vergüenza de volar en avión) y el ‘tagskryt’ (orgullo de viajar en tren).
Seguir leyendo en Heraldo.es.
El pin sostenible se viraliza
Los flamantes Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han provocado una cantinela generalizada. Se los han aplicado por todos los lados: desde los calendarios y las marcas de coches hasta el turismo; en la última Fitur celebrada en Madrid incluso vendían destinos de aire sostenible (sic). Qué decir de los recientemente celebrados Premios Goya del cine español. Se ha hecho público que Aenor los certifica como evento cero emisiones lo mismo en el consumo energético que en el transporte y alojamiento de invitados, también en el consumo de agua y en la gestión de residuos, el merchandising, la seguridad y otras cosas; incluso algunas invitadas al evento han reutilizado vestidos de otras personas. Dice la nota de prensa emitida que la compensación se ha llevado a cabo mediante los mecanismos establecidos por la ONU; pero no los especifica. Algo se mueve todo para dar valor al ODS. Núm. 11, Acción por el clima.
Sea postureo o no, empieza a sonar el hecho de que la vida tal cual la llevamos es insostenible, que el pin sostenible debe ser visible permanentemente para recordárnoslo; lo más conveniente es portarlo en el interior de nuestro pensamiento, pero mientras tanto… Nos gustó que lo exhibiese el actor Jesús Vidal, o el director Javier Fresser, premiados por la excelente película “Campeones” en la entrega de los goyas del año pasado.
Seguir leyendo en La Cima 2030 de 20minutos.es.
Todos tenemos un primo en Sevilla que niega el cambio climático
Hace unos años, esta frase, pronunciada por el Presidente del Gobierno de entonces sirvió para justificar la incredulidad y la acción de los gobiernos frente/contra el cambio climático que ya era evidente para los científicos y línea de acción preferente de las organizaciones ecologistas. Pasados unos años, el presidente de los EE.UU Trump afirmaba sobre el asunto que era «un cuento chino«. Es bien cierto que los chinos son parte importante de la generación del cambio climático, que ahora mismo los tiene en parte atrapados, quebrando la salud colectiva y haciendo toser a su economía y la sociedad que la soporta. Ahora, cuanto todo el mundo empieza a ver que el problema es grave, es tal la emergencia que algunos científicos nos ven cerca del apocalipsis, uno se pregunta, ante la falta de acción colectiva, frente a la política contradictoria de gobernantes y gobernados, si cada uno no tendremos un primo en Sevilla susurrándonos que la cosa no es tan grave, que no hay que tener prisa y se puede seguir viviendo descuidadamente, que la naturaleza es muy sabia y ya repondrá los desajustes que a algunos hacen dudar de lo que dicen los primos.
Los gobiernos y los empresarios, algunos trabajadores, dicen estar muy preocupados pero a la vez no quieren saber casi nada de lo que algunos llaman transición ecológica justa, y manifiestan la imposibilidad de llevar a cabo las intenciones de la actual Ministra de cambiar el ritmo de la energía y hacer transiciones acordes con el problema que tenemos encima. En conciencia: ¿Se cree lo del primo o no? Si es que no, empiece a demostrarlo.
El negacionismo contaminante reduce la salud y daña la vida colectiva
Tras las muchas evidencias científicas, la OMS las recuerda una y otra vez, que relacionan la contaminación del aire inspirado con la pérdida de calidad de vida, con el asma y las alergias, con riesgos añadidos en los nacidos, con la muerte de unas 10.000 personas en España y millones en el mundo, llega una política y las niega. Esa postura menoscaba las alertas de los científicos y los sanitarios, puede provocar una cierta desatención ciudadana a sus hábitos reductores de contaminación y, al final, dañar la salud colectiva y aumentar considerablemente los gastos en salud colectiva. ¿Existe alguna figura en el derecho universal o español que persiga ese tipo de manifestaciones? ¿No merece el caso siquiera una reprobación política? Los neumólogos ya han respondido. Pues eso.
Por cierto, la infancia y las personas mayores están más expuestos que nadie. Suponemos que pronto habrá un rectificado, unas disculpas y una acción en sentido contrario de la «responsable» política, que ha empezado 2020 con mal pie.
El calor y la incertidumbre climática igualan a las grandes capitales
SEMANA DE LA CUMBRE DEL CLIMA EN MADRID
Miremos hacia 2050, pongamos el foco en las grandes ciudades, donde vivirá la mayor parte de la gente; allí se concentra una buena parte de las amenazas del cambiante clima. Si las previsiones se cumplen, algunas de esas ciudades ahora muy distantes y marcadamente diferentes se parecerán, podrían incluso hermanarse. Esto será debido a las similares temperaturas, que marcarán una buena parte la vida colectiva. Suponemos que se habrá hablado mucho de esto en la Cumbre del Clima y las ciudades pondrán en marcha planes de adaptación y mitigación.
Apunten desplazamientos sonoros y calurosos: Madrid parecerá Marrakech, Londres se hermanará con Barcelona, Estocolmo simulará ser Budapest y así muchas más. Tanto que se pronostica que “tres de cada cuatro ciudades del mundo, para 2050, experimentarán un cambio sorprendente en sus condiciones climáticas, mientras una quinta parte soportará situaciones dramáticas y nuevas, nunca vistas antes”. Es más, París, la ciudad que en 2015 quiso ser la puerta para entrar en la coherencia climática, parecerá Canberra, en donde los episodios de calor dejan a la gente maltrecha. El artículo de investigación de un equipo de investigadores liderado por la Escuela Politécnica Federal de Zúrich -ETHZ– sobre este tema publicado en PLOS ONE dice muchas más cosas interesantes. Visiten esta Web y lo comprobarán. Era una noticia de verano, el nuestro, pero la preocupación sigue vigente; nadie nos ha dicho que el incremento global de temperaturas se va a detener. Si dudan, visiten las previsiones de la OMM (Organización Meteorológica Mundial)
Seguir leyendo en La Cima 2030 de 20minutos.es.
La infancia y juventud en la diana del cambio climático. Unicef alerta
LA CUMBRE DEL CLIMA CHILE MADRID SIGUE SU CURSO
Los más débiles serán quienes salgan más perjudicados. El estropicio climático, que por ahora es acumulativo, llegará con más fuerza a mediados de siglo. Si así fuera, ojalá nos equivoquemos, una inmensa mayoría de niños y jóvenes de hoy verán mermada su salud mañana, deberán enfrentarse a dolencias antes impropias de jóvenes adultos. No es extraño que desde UNICEF se hayan impulsado lecciones de vida real, alarmas de futuro, para llamar la atención. Jóvenes activistas, apoyados solo por algunos gobiernos (Chile, Costa Rica, Fiji, Luxemburgo, Mónaco, Nigeria, Perú, Suecia y España), lanzaron su voz en forma de manifiesto. La Declaración sobre los Niños, Niñas, Jóvenes y la Acción Climática tiene un alto contenido reivindicativo; la vida lo merece. Lea la declaración, piense en qué está de acuerdo y actúe en consecuencia. No olvide que la infancia y la adolescencia es la mayor riqueza que una sociedad posee. ¿Por que se menosprecia tanto su futuro? Vuelva a disfrutar de las tiras de Mafalda de Quino, o de los dibujos de Frato. Seguro que a partir de ahí se convierte en activista por la infancia y la adolescencia.
El medioambiente europeo en serio peligro. Urge actuar para preservarlo.
La Agencia Europea de Medio Ambiente alerta de que hemos llegado mal a 2020 y estamos descuidando los deberes para 2030; que a este paso la situación se agravará mucho y mal. La Agencia llama la atención: urge un cambio de rumbo para afrontar los desafíos del cambio climático, revertir la degradación y garantizar la prosperidad futura. Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la AEMA avisa: «El medio ambiente de Europa se encuentra en un punto de inflexión. Tenemos una pequeña oportunidad en la próxima década de ampliar las medidas para proteger la naturaleza, atenuar las repercusiones del cambio climático y reducir radicalmente el consumo de los recursos naturales.» En su valoración de las tendencias, perspectivas y previsiones pasadas en relación con el cumplimiento de objetivos y metas políticas predominan los colores rojos en 2020, peor que las tendencias pasadas. No se pierdan el resumen o el informe completo, en donde se destacan los siete ámbitos clave en los que tendrán que tomarse medidas audaces para que Europa pueda reconducir la situación y alcanzar los objetivos y ambiciones fijados para 2030 y 2050. Revisen siquiera el resumen ejecutivo, no es muy largo. Por cierto, ¿conocen alguna forma de hacer llegar a las diferentes administraciones españolas estos datos? Habrá que crear la Universidad del Medioambiente y hacer que todos los políticos hagan un Máster en ella.
El clima es muy nuestro
REFLEXIONES AL HILO DE LA CUMBRE DEL CLIMA COP25 Chile- Madrid
Hay momentos, permítanme la confesión sincera, cuando permanecen las ideas negacionistas de gente ilustrada (o no), sus razones tendrán, y las noticias argumentadas con intereses partidistas varios, en que veo una sociedad en la que casi nadie se hace cargo de lo suyo. Ante este muestrario de indiferencia frente a las causas y consecuencias del acelerado calentamiento global demostrado por los científicos, me digo que ese proceder es un claro desaire hacia el propio futuro de quienes lo formulan y, lo que es mucho peor, el de aquellos que les siguen en la vida. Tanto lo uno como lo otro erosionan en demasía la superación de los peajes que ineludiblemente llegarán; los trastornos climáticos han venido para quedarse y puede que se incrementen. A todos los escépticos o negacionistas habría que recordarles que el clima es nuestro, dado que nos afectan sus consecuencias en mayor o menor grado; por eso, la reducción de sus causas también nos pertenece.
Seguir leyendo en Heraldo de Aragón.
La desidia contaminante nos hará mucho daño
CARTAS AL FUTURO EN LA SEMANA PREVIA A LA COP25 CHILE-MADRID
La especie humana, en su conjunto, no se caracteriza por su cordura; en la cuestión ambiental podríamos decir que raya la estupidez, sin paliativos. Una y otra vez, los científicos marcan el camino a seguir. Los países se llevan el mapa pero enseguida lo abandonan. Las personas parece que queremos pero no podemos o sabemos. ¿Qué ha generado semejante dejadez? Unos lo achacan al desarrollo, otros justifican cualquier desatino en el deseo de crecer más y mejor; dicen que da confortabilidad a la vida, aunque en realidad mata la salud. Mientras la gente preocupada espera ansiosa los resultados de la COP25 de Chile-Madrid conoce que se ha incrementado la emisión de gases que condicionan el cambio climático. De aquello de no superar 1,5 ºC ya casi nadie habla, porque parece imposible. Solamente la ONU se desgañita, pero ni caso. Cabe preguntarse ¿Qué somos y hacia dónde vamos? En fin, que París da la sensación que cada vez se nos aleja camino de perderse en alguna galaxia emocional ignota.
(Re)vuelos (des)contaminadores: el deseo vs la coherencia ambiental
En general, podemos decir que los vuelos de los aviones son destructivos, por más que no porten un armamento específico; quién iba a decirlo cuando todos nos hemos visto impresionados por el primer viaje en avión. Se sabe que incluso uno de corta distancia, entre Londres y Roma por ejemplo, produce más CO2 por pasajero que el provocado al año por un habitante de cantidad de países de todo el mundo: Mali, Congo, Etiopía, Madagascar, etc.. Quienes viajen desde aquí a Nueva York, sepan que generan semejantes emisiones a las que le sirven para calentar una casa normal europea “durante todo un año”.
Los expertos climáticos dicen que hay que reducir la interacción entre el aumento de temperaturas medias con las emisiones aerotransportadas de dióxido de carbono. Se pronostica que en 2019 se volará un 5% más que el año pasado, en el cual ya se habían incrementado respecto al año anterior, según la Organización Mundial de Turismo. Además de que las emisiones suponen ahora un 300% más que en 1990, la inquietante previsión dice que esas podrían triplicarse en las próximas tres décadas; normal pues se esperan 40 millones de vuelos, más de 100.000 diarios. Solo un detalle: por los aeropuertos españoles se movieron en julio unos 30 millones de viajeros.
Seguir leyendo en en blog La Cima 2030 de 20minutos.es.
Con la salud infantil no se juega; la crisis climática lo hace cada vez más
Queda al margen de toda discusión que la desidia colectiva es el rasgo que recogerán los libros de historia para comentar ciertos usos de la sociedad global de finales del XX y principios del XXI. Una sociedad dirigida por unas élites a las que los científicos avisan de que los vectores relacionados con la crisis climática está dañando muchas cosas. De forma especial la salud de todos, pero en particular de los más jóvenes, tanto que la emergencia climática es principalmente social. Decir crisis climática es hablar de lo que gobiernos, empresas y ciudadanos estamos haciendo mal, muy mal, sin importarnos demasiado sus consecuencias. Los dirigentes se empeñan en celebrar conferencias sobre el clima, empezaron bien en París 2015 y revisaron sus deberes en Nueva York en 2019 pero avanzan poco, los ciudadanos ricos apenas cambiamos cuatro bombillas de bajo consumo, nos compramos unos pocos coches híbridos y echamos los plásticos en un contenedor para que al final no se reciclen apenas. Van mal y despacio, la mayoría incumple hasta la última palabra que pronuncia; así no hay forma de ilusionar a la ciudadanía, vacilante y perezosa de por sí. Mira que hace días que se conoce la relación entre cambio climático y salud infantil, también en España. Unicef elaboró un informe sobre el asunto pero ahora saltan nuevas alarmas. Por cierto, no se pierdan el último estudio sobre la relación contaminación/cambio climático y salud publicado en The Lancet. Protejan a sus hijos y no los expongan a entornos contaminados, que en las ciudades son muchos.
El cambio climático aumenta las cifras del hambre mundial
Se sabía que los desastres naturales asociados a los fenómenos meteorológicos extremos tenían repercusión en la alimentación de las personas vulnerables y en las economías de los productores. Cosechas arruinadas y baja calidad de los productos castigan la economía, una y otra vez. Antaño eran noticia las sequías del Sahel y las hambrunas que llevaban asociadas. También nos congratulábamos de que desde el año 2000 había mejorado la situación mundial, si bien los progresos no llegaban igual a los distintos territorios.
Hoy, los desastres siguen impidiendo que más de 800 millones de personas se alimenten bien. Adaptarse al cambio climático es imprescindible para alimentar a la población mundial, asegura el último Índice Global del Hambre (GHI). Hoy más personas se alimentan peor que hace 5 años. El mapa del hambre, que se incluye en el estudio que da fundamento a esta entrada, castiga a África especialmente y a los países en guerra en Asia, pero a la vez cuestiona la nutrición de muchas personas en países americanos. Las sequías todavía influyen, pero también los monocultivos en los que han caído muchas zonas pobres que producen lo que el mundo rico les demanda, pero han dejado de producir aquello que aseguraba su subsistencia. La ONU se pregunta si se podrá asegurar en unos años la alimentación del mundo entero.
Hay que adaptarse al cambio climático, pero si la temperatura sigue subiendo…