El mes de diciembre es tiempo de balances en el comercio para ver cómo han ido los negocios en ese año. Los ajustes entre gastos e ingresos desencadenan las rebajas. En la administración también se miran balances, se prevén actuaciones y se elaboran los presupuestos. Estos años, como los ingresos no han sido los esperados, se plantean rebajas en las partidas de gastos. En educación y sanidad, que deberían ser las dos partidas más sensibles en los proyectos de los gobiernos, no caben rebajas. En ambos casos no se trata de gastos sino de inversión, pues unos buenos cuidados preventivos evitarán futuras dolencias sociales o posibles epidemias.
Pues bien, en diciembre se anunciaron también abundantes rebajas en educación, que continúan en enero. El dinero que las administraciones destinarán durante este año a sanar dolencias educativas antiguas -que según el Ministerio y el Departamento de Educación son muchas- o a prevenir las futuras –pues parece que también puede haberlas- desciende o apenas aumenta, que para el caso es lo mismo. Tres pueden ser los aspectos más delicados en la economía educativa regulada por la administración: el gasto global que dedica a la enseñanza obligatoria, los gastos de funcionamiento que asigna a los centros para que desarrollen correctamente su tarea y las ayudas que destina a las familias con menos recursos (para comedor, transporte y material escolar).
Según los últimos datos del MECD, el gasto público educativo en España retrocedió en el 2011 a los niveles del año 2008, lo que significa que descendió por primera vez tras 22 años consecutivos de incremento. En Aragón, donde también se empezaban a acusar los primeros síntomas de la crisis, se redujo un 3,8% en ese periodo, al tiempo que el número de alumnos se incrementaba. La disminución de los presupuestos continúa. Si a esta circunstancia añadimos la mengua del número de profesores de los últimos años, podemos imaginar cómo se van a llevar a cabo las reformas pendientes y la mejora de calidad que pregona la Lomce.
Otra paradoja. Cuando no hacen nada más que incrementarse los precios de la energía, el papel, la telefonía y el resto de los gastos corrientes a los que deben enfrentarse los centros educativos, el presupuesto que se les asigna desciende un 15%, como ya ocurrió el año anterior. La razón, según el Departamento, es que se va a producir «un ahorro debido a una mejor racionalización de los recursos». Quizás estén realizando ya gestiones ante las compañías suministradoras de energía o de telefonía para que hagan un trato especial, acaso piensen comprar todo el papel a un solo fabricante y distribuirlo por los centros. Si quieren implantar en educación un modelo de compras semejante al sanitario, habrán de tener cuidado porque el número de centros no se parece en nada, lo cual puede multiplicar los defectos en gestión que ahora estamos viendo en la sanidad. Algunos institutos ya han restringido el uso de la calefacción este año, mientras que otros centros solicitan aportaciones de material. El copago educativo ya ha empezado, si bien nos tememos que se va a incrementar bastante.
Las ayudas a las familias para que paguen comedores o material escolar sufrirán recortes superiores al 20%. Además, parte de ellas las van a gestionar órganos administrativos diferentes al educativo, con lo cual va a perderse el concepto de equidad redistributiva que siempre debiera existir. Pero esa disminución de las ayudas se hace en el momento en el que más gastos se exigen a algunas familias. Quienes tengan hijos que comiencen 1º, 3º o 5º de Educación Primaria en septiembre de este año tendrán que comprar nuevos libros por la puesta en marcha de la Lomce, y ahora no sirven los bancos de préstamo que han socorrido a bastantes alumnos durante los años anteriores.
En las rebajas, los comercios que venden ropa resaltan que el género mantiene la misma calidad, que simplemente lo ponen a disposición de los consumidores a esos precios porque deben reducir existencias. Las rebajas educativas tienen el riesgo de que la calidad de la formación de los escolares se resienta, de que vayan mal arropados ahora y desvestidos en el futuro, en especial por dentro. Habrá que tener mucho cuidado, porque en estas cuestiones de trascendencia vital no vale el “todo a 100”.
- Publicados el 4 de febrero de 2014. Continuaban las rebajas educativas en España.