Por nuestra cultura social transita un conglomerado de principios e ideas éticas. Se nota si los conocemos, si los seguimos, cuando se hacen visibles una serie de conductas que dan imagen y sentido a nuestras vidas. Valores universales como solidaridad, igualdad y pluralismo, justicia, paz, libertad, convivencia, respeto, cooperación, etc., se admiten globalmente como argumento de existencia colectiva. El sistema educativo incorporó la enseñanza y el aprendizaje de algunos de ellos como contenido hace unas décadas. Las sucesivas leyes lo recogen en sus preámbulos y justifican en varias ocasiones que la educación debe convertirse en una potencia de transformación, que se concreta en la formación integral del alumnado, en ayudarles a ser personas sociales. Cumplimentar este cometido requiere una compleja intervención, que cuesta encajar con la costumbre transmisiva y acumulativa que impregna el quehacer escolar; exige modelos de intervención pedagógica diferentes para los que hay que prepararse.
El artículo 5 de la Orden que desarrolla el currículo de Primaria prioriza los valores como objetivos generales mientras que en el RD de ESO dice que son un elemento transversal básico; incluso en Bachillerato son incorporados entre los objetivos. Por si todo esto no fuese suficiente, figuran como una competencia básica asociada al engranaje social. Para hacerlos realidad se requiere en nuestros centros un gran empuje que les dé su significado: utilidad, cualidad, alcance, permanencia, representatividad personal y social, trascendencia, generadores de identidad, etc. El alumnado que haya asistido a las clases de Valores sociales y cívicos en Primaria, Valores éticos en Secundaria tendrá el camino un poco más fácil. ¿Cómo se lo procuraremos al resto? No será suficiente con incorporar el enunciado en el Proyecto Educativo; hay que adentrarse en los valores cada día, tanto en el plano individual como colectivo. De lo contrario, el sistema educativo podría ser evaluado negativamente en su más fuerte apuesta: la formación integral del alumnado.
- Publicado en Heraldo escolar, pág. 6, el 24 de mayo de 2017.