En varias ocasiones se han cuestionado los deberes –queda mejor tareas escolares que se cumplimentan fuera de las clases- pero pocas veces la oposición ha tenido tanto eco como ahora, pues incluso ha llegado al debate político. En este juicio popular, recogido ampliamente en los medios de comunicación a propósito de la huelga impulsada por la Ceapa, cabría reconsiderar la idoneidad de las tareas si cumplen varios requisitos: solo las necesarias, imprescindibles, complementarias; las que favorezcan el aprendizaje autónomo y estén ajustadas a las edades y capacidades; sí están coordinadas entre las distintas materias, son limitadas en el tiempo de dedicación, y además creativas. Con estas premisas serían útiles para el alumnado en general, pues parte de él no utiliza siempre las mismas capacidades que el resto, ni todos los días su ánimo de trabajo está igual, ni los contenidos de cada materia –suponiendo que resulten atractivas a la mayoría- tienen la misma complejidad. Además, hay contenidos que precisan un aprendizaje lento, que ha de construirse individualmente, algo que el ritmo escolar diario no permite.
Estudiar, aprender, es costoso y requiere un esfuerzo. A veces, la implicación familiar en la tarea tiene efectos muy positivos para el mismo aprendizaje y las relaciones personales. Oponerse –en un ejercicio de libertad- a cualquier trabajo extraescolar, sobre todo en fin de semana, es una alternativa que mejora el necesario ocio pero puede incentivar la desgana del estudiante, en nada favorece la estrategia del esfuerzo y reduce la estimación del alumnado hacia quienes le enseñan. Quizás, en este pleito debería abordarse previamente –entre administración, profesores y familias- si es posible que el amplio currículo exigido en cada materia de Educación Primaria o Secundaria puede explicarse, aprenderse y experimentarse en el horario escolar. Si no fuese así, eliminar lo prescindible liberaría los tiempos escolares y evitaría buena parte de las tareas extraescolares. Este sí sería un interesante debate educativo.
- Publicado en Heraldo escolar el 16 de noviembre de 2016, en pleno momento de deberes caídos.