Se los conoce enseguida, casi los primeros días del curso. Algunos, también chicas, no tienen ningún reparo en participar en clase. Levantan enseguida la mano. Los profesores los ven. ¡Sí, dime! Cuando aciertan, no siempre ocurre, se llevan el reconocimiento de quién enseña -¿los tendrá enchufados?- y más de una mirada de admiración de quienes tratamos de aprender. Sigue la clase, cambiamos de materia. Más o menos los mismos acaparan la atención. ¡Vaya¡ Me parece que alguna cosa de las que preguntan los profes la sé. Estoy por levantar la mano, pero no, no sea que lo diga mal y algún compañero se ría, como hacen cuando Segismundo -es polaco y no habla bien- interviene. Se lleva las bromas de todos. No me importa pasar desapercibida. Lo mismo piensa Ana X, la llamamos así porque hay varias con el mismo nombre. Aunque ella podría intervenir siempre, es de las que mejores notas saca de toda la clase. Pero no le apetece, la llaman empollona, y se pone roja. Por cierto, yo también saco buenas notas.
Nos ponemos juntas en casi todas las clases, en las filas de la pared, más o menos en la mitad de la clase. La parte de atrás la cogen los folloneros, o los que pasan de lo que explican los profes y se dedican a wasapear. Somos 5, no todas sacamos buenas notas, pero somos normales tirando a guapillas, sin exagerar claro. Sin embargo los chicos no se fijan en nosotras. Durante el recreo nos aburrimos de ir de aquí para allá en el patio y por eso nos pasamos por la biblioteca o a hablar con algún profe. Mientras, hay chicas –más esculturales y lanzadas- que ligan cantidad. ¿Seremos unas raras? Hemos decidido cambiar un poco el estilo: un ligero toque en el ojo, fuera chandal y ropa más actual, y un nuevo corte de pelo. Cuando lo comentamos en casa no le dan importancia al asunto, pues dicen que los estudiantes que triunfan son los que sacan buenas notas. Pero a nosotras nos gustaría tener más éxito; en las cosas buenas, se entiende. ¡Ah!, también hay chicos que no brillan. ¿Será lo normal en Secundaria?
* Publicado en Heraldo escolar el 4 de noviembre de 2015.