Comenzó un nuevo curso. Por más que se repitan los inicios año tras año, cada vez son diferentes. El verano relaja la intención educativa, desaparecen conocimientos y hábitos de trabajo en los escolares. Las familias pasan a un segundo plano su preocupación de que sus hijos e hijas aprendan todo lo que sus capacidades les permitan. Generalmente los alumnos superarían el curso, que parece que es la garantía de su progresión personal. En parte sí, pero no del todo. La nota supone el dominio de una serie de contenidos que forman el currículo escolar, pero no lo es todo. Porque la calificación alcanza su completa dimensión si recoge el desarrollo de las capacidades que estimulan a los chicos y chicas. Esas les hacen madurar, mejoran su autonomía, ayudan a que su autoestima sea un factor de impulso educativo. Todas se perfeccionan mejor si el escenario familiar valora su esfuerzo aunque el éxito no haya sido rotundo, sus profesores se acercan a ellos con ganas de verlos crecer, los compañeros comparten sus ilusiones y no les añaden zancadillas a la difícil tarea que es aprender porque uno mismo quiere. De todas estas cuestiones también el verano se lleva una buena parte.
Toca empezar de nuevo un reto escolar, ser estudiante lo es cada año. Llevamos unos días pero las rutinas ya van cambiando poco a poco. El arte de aprender -es obra de artistas- se ejercita mejor en un escenario de corresponsabilidad. Hay familias que esperaban la llegada de septiembre con verdadero deseo, para entregar sus hijos a los profesores, para que los rujiasen con una lluvia mágica que los impregne del conocer, el saber ser y el hacer bien. Pero esto no es fácil, ni siquiera es seguro. Para disfrutar de la experiencia que es educar se necesita la participación responsable de las familias, que todos los días alientan a los suyos y en ocasiones les ayudan en sus tareas, es imprescindible la autorregulación de los alumnos, según sus edades claro. De la trascendencia de la implicación del profesorado nadie duda. En fin, toda la tribu educa.
* Publicado en Heraldo escolar el 14 de octubre de 2015