Resulta difícil hablar de este tema. Porque si la norma es algo así como una medida, una regla que sirve para ajustar las conductas, y puede ser más o menos estable, no resulta nada fácil usarla. Tiene sus matices, que dependen básicamente de la persona en quien se aplica y el lugar en donde esto ocurre. Hay normas sencillas y otras complicadas; unas envejecen mientras que otras surgen; algunas se relajan hasta perderse en el tiempo, o un hecho acumulado o fortuito las enfatiza de nuevo. La misma medida, quizás hablada y un poco consensuada en un entorno familiar o escolar, no es aplicada de forma idéntica por diferentes personas. Tampoco es admitida igual por todos los individuos, sean pequeños o mayores, incluso sucede cuando se ha establecido por acuerdo. A veces son extraordinariamente complejas, puede que no se entiendan por mucho que nos empeñemos. Las hay de primera, mientras que otras tienen menos contundencia y cuesta menos incumplirlas, o revocarlas.
Pensemos cómo se lleva este asunto del cumplimiento de las normas en colegios e institutos. Allí existen unas reglas escritas, agrupadas en los Reglamentos de Régimen Interno que todos (alumnos, padres y profesores) debían conocer, respetar y cumplir. Hay alumnos, que lo hacen por imposición, otros porque creen en ellas, también ayuda la costumbre, la afectividad con quien las dicta, la carga emocional o el fastidio que suponen. Ayuda bastante ver que los que rodean –los compañeros- las cumplen o no, pero no siempre. También persiste en algunos el placer en saltárselas, un poco o del todo. Hay padres que piensan que hay que poner varias hormas a los hijos para que vivan con éxito en la sociedad, otros están manifiestamente en contra de su proliferación. A veces, los chicos y chicas deben compaginar pautas muy diferentes en el centro escolar y en casa. Algunos profesores aseguran que las normas no se consensúan en un centro escolar –son necesarias para conducirse mucha gente en un mismo lugar-, aunque sí se deban explicar y razonar con detalle. Otros opinan lo contrario, que se establecen en asamblea. Ellos mismos las cumplen u olvidan. Es difícil este asunto.
- Publicado en Heraldo escolar el 29 de abril de 2015