Los buenos deseos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima
Pocas veces las asociaciones gubernativas obedecen a la multidimensión de la vida colectiva. Suelen estar dirigidas a un aspecto concreto, determinado por pocos vectores. En el caso del proyectado borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2012-2030 sucede lo deseado: se relacionan causas y efectos, se aíslan dimensiones determinantes para focalizar sus interacciones, se proyecta el futuro pensando en las personas. define como objetivos lograr la descarbonización, conseguir la eficiencia energética, asegurar la independencia energética, esboza política para mejorar el sistema interior de abastecimiento y uso, y quiere apoyarse en la innovación, investigación y competitividad. También pone fecha al cierre de siete centrales nucleares, porque las renovables ya darán la energía de la vida. ¡Casi nada!
No se pierdan los escenarios previstos para la red eléctrica en 2925-2030. El último anexo trata de la contribución del plan a los ODS en 2030. Tras su publicación, las organizaciones ecologistas han mostrado sus temores. ¡A ver cómo queda su realización!, en estos convulsos tiempos políticos en los que tan poco importa el futuro de la ciudadanía y tanto las peleas por gobernar. Los meses pasan y el cambio climático cabalga desbocado, azuzado por nuestros comportamientos.
De momento, la Unión Europea no está muy contenta con los planes que le han presentado los estados miembros.