El sol, la tierra y el tiempo condicionan la vida; ahora y siempre. Por eso es urgente un pacto reclimatizador
El pasado día 23, Día Meteorológico Mundial, la Organización Meteorológica Mundial nos recordaba que vivimos en una encrucijada de atención urgente. Se nos ha olvidado, o no hemos querido apreciar, la influencia del sol en nuestras vidas en el contexto de un cambio climático, en una salud diferente, en una aprovechamiento de sus poderes para nutrir nuestras energías renovables; en suma, en un contexto social complejo y muchas veces divergente en sus intereses.
Reproducimos textualmente, los subrayados son nuestros, lo que ese día decía el Secretario General de la OMM:
“El aumento de las temperaturas —que está provocando la fusión del hielo y el calentamiento de los océanos— se debe a los gases de efecto invernadero de larga duración en la atmósfera. En 2017 las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) alcanzaron las 405,5 partes por millón (ppm) y siguen aumentando. Como consecuencia, desde 1990 ha habido un incremento del 41 % del forzamiento radiativo total. El CO2 causó alrededor del 82 % del aumento del forzamiento radiativo durante la pasada década.
Si se mantiene la tendencia actual de las concentraciones de gases de efecto invernadero, es posible que las temperaturas aumenten entre 3 y 5 °C de aquí a finales de siglo, muy por encima del objetivo fijado en el Acuerdo de París de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2 °C y lo más cerca posible de 1,5 °C.
El cambio climático ha provocado un ascenso de los extremos térmicos y nuevos récords de las temperaturas diarias, no solo en el ámbito local, sino también a escalas nacional, regional y mundial. Las olas de calor empiezan cada vez primero y terminan más tarde de lo habitual, y su frecuencia e intensidad han ido en aumento.
Los modelos climáticos prevén un aumento de la temperatura media en la mayoría de las regiones terrestres y oceánicas, episodios de calor extremo en la mayoría de las regiones deshabitadas, precipitaciones intensas en varias regiones y la probabilidad de sequía y déficits de precipitación en algunas regiones. Se prevé que los riesgos relacionados con el clima para la salud, los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria, el suministro de agua, la seguridad humana y el crecimiento económico aumenten con el calentamiento global”
Sus palabras resumen una parte de las seguridades científicas, a la vez que alerta sobre sus repercusiones en la vida colectiva. Mientras, los poderes públicos y los partidos siguen desaparecidos en la contienda climática. ¿Qué estamos haciendo? ¿No sería necesario en España un Pacto reclimatizador? La sociedad debe tomar el protagonismo en la defensa de su futuro, habida cuenta de la inacción de los partidos políticos españoles, empeñados en lanzarse soflamas.