El enigma de la simulación y el dolor no es sino una extensión del tiempo, el pasado y el que vendrá
Treinta y ocho palabras bastan para que el recuerdo de Auschwitz nos traiga a la memoria todas las barbaries pasadas y futuras, en cualquier parte del mundo. Que la voz de los afectados fustigue siempre nuestras relajadas conciencias.