El bono social para aminorar la pobreza energética aun espera resolver laberintos
La crisis, junto con unas regulaciones comerciales abusivas de la energía que han llevado a un encarecimiento de la electricidad de un 70 % en los últimos 10 años según Facua, llevó a mucha gente a la pobreza energética, más visible en invierno pero patente todo el año. Alrededor de 4,5 millones de personas (un 10 % de la población la padecen en España); entre 50 y 125 millones en la UE, las cifras bailan por los baremos de concreción. Para limitar esta tragedia, diversas ONG impulsaron medidas paliativas y consiguieron del Gobiernos y de las eléctricas pactos en esa dirección, que se concretaron en el bono social, del que ya disponen más de un millón de hogares. Pero ahora acaba el plazo para renovarlo y adaptarlo a las nuevas normas y el asunto no debe ser muy sencillo o hay muchos despistados. De todas formas, hay que preguntarse si algo no marcha bien en esta sociedad consumista cuando tantas personas no pueden consumir la energía necesaria para tener un hogar confortable en invierno; circunstancia que se produce incluso en hogares en donde algún miembro trabaja. Vienen los fríos y mucha gente en pobreza energética carece de bono social.