Cuando un país convulso desaparece de las noticias, seguro que los débiles sufren más
Se acuerdan de un país llamado Somalia, de otro que sufría tanto o más que en tiempos fueron dos: Yemen. Hay otros muchos que no son noticia de nuestras televisiones, ocupadas más en hablar de ídolos deportivos. Apenas se ocupan un par de minutos, unos días al año, de los miles de damnificados diarios por efectos varios. En tiempos había un país llamado Libia; estaba cerca de Europa y lo gobernaba un sátrapa bien visto por los mandatarios europeos a los cuales vendía petróleo o gas. El país saltó por los aires; allí vivía gente de la que nada nos dijeron, incluidas muchas mujeres y niños que están sufriendo abusos continuados. Ahora vuelve un día al escaparate televisivo porque las barcazas con inmigrantes parten de ahí. Dicen que la UE ha demandado colaboración de sus autoridades, para atajar el problema en su raíz, por eso entrena a sus guardacostas. Poco se nos dice de la ayuda humanitaria que destina la UE, que suponemos que la habrá. Por de pronto, los barcos de las ONG que evitaban el ahogamiento de los subsaharianos han huido de las costas libias. Necesitamos saber si nuestros gobiernos socorren a los ciudadanos libios, yemeníes, somalíes, eritreos, sudaneses, etc. y qué acciones diplomáticas están llevando a cabo. ¡No se olviden de Libia! Unicef denuncia que más de 550.000 niños sufren condiciones inhumanas y necesitan ayuda.