Cierre total de Garoña; cuando la presión ciudadana es potente y generalizada hasta las nucleares tiemblan
Por fin lo hemos conseguido, aunque parece que se cierra también porque las inversiones económicas para su readaptación a las nuevas exigencias no la hacían rentable para las compañías eléctricas. Pero cuidado, porque los residuos siguen en la central de Garoña y ya se sabe que cuando el negocio cesa es muy difícil asumir responsabilidades, pues el desmantelamiento es un proceso con riesgos. Los gobiernos del País Vasco, La Rioja, Navarra y Aragón deberán estar atentos porque el Gobierno de España lamenta que el asunto se haya convertido en un debate político (sic). No digamos ya la gente de Burgos y Álava. Atentos también a que ahora nos venderán que hay que subir la luz porque no se puede generar esa energía. Si nos dejamos, la voracidad eléctrica nos electrocutará. Mientras tanto disfruten de la noticia en El Correo, El País, y 20minutos. Un recuerdo especial para la gente de Greenpeace.