La «crueldad animal» no es espectáculo para niños: caso Barbastro y más.
Quiero escribir esta entrada en positivo, a pesar de lamentable espectáculo vivido el día 8 en Barbastro, una ciudad a la que amo. Afortunadamente las gradas estaban casi vacías. Muchos de los pocos presentes gritaban de estupor y me imagino de dolor. No aprobarían lo que allí estaba sucediendo.
No me cuesta defender que lo acontecido y divulgado en redes no es porque la gente de esta ciudad no ame a los animales ni tenga escrúpulos ante lo que se hace con ellos. Podríamos encontrar casos similares en muchos pueblos y ciudades de España. Estos «accidentes» pueden suceder en cualquier lugar.
Quiero proponer que las familias que estaban allí con sus hijos, para ver un espectáculo posterior, utilicen lo sucedido para hacer pedagogía del respeto a todos los animales. Algunas abandonaron el espacio al ver lo que sucedía. Seguro que las familias barbastrenses no presentes habrán comentado la crudeza del asunto y si era necesario. Sin duda habrá generado un debate social en la ciudad. Lo que es bueno si sirve para aunar posturas fundamentadas.
Quiero animar a un debate colectivo sobre si lo taurino -con el respeto debido a quienes les gusta y mueven el mercado- puede seguir llamándose fiesta nacional. Muchas personas no nos manifestamos a favor. Además es un mal asunto para la marca España, por muy alabado que fuese por Ernest Hemingway y otros.
Quiero traer a la memoria las imágenes de los circos de la Roma clásica. Aquellas películas de romanos que veíamos de chicos exhibían crueldades varias, sin que nos inmutásemos. Cada vez que veo el Coliseo de Roma me vienen a la mente esas imágenes en donde el emperador de turno contentaba a su pueblo con exhibiciones de crueldad. Las entiendo de distinta forma. Supongo que lo mismo le sucederá a mucha gente.
Les invito a que eliminen esas figuras de este viernes y las cambien por las imágenes de la «taurocatapsia» cretense que ha quedado recogida como arte en murales y vasijas. De aquello han pasado casi 3.500 años. No me atrevo a argumentar la afición por representar el “arte taurino” de Goya o Picasso -me cornea el toro del Guernica-, ni si esto impregnó la cultura española para considerarlo fiesta nacional.
Me gustaría conocer si en las ciudades donde el «maltrato animal» (mucho o poco) es parte de las fiestas patronales, se lleva a cabo un debate sosegado -antes o posteriormente del acto- sobre la necesidad de conservar «ciertas tradiciones» . No se trata de estar a favor o en contra sino demostrar para qué/para quiénes sirven/qué obliga a mantenerlas.
Quiero suponer que las justificaciones manifestadas tanto por el Alcalde de la querida ciudad y las del empresario taurino serán matizadas nuevamente pero desde el respeto debido a los animales. También desde la necesidad de ese espectáculo. Sería conveniente justificasen la crítica a las familias presentes y ausentes, en el primer caso porque era un acto cuya organización es municipal, y en el del empresario con la alusión de la aparente “normalidad” del comportamiento de un toro liberado de un estrecho cajón. Porque visto desde fuera tiene más de crueldad que de etología.
Sería revelador de la cultura social que las clases de tauromaquia que dos CC.AA. pretenden incluir en la educación obligatoria se cambiasen por temas de cuidado y recurso animal como la apicultura y sus problemas, los beneficios multidimensionales de la ganadería extensiva, o la desaparición de animales polinizadores, la incógnita de según qué caza, etc. Vivimos en la Europa de bien entrado el siglo XXI.
La crueldad animal debe desterrarse como espectáculo, no solo para los niños y niñas. Ojalá el año próximo no tengamos que ver estos sucesos en las fiestas de ningún lugar de España. Impliquémonos todos en convertir el «caso Barbastro» en un positivo «efecto Barbastro» en la generación de un compromiso de protección animal. Los errores (vividos o explicados con argumentos poco comprensibles) deben servir para aprender contrastando posturas. A ver qué dice la Fiscalía. Dos días después nos enteramos que también lo investigará La Fiscalía de Menores.