El ruido que no cesa, ni se escucha con oídos sordos

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Todos los años por estar fechas se recalca que vivimos en el imperio de los ruidos, ensordecidos por la falta de escucha. Este año fue el 26 de abril. Pocas jornadas después del Día de Libro, que no emite ruidos sino que calladamente nos habla de sentimientos, pensamientos, afectos o aventuras. De aquello que despierta o recuerda sueños de otros hechos propios cuando nos sumimos en la lectura atenta. El ruido es la no escucha, la falta de atención a lo que nos comunica.

El 26 de abril es buen momento para abrir el cajón social de los deseos no ruidosos. Este año no se limitaba a recordarnos por un día que hay que ir contra el ruido sino que en su lema hablaba de la concienciación sobre el ruido. Nos atrajo el titular de la noticia de eldiario.es: 60 segundos de silencio para conmemorar el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido. Es un título bastante expresivo, y a la vez emotivo. Nos invita a pensar durante 60 segundos todo lo que nuestra vida nos dice sobre el ruido. Todo se relaciona con que las personas habitemos en unos entornos más saludables. Ruido y salud, quién lo iba a decir. Pues sí, el ruido deteriora la salud no solo en los establecimientos comerciales y en los centros de trabajo. Ah, y en las emisoras de radio y televisión que cuando anuncian algo suben tanto el volumen que las palabras se fusionan en ruidos, sin dejar margen a los paréntesis casi intemporales que animan la escucha atenta del pensamiento. 

En el artículo se dice que cinco organizaciones no gubernamentales se han unido para extender la lucha contra el ruido a la población. También nos recuerda que, copiamos textualmente: El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha condenado a España en varias ocasiones. “El balance es muy claro: en 2022 se cumplen 20 años de sentencias del Tribunal Supremo y de los Tribunales Superiores de Justicia de toda la geografía de nuestro país condenando este contaminante, evidenciando así la tortura continua a la que estamos sometidos los ciudadanos”. La calle entra también en el reino del ruido; solamente faltaban las terrazas bareras pos COVID!

En una entrada de este tipo hay que recordar la labor del Instituto de Salud Carlos III, que atribuye al ruido de tráfico unos 6.000 ingresos urgentes al año solo en la Comunidad de Madrid, y contabilizados únicamente los casos a corto plazo. Además el ruido del tráfico se relaciona con unas 280 muertes al año por causas circulatorias en mayores de 65 años. Con parecida intención ISGlobal de Barcelona denunciaba hace un año que «el tráfico rodado en las ciudades europeas expone a 60 millones de personas a niveles de ruido perjudiciales para la salud». Hace poco más de un mes daba razones por la cuales había que reducir drásticamente el ruido urbano. El entorno de las escuelas a dónde van mis nietos en Madrid, al igual que muchos escolares de las grandes ciudades, es algo así como el imperio del ruido. Lo cual, dicen la ciencia rigurosa, disminuirá su calidad de vida.

Alarma el último informe La contaminación del aire y la salud de los niños de la Agencia del Medioambiente Europea (European Evironment Agency). Por su parte, la Sociedad Española de Epidemiología advierte que también ayuda al aumento de los partos prematuros, además de reincidir en los problemas de salud antes expuestos.

P.D.: Está entrada estaría incompleta si no hablará de las barreras humanas contra el ruido. Como asociación homenajeamos aquí a la iniciativa vecinal Stop Ruido; como profesional a Jesús de la Osa, https://twitter.com/jesusdelaosa, el vigía permanente y exquisito comunicador de la relación entre medioambiente urbano y salud colectiva.

 

Un comentario sobre “El ruido que no cesa, ni se escucha con oídos sordos

    Joaquín dijo:
    01/05/2023 at 22:41

    Bueno. Habría que hablar del daño que » se hacen » los jóvenes y niños con el uso inadecuado o innecesario de discotecas, auriculares, equipos de música, etc. .
    Adjuntad datos médicos, del aumento de trastornos de audición…..
    Un saludo.

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