La Canal Roya: santuario emocional del arte de la naturaleza
Escondido en el Pirineo aragonés, este valle glaciar -en donde las formas geológicas en U adquieren la categoría de sublime- ha permanecido a salvo de las intromisiones humanas que tantos entornos naturales han destruido. Su conservación es un deber moral que nosotros tenemos con las generaciones futuras. Su alteración no admite un sí condicional que supuestamente aminore los destrozos. Tiene la protección del NO rotundo, porque no se puede vender algo que a todos pertenece y de nadie es, ni en el espacio ni en el tiempo. Porque no se puede destruir por un barrunto el arte de la naturaleza.
Ahora, el Gobierno de Aragón pretende autorizar que sea hollado por unas autopistas teleféricas y diversas construcciones. Lo aprueba con urgencia aludiendo al interés general; ¿de quién y de cuántos es ese interés? La sociedad Aramón sería la beneficiaria, un trueque inexplicable del dinero público al bolsillo privado. Pero además ese dinero procede de una iniciativa europea llamada NextGenerationEU (NGEU) de la UE, que pretende dedicar el 30 % del presupuesto plurianual de la UE (2021-2028) a inversiones ecológicas. ¿Caben en este santuario de biodiversidad y geología sublime inversiones para romper los atributos de ecología casi virgen que reúne?
Dice el Gobierno de Aragón, junto con la otra impulsora que es la Diputación Provincial de Huesca (DPH), que semejante inversión ayudará a revertir la despoblación que (no)soportan ahora los valles de Tena y la Jacetania con la misma intensidad que otras muchas zonas-comarcas de Aragón. ¿No sería más adecuado utilizar esos 24 millones de euros que se quieren gastar ahí en apoyar centenares de proyectos de agroganadería ecológica y pequeño comercio local, brigadas de aprovechamiento forestal y protocolos contra incendios, de movilidad sostenible en el ancho y despoblado territorio aragonés?
Todo esto en un contexto de crisis climática que pone en cuestión que dentro de unos años el dominio esquiable -el quid de la cuestión en esta desmesura gubernativa- se vea enormemente reducido o directamente imposible, que se limite a unos pocos días. Ya está sucediendo en los Pirineos y en los Alpes.
Frente al desatino que se quiere tramitar por vía de urgencia se han levantado voces que reclaman que el Pirineo no se venda. Desde plataformas ciudadanas y entidades diversas hasta centenares de científicos y científicas, grupos de investigación que se apoyan en evidencias irrebatibles en torno al calentamiento global. También muchas personas que habitan en montaña o agrupadas en colectivos montañeros. También gente famosa de la literatura o la música, o simplemente ciudadanos y ciudadanas sin renombre general pero con sentimiento de ética global. Para todas ellas este santuario emocional es un compendio de geología, biodiversidad y arte libre -como todo el que gestiona la naturaleza por sí misma- que hay que preservar como si fuera una catedral de credo universal. Aquí reside el interés general.
Aún queda tiempo de que se desestime el proyecto. Apelamos al Gobierno de Aragón y a la DPH a demostrar esa sensibilidad conservacionista que deben tener -ambas otorgan cada año sus premios de Medio Ambiente-. A ver si la Unión Europea nos echa una mano. De lo contrario la podríamos calificar como embustera por decir que protege la socioecología y a la vez permite intromisiones en espacios frágiles. Porque, parafraseando a A. Humboldt -un explorador y divulgador de la riqueza natural, pionero en el ecologismo global y anticipado al percibir el cambio climático- la comprensión de la Canal Roya proporciona un deleite intelectual y una sensación de libertad que ningún golpe del destino ni ningún mal inducido tienen derecho a destruir. El Anayet, ese pitón volcánico recuerdo de épocas lejanas, lleva mucho tiempo disfrutando de su posición de vigía de la Canal Roya. Con qué derecho humano vamos a robarle ese privilegio de mirada complaciente que el paso del tiempo le conservó.
No obliguemos a la Ronda de Boltaña, Amaral -Labordeta y Carbonell desde donde quiera que nos observen- a cantarnos con triste emoción la destrucción de estos enclaves. Bastante daño emocional vivido nos quedó poemado y musicado en aquel «País perdido«, maltratado con silencios y olvidos, que nos avanzó la Ronda de Boltaña a partir del Sobrarbe abatido.
4 pensamientos sobre “La Canal Roya: santuario emocional del arte de la naturaleza”
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27/03/2023 at 10:26
Maravilloso, Carmelo. Gracias por tu compromiso y buen escribir. ¡Anayet, Parque Natural YA!
27/03/2023 at 10:30
Gracias a ti Eduardo por descubrirnos siempre que la biodiversidad y la geología de Aragón merecen una inmersión emocional que nos haga admirar también el arte natural implícito.
27/03/2023 at 18:31
Cuatro palabras elegidas de forma certera en el título: santuario, emocional, arte y naturaleza. Su combinación nos prepara para recibir tu mensaje asociado a La Canal Roya. Es claro y lo haces con un dominio del lenguaje admirable. Gracias.
27/03/2023 at 18:39
Gracias José Ángel. ¿Por qué no pueden ser ecodependientes en la vida cotidiana? Servirnos para trazar un futuro más amigable para el planeta y sus criaturas.