El mundo es un mundo de riesgos; el mayor ser mundo

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En verdad, nunca he sabido muy bien qué era el mundo. Unas veces pienso en superficies, otras en criaturas. ¿El aire que nos rodea es mundo?¿Y el agua superficial o subterránea? Qué pensar de la globalización, aquel invento maléfico que iba a salvar el mundo, pero en el camino condenaba a las personas. Cuando estoy más lúcido relaciono el mundo con el universo pero debe ser una perogrullada de esas que escribo, por más que se confunda en los libros de texto que utilizaban mis alumnos. Si lo limito a “todo el mundo es o hace” me veo un simplón de esos que sostienen el antropocentrismo a ultranza. ¿Acaso no somos todos un poco eso? Podríamos hablar de los riesgos que tiene en perspectiva el ecosistema mundo, pero hoy nos vamos a centrar en la especie humana: variopinta, universalmente diferente, egoísta con quienes no son personas y más ahora con guerras y atrocidades de desigualdades varias que emponzoñan el mundo del pensamiento. Me hago varias veces la pregunta si los inmigrantes que mueren en el Mediterráneo pertenecen a ¿nuestro? mundo. Porque al decir de F. Nietzsche el mundo real es mucho más pequeño que el mundo de la imaginación, que digo yo que serán muchos.

Hay riesgos medioambientales, geopolíticos, sociales y tecnológicos. Hoy mismo traerán a escena varios de ellos los medios de comunicación serios. Puede que alguno quepa en este gráfico que traigo aquí. Según muestra hay riesgos que cambian de importancia con el transcurso de los años. No sabemos la razón por la cual desaparece la crisis del costo de la vida de la proyección de 2 años a la de 10. Lo que si vemos, si se cumplieran estas previsiones, realizadas con datos del Foro Económico Mundial, los problemas ambientales coartarán la vida del mundo en conjunto dentro de diez años.  A ver si lo ven ahora tan enigmático como los formulaba un pesimista Mark Twain hace 100 años «Y así va el mundo. Hay veces en que deseo sinceramente que Noé y su comitiva hubiesen perdido el barco». No creemos que se apoyase en previsiones objetivas pero la frase describe una parte (geográfica, humanitaria, de derechos y desigualdades) del mundo de hoy.

Pero remendemos siquiera por un momento la tristeza, no deseen que se pare el mundo y bajarse de él como le ocurrió alguna vez a Mafalda, que ponía sobre el mundo un cartel con la frase «CUIDADO. Irresponsables trabajando». Hagamos nuestras propias previsiones y revisémoslas pasados esos diez años, si es que entonces son/somos mundo. De qué puede servir esa idea de «ponga un mundo» en sus pensamientos. Esa idea me surge una y otra vez cuando admiro la pintura Un mundo, de Mª Ángeles Santos que dicen fue la sensación del Salón de Otoño de Madrid de 1929. Se encuentra en el Museo Reina Sofía de Madrid; me pregunto si no imagina un complejo y reinterpretable mundo dentro de muchos mundos. ¿Barruntaría o sabría ya aquello de la crisis mundial? ¿Estarían en su cabeza los riesgos futuros del mundo? ¿Las figuras que revolotean serán los inmigrantes que huyen de «su» mundo buscando el «nuestro»?

Terminamos con una frase del genial Mario Benedetti que tantas veces nos acompaña: No vayas a creer lo que te cuentan del mundo (ni siquiera esto que te estoy contando), ya te dije que el mundo es incontable.

 

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