Me persigue la verdad cuando comunico sobre cambio climático. ¡Qué se le va a hacer!
La incertidumbre energética es como aquella margarita de Benedetti, cuyos pétalos nunca se acababan de deshojar. Los pétalos eran iguales y a la vez diferentes, porque incluso la simetría depende del orden y el momento. Los pétalos tienen marcas invisibles para nosotros pero visibles e imprescindibles para los insectos o pájaros que visitan las flores, en su búsqueda de alimentos; necesitaríamos radiaciones especiales para verlos. La vida es un entramado dialéctico y de pensamientos. Tiene marcas que unos ven y otros no.
Tal es así que nos atrevemos a decir que estamos olvidando la saludable costumbre de la esperanza, no solo la verde sino la ecosocial que viene teñida de gris. Será porque cuando creíamos tener las respuestas a la gestión de las crisis energéticas nos cambiaron las preguntas. Verbigracia la guerra de Ucrania y la extraña gasificación posterior de la economía; ambas siguen aumentando nuestra incomprensión.
Será porque no entendemos los mensajes, plagados de verdades cautivas e ideas maledicentes. Tenemos cercana la COP27, esa que nos iba a alumbrar esperanzas climáticas. En realidad esperábamos que los gobiernos dejasen de ser los bolsillos de los contaminadores, como los llama climática.la marea, que identifica a los entramados lobistas españoles. Antes se valoraban y tenían alto precio las verdades, ahora intentan sepultarlas las mentiras enlatadas en verde, que anulan hasta lo que la evidencia científica dice. Hace unos días nos enteramos que la petrolera Exxon sabía, con datos científicos de investigadores propios, lo del cambio climático ligado al uso de los combustibles fósiles, pero lo ocultó para seguir incrementando sus pingües negocios.
Sonroja pensar en la denuncia que lleva tiempo haciendo la ambientalista ugandesa Vanessa Nakate acerca de los impactos de la crisis climática en el continente africano. Por cierto, fue ninguneada y borrada su imagen en el Foro de Davos 2020. Imaginamos que por ser activista ambiental, además de negra y mujer. O acaso porque denunciaba que “Europa solo haya empezado a despertar acerca de la emergencia climática tras sufrir en sus propias carnes fenómenos meteorológicos extremos, inundaciones e incendios forestales”. Luego hubo otras denuncias como la de The Conversation, de que en la COP27 el grupo de presión de los combustibles fósiles desplazó los llamamientos a la justicia climática. Otra más: el título de la crónica de la COP27 en este artículo de Antonio Albiñana es elocuente: COP27: Ganaron los lobbies. Cuando llegue la próxima cita planetaria se deplorarán nuevas catástrofes climáticas.
Me consuela saber que crecen las personas e instituciones que afirman sin tapujos que algunas mentiras energéticas se incrustan en el deseo de la transición ecológica global. Quienes propagan esas mentiras deberían ser perseguidos por la justicia y ser apartados de las reuniones de los mandatarios que gobiernan el mundo, llámense OCDE, Banco Mundial, UE o el Word Economic Forum.
ESTAMBROTE: Emiratos designa al jefe de la petrolera estatal, un presunto retardista climático, como presidente de la COP28.
COROLARIO: Va a ser verdad aquello que decía G. Orwell de que en época de engaño universal (como la que estamos viviendo) decir la verdad es un acto revolucionario. A lo que añadiría Jürgen Habermas aquello de que la verdad nunca está de parte de quienes publiciten más.
EPÍTOME: La energía más abundante y barata, con permiso del sol, es el ahorro comprometido por ser de interés social.
P.D.: Dicen por ahí que el jueves 26 de enero es el Día Mundial de la Educación Ambiental. ¿Ha pensado ya cómo conmemorarlo?