«Hemos cambiado el mundo». Hasta siempre Latour
El maestro de la filosofía de la vida, una de las voces más claras del ecologismo falleció el domingo pero no nos dejó, nos legó su tesoro del pensamiento. Como aquella sentencia que nos dice que no vivimos en la misma Tierra, que hemos cambiado el mundo; que transitamos por una situación dramática en cuestión política y ecológica. Estado transitorio que afecta a todos por los graves problemas sociales y ambientales generados por nosotros mismos. El calentamiento global lo es también en las relaciones internacionales. El llamado progreso está acabando con la biodiversidad.
Los despilfarros de hace unos años no sirven como modelo de vida actual. La cuestión es que todo el mundo se da cuenta y apenas reconduce su vida. La bifurcación de la naturaleza es un hecho. A partir de un momento, digamos que a finales del XVII, por un lado iban las leyes que la ciencia objetiva empezaba a descubrir y por otro lado las subjetividades.
Sorprende que veamos las situaciones problemáticas, que nos confirma la ciencia como los estragos de la COVID o el cambio climático, y no sepamos reaccionar con la rapidez que todo requiere. Nos cuesta deshacernos del sentido de la vida que marcan la abundancia y las comodidades. Hoy el mundo está cambiado, las bacterias y los virus que no vemos permanecen con un protagonismo especial. Son los que construyen la habitabilidad del mundo.
Se ocupó en pensar sobre las modernidades, que no es solo correr al lado de la técnica, sino como un proyecto de investigación para saber lo que realmente pasa en este tiempo moderno. Debemos repensar el lema «modernízate y no te quedes rezagado», pensando antes en el qué y en el cómo. Acaso es un enigma que llevamos 50 años estudiando y del que no sabemos mucho. Toda la gran maquinaria del progreso se paró de repente con la irrupción de la COVID. Hay demasiados «hombres blancos-lenguas de serpiente», que dicen una cosa y hacen la contraria; solamente es necesario mirar a la política mundial y a escuchar lo que dicen los opinadores mediáticos. A la vez todo el mundo se pregunta «qué hacemos y qué queremos». La modernidad ha terminado, se ha convertido en una fuente de destrucción; algo así como un paréntesis que ahora se cierra y hay que imaginar otro mundo, que con viejas existencia y deseos no modernizaremos. Un planeta que se está volviendo inhabitable. Debemos cambiar nosotros.
Se puede seguir disfrutando de Bruno Latour en varias entrevistas esclarecedoras. Siempre debemos tenerlo presente; nos irá mucho mejor.