Pobres niños fracasados escolares; además son pobres

Publicado el

Es conocido que aquellos niños y niñas que nacen y se crían en ambientes desfavorecidos (inmigrantes en segundas generaciones, hijos-as de parados-as, integrantes de familias monoparentales con reducidos recursos, etc.) tienen más dificultades para ascender en la escala educativa que las sociedades se han impuesto para conseguir unos fines concretos, a veces tan coherentes como universalizar en su territorio la educación de calidad. No todos tienen un maestro como Albert Camus o Emilio Lledó, por citar solo dos que me resultan especialmente gratos.

La escuela pospandémica no ha hecho sino aumentar las desigualdades. La educación a distancia, no presencial, no alcanzó de la misma forma a los ricos que a los pobres, como denunciaba Unicef hace un año más o menos; cifraba en 200 millones de niños, niñas y adolescentes, o más, quienes se habían visto privados de ese derecho universal. No nos extrañen las cifras. Las acuciantes necesidades materiales de las familias más pobres, en los países pobres y en los sectores desfavorecidos de los países ricos, les impidieron poner el foco fuera de la supervivencia. Pero no vamos a hablar de los pobres de entre los pobres en países castigados por toda clase de infortunios sino de España, y más especialmente de los pobres entre los ricos o medianamente pudientes.

Acabamos de conocer el informe Fracaso escolar en España: ¿Por qué afecta tanto a los chicos y alumnos de bajo nivel socioeconómico? Como podrán comprender la noticia no fue de apertura en los informativos, y pocos medios escritos la recogieron. Importaba más si las colas para manifestar pleitesía a la Reina británica duraban no sé cuantas horas y alcanzaban no sé cuantos kilómetros. Aunque no venga aquí al caso, pensamos en la mejora que se podría hacer en la educación de los niños pobres británicos, que suponemos que los seguirá habiendo, con la millonada que hereda por allá la gente real. ¡Anda que si añadiésemos lo que habrán gastado en los fastos suntuosos para despedirla, lo de los mandamases mundiales que han acudido a las honras fúnebres junto con sus séquitos, la parafernalia de las medallistas y recuerdos…! Alguien lo ha titulado como un asalto a la pobreza universal, una suplantación de los problemas y crisis sociales. En fin, un episodio de rigurosa frivolidad, al decir de la ética compartida. Me gustaría conocer qué sienten los niños y niñas pobres que ven las ceremonias en sus televisores o terminales informáticos en todo el mundo. Si recibieran Unicef o Unesco unos céntimos de dólar por los minutos televisivos o radiofónicos, por cada mensaje electrónico que circula estos días por redes comentando las exequias y sus circunstancias…

Pero volvamos al asunto del informe, a pesar de que utiliza datos un poco antiguos (2016-2017) y se refiere a la comunidad de Madrid pero extrapolan al resto de las CC.AA.(sic). Se fija en dos predictores para su diagnóstico: «el rendimiento académico del estudiante (en lengua, inglés y matemáticas) y la repetición de curso, para comprender qué factores escolares y de políticas pueden explicarlos». Después discrimina la búsqueda por género y por nivel educativo de las familias, amén de las repeticiones de curso. Dice que España tiene la segunda tasa de abandono escolar temprano de Europa y por eso propone varias medidas para mejorar la situación. 

Lo del abandono escolar lo ha desmenuzado recientemente Save the Children en su último informe Repetir no es aprender. Mitos desmentidos y alternativas posibles a una práctica ineficiente e inequitativa, ya da pistas de la situación solamente con el título. También lo hizo Unicef y por eso reclamaba un Pacto de Estado por la Educación. Qué alegría provocaría el hecho de que el sistema educativo no provocase repeticiones y facultase en Formación Profesional tantos especialistas que los nuevos tiempos necesitan.

En bastantes ocasiones hemos comentado en este blog (sirve una búsqueda con los descriptores fracaso escolar) que el abandono escolar temprano, las repeticiones y el no éxito escolar de una parte del alumnado son una consecuencia del fracaso de un sistema educativo, no de los escolares que no alcanzan los niveles exigidos. Sabemos que en algunas comunidades se han empleado recursos en atender al alumnado rezagado o con diversas disfuncionalidades. Pero por lo que se ve no ha sido suficiente. Por eso, nos atrevemos a proponer que la prioridad educativa debería ser llevar a cabo un chequeo para Conocer las causas del fracaso del sistema educativo en España. Propuestas de mejora. A ver si a nuestros políticos, ahora empeñados en bambolear la cúpula judicial por injusta y caduca, les da tiempo de abordar la justicia educativa antes de que se rompa la legislatura. Para ello es necesario pensar en el bien común y dedicar recursos económicos y educativos para detener el aumento de las desigualdades según entorno familiar. De no ser así, quién sea, pasados unos años, deberá investigar sobre «Qué aspectos y decisiones han provocado que el fracaso y abandono escolar se hayan hecho endémicos en España».

Por una escuela más motivadora, más apoyo parental, con tutorías reales y con más recursos para los departamentos de orientación y seguimiento escolar personalizado. Al menos en España.

Hoy mismo, lunes 19 de septiembre, comienza en Nueva York la Cumbre sobre la Transformación de la Educación. De sus resultados daremos cuenta en un chispazo posterior.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ecos de Celtiberia