Ríos medicados, alarma sanitaria

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Hemos reconocido estos días algo que hace tiempo que sabíamos: los ríos están cada vez más medicados. La cosa es grave, más que nada por las afecciones a la salud de las aguas y a la biodiversidad que albergan. El agua que sale de los inodoros y otros usos domiciliarios, no vamos a decir nada de los residuos industriales porque hablaremos en otra ocasión, lleva cada vez añadidos. Recordemos que las aguas residuales, que al final van al río o al mar por muchas depuradoras que pongamos, se utilizan para saber la carga que hay en una ciudad de coronavirus.

Pero es que la cosa de la medicación se está poniendo fea. Acaba de publicarse en la revista cien tífica PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) que la contaminación farmacéutica representa una «amenaza global para la salud humana y ambiental». No es un estudio más, sino que se refiere a ríos a los que van los impactos de 470 millones de personas en todo el mundo. Ya se sabía que los productos farmacéuticos y otros compuestos biológicamente activos utilizados por los humanos dañan considerablemente la vida silvestre, que los antibióticos en el medioambiente aumentan el riesgo de resistencia a los medicamentos, una de las mayores amenazas para la humanidad. Según cuenta The Guardian “las regiones que sufren el mayor impacto de la resistencia a los antibióticos en ese estudio se alinean estrechamente con las del estudio con la peor contaminación por medicamentos, lo que sugiere que la contaminación de los ríos puede estar jugando un papel en el aumento de la resistencia.” Trae una lista de los ríos analizados. Lahore (Pakistán), La Paz (Bolivia), Adis Abeba (Etiopía), Nueva Delhi (India) y Túnez se encuentran en los primeros lugares. Podemos imaginarnos la salud que tendrán los humanos que viven en sus orillas. 

En España, el río Manzanares es el más contaminado de los ríos europeos. Claro que aquí el asunto estriba en que lleva siempre tan poco agua que incluso se lamentaba  de tener tan gran puente en el poema de Lope de Vega «¡Quítenme aquesta puente que me mata,/ señores regidores de la villa;/ miren que me ha quebrado una costilla;/ que aunque me viene grande me maltrata! . “Manzanares, Manzanares, arroyo aprendiz de río, practicante de Jarama, buena pesca de maridos. Muy hético de corriente, muy angosto y muy roído, con dos charcos por muletas, …”, y más poemas que sobre él escribió don Francisco de Quevedo. Su “amigo” Luis de Góngora acuñó aquel chascarrillo de que los orines den salud al río. Y algunas descripciones más: Bien es verdad que dicen los doctores./ Que no es muerto, sino que del estío/ Le causan parasismos los calores;/  Que a los primeros del diciembre frío,/ De sus mulas harán estos señores./ Que los orines den salud al río.” Es que muchas veces todo el caudal procede de las residuales, que a la misma cantidad de medicamentos en un hilillo de agua mayor concentración. Despejemos una duda para la gente bien pensadas: las depuradoras solo se tragan lo gordo o fácilmente capturable. El resto de contaminantes se les escapan y vuelven otra vez a los ríos.

Son las aguas medicinales de las que nos habla El Roto. A quien no hemos pedido permiso, y nos disculpamos, para publicar su viñeta, pero expresa con pocas palabras todo lo que nosotros queremos decir.Imagen

Así pues, aquí tenemos una tarea pendiente: reducir la medicación para que el agua limpia permita que más seres vivan en ella sin peligros acumulados. Por cierto, en algunos tramos renaturalizados del Manzanares al menos se ha recuperado en parte la flora y la fauna visibles.

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