Detalles actuales de España fragmentada; un rompecabezas a finales de siglo

Publicado el

Muchos mundos reducidos a dos: los muy poblados, preferentemente en ciudades, y los abandonados por la gente; el llamado mundo rural. Desiertos humanos en tierras abandonadas donde crecen plantas de diversas formas y colores frente a zonas masivamente habitadas, donde el suelo se ha convertido en un pavimento continuo. Ciudades que a pesar de que solo ocupan el 3% de la tierra, representan entre el 60% y el 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de dióxido de carbono. Ahora mismo, más del 65% de la población vive en ciudades, según el Banco Mundial. Dentro de poco… El EOM (Orden Mundial) avisa de que los habitantes de las ciudades se enfrentan cada día a más retos y de mayores dimensiones.

Miremos más cerca. La España que va camino del año 2030, uno de los momentos de evaluación mundial, concentra en ciudades el 80% de la población total. La de las capitales de provincia supone un 32% de la población total según datos del INE. Entre seis provincias suponen el 43,5% de habitantes, las seis CC AA más pobladas acogen al 70% de la población. Casi nadie defendió  hace más de 70 años que en lugar de acopiar  habitantes en donde había riqueza se llevasen incentivos a donde había población. Me parece que lo contaba el NO-DO.

Al otro lado del balancín humanizado se encuentra buena parte de la España olvidada, menguante la llamaba Julio Llamazares en un artículo reciente. Entre esta, escondidos porque tienen pocos votos y menos voz, están 3.403 municipios (42% del total) en riesgo de despoblación, como los califica el Informe Anual del Banco de España. Acumulan apenas un 2,36% de la población. Por lo que podemos decir que la España fragmentada no solo se da entre la costa y el interior, sino entre el medio rural y urbano, también dentro de provincias o comunidades que cuentan con una elevada población como Madrid (el norte de su provincia es otro desierto demográfico). Otro detalle: Zaragoza concentra más de 680.000 habitantes de los 1.325.371 de Aragón. Imaginemos el reparto espacial en un territorio de 47.719,2 km².

Así pues, la distribución poblacional es un conglomerado con acumuladas incógnitas con respecto a sus posibilidades vitales y a la dotación de servicios indispensables, de complejo encaje en esta lanzada carrera hacia la difusa meta del año 2030. Dicen que van a llenar la España ignorada de molinos y huertos para producir energía, macrogranjas, enclaves de residuos; también de parques temáticos de aventura al aire libre para los urbanitas y con los dineros que den esos usos mantendrán a la población pegada al suelo. Les animarán con la música de Cecilia en Mi querida España o les pondrán películas del estilo del Disputado voto del señor Cayo de Giménez Rico, o mejor que lean el libro homónimo de Miguel Delibes. Cuando acaben que se pasen a La lluvia amarilla de Julio Llamazares. O los libros de Sergio del Molino que hasta viaja a un país que nunca fue. Al final, se responderán a la incógnita de por qué siguen ahí.

¿Cómo será en 2100, que es un futuro cercano? Algo de lo que deberían ocuparse mucho en los parlamentos europeos, español y autonómicos. Dentro de cada circunscripción se dan grandes diferencias ecosociales. Todo se fragmenta y para unirlo se necesitan variados pegamentos éticos. 

Seguir leyendo el artículo completo en el blog La Cima 2030 de 20minutos.es.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ecos de Celtiberia