La religión en la escuela transmite creencias. Si son excluyentes generan intolerancias, pues no se confrontan en situaciones de debate libre
Parece mentira, en pleno siglo XXI, cuando emergen intolerancias religiosas por todo el mundo, con episodios de brutal desprecio hacia el diferente. Las creencias monolíticas han provocado demasiadas confrontaciones. Darles el rasgo de contenido escolar puede tener serias repercusiones no deseadas, si no se comparten en escenarios de reflexión y debate. Algunas creencias, ahora contenidos escolares de distintas confesiones, son dignas de análisis colectivo. Quizás los responsables educativos se pongan de acuerdo para redactar la pregunta que harán a alumnos de las distintas religiones sobre “Cómo comprenden el origen divino del Cosmos” (sic) en las pruebas de selectividad que deben superar en Bachillerato. Estos esperpentos hasta asustarían al insigne Don Ramón María del Valle Inclán.