Cambio climático

El «black friday» elimina la sostenibilidad. ¿Y en Gaza?

Publicado el

Un poco fuerte empezar así, pero es necesario saber que nuestro corazón consumidor no escucha los razonamientos del pensamiento lógico, ese que combina la vida con la actividad cerebral. Bien sabemos que ambos necesitan de vez en cuando un relajo, que la vida ya es bastante compleja para estar recriminándonos siempre lo que hacemos mal; incluido quien esto escribe. Pero notarán que esta entrada va después de los días de la invasión consumista. Tiene sentido pensarlo de cerca para construir conocimiento y pensamiento. Nos queda suficiente tiempo por delante hasta el siguiente día de la batalla del consumo.

Hemos puesto en el título de esta entrada elimina porque hay gente que hace buenos propósitos durante todo el año. Pero al final cae en la red luminosa que nos llama por todos los rincones del mundo real y virtual a ser más felices consumiendo. Y para eso no hay nada como llamaradas de luz que nos atraen como las farolas hacen con las efémeras.

Tampoco los ayuntamientos nos lo ponen fácil. Compiten por ver cuál es el que más luces y antes enciende con la excusa de la navidad. Animan al consumo con sus derroches de luz navideña, que a este paso será de encendido permanente. ¿Tendrá algo que ver esa estrella -más bien sería un recuerdo del cometa Halley, pero Giotto di Bondoni la llevó a un cuadro en 1305 y desde entonces las estrellas de Belén tiene cola y cinco puntas?- Dicen (San Mateo) que guiaba a los Magos de Oriente en su travesía por Oriente Medio hasta llegar a Belén. Luz y Navidad; no lo había pensado hasta ahora pero parecer ser que Halley estaba por ahí cuando nació Jesús. Es más, he leído en un periódico un titular que decía: el encendido de luces da la bienvenida a la Navidad. ¡Será a la consumista porque a la otra con alumbrar el día 24-25 sería suficiente!


La estrella (cometa) de Belén también se ha posado en la entrada del Parque José A. Labordeta de Zaragoza. Por cierto, el Ayuntamiento de la capital aragonesa ha invertido de media en iluminarse en los últimos cinco años casi cuatro veces más que lo que se gastó en las casi dos décadas anteriores en estos adornos (Heraldo de Aragón, 3-12-2023).

¿No hay mayor sinsuntancia municipal que competir por ver qué ciudad enciende las luces antes? Leí no sé dónde que sus ediles demuestran su necedad con actos llamativos que dejan en oscuridad el sentido común en la gestión de lo público. Máxime este año que los alumbrado masivos han coincidido con la celebración de la COP28 por el Clima en Dubái. Pero a la vez la política florero les da votos.

Pero también hay cordura empresarial. Una entrada del Periódico de Aragón recogía que los comercios sostenibles plantaban cara al «black friday», ese negro día. Lo defiende la gente de The Circular Project. También Oxfam-Intermon, que hasta los guía a la meta del consumo sostenible en general. ¡Ah! No se dejen engañar por las escaparelas de sostenible que se han colocado bancos, grandes empresas contaminantes, etc. Las vemos apagando el cambio climático (un planeta en llamas) con una manguera que lanza combustibles fósiles, como acusó António Guterres en la COP28. 

P.D.: Desde aquí me pregunto de las luces humanitarias que tanta falta hacen en Gaza. Solo les quedan las estrellas, oscurecidas sin duda por las explosiones y bombardeos. ¿Qué pensarán los niños y adultos al mirar nuestros comportamientos en las redes o televisiones? Solo envidia, o algo más fuerte. Allí lo único que se celebra cada mañana es despertar ese día, y a la noche contar uno más vivido.

 

Cómo va el seguimiento de la acción climática

Publicado el

En unos días comienza la Conferencia del Clima COP28 en Dubái. Veremos los compromisos que trae y si estos se cumplen. Algo, más bien poco por lo visto hasta ahora, se avanzará pero siempre iremos con retraso en el asunto vital de la descarbonización. 

Pero vayamos por partes. Un reciente artículo de WRI -nos atrevemos a copiar una parte del informe textualmente por la trascendencia que tiene resolver estos interrogantes- se hacía tres preguntas fundamentales dirigidas a la ciencia pero también a la ciudadanía a pequeña y gran escala.

  • ¿Están implementando los países soluciones climáticas de manera efectiva dado que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)  siguen aumentando? 
  • ¿Dónde está avanzando el mundo lo suficiente para superar la crisis climática y dónde se están quedando cortos los líderes? 
  • ¿Qué pasos específicos pueden encaminarnos en la correcta dirección?

Para responder a estas preguntas se elaboran los informes científicos que surgen tras laboriosas investigaciones. El  informe Estado de la acción climática 2023  no se queda en el análisis del pasado. Ofrece caminos hacia el futuro en forma de una hoja de ruta integral de lo que se necesita para llegar sin desahogos a 2030 y 2050; o lo que es lo mismo, para limitar el calentamiento a 1,5-¿2? grados. Alguien se seguirá preguntando por qué esa cifra. Es el límite que los científicos dicen que es necesario para prevenir impactos cada vez más devastadores e irreversibles del cambio climático. Recuerda los compromisos del Acuerdo de París. Para lograrlos establece los objetivos específicos que cada sector más implicado deberá alcanzar. Pero además obliga a recordar en qué punto se encuentra el mundo en cada sector. Vamos a enumerar simplemente los epígrafes. Quien desee ampliar la visión puede acudir al informe referenciado:

  • La ampliación mundial de las fuentes de energía sin emisiones de carbono avanza rápidamente, pero no la eliminación gradual de los combustibles fósiles en la generación de electricidad.
  • Los cambios hacia modos de transporte más sostenibles, como la bicicleta, aún no han cobrado fuerza, pero las ventas de automóviles eléctricos de pasajeros están despegando.
  • Después de aumentar durante décadas, las emisiones de GEI de los edificios se han estabilizado, pero los niveles actuales deben desacelerarse significativamente.
  • Aunque el progreso en la descarbonización del acero y el cemento se ha estancado en gran medida, acontecimientos recientes sugieren que la marea podría cambiar pronto.
  • La conservación de bosques, turberas y manglares genera enormes beneficios climáticos a costos relativamente bajos; sin embargo, los esfuerzos para proteger y restaurar estos ecosistemas siguen peligrosamente desviados.
  • Un progreso mediocre corre el riesgo de dejar fuera de alcance la mayoría de los objetivos alimentarios y agrícolas.
  • Los enfoques tecnológicos de eliminación de carbono hoy secuestran menos del 1% de la cantidad necesaria en 2030, pero el impulso detrás de ellos está creciendo rápidamente.
  • La financiación climática, especialmente en los países en desarrollo, palidece en comparación con las necesidades estimadas, mientras que la financiación pública para seguir con los combustibles fósiles está aumentando.

Incluye una apostilla final:

Los líderes mundiales deben reconocer el ritmo en gran medida lento de la acción climática hasta la fecha y trazar un camino a seguir que aproveche los puntos brillantes de hoy. Este momento (CP28) debería servir como trampolín para acelerar las acciones destinadas a mitigar el cambio climático, incluida la eliminación gradual equitativa de los combustibles fósiles y el aumento de las energías renovables; la transformación del sector alimentario y agrícola al tiempo que se detiene y revierte la deforestación; el aumento y cambio de las finanzas, sin olvidar las centradas en mejorar la adaptación y responder a pérdidas y daños.

Otros portales como el Pacto Mundial hablan de que la Cumbre del Clima 2023 reúne grandes expectativas. Leer aquí.

P.D.: Gaza no queda lejos de Dubái. ¿Hablarán los altos mandamases de los dineros petroleros de la imprescindible tregua indefinida -no cuatro días- para que el cambio climático no se acelere y mine las expectativas de la humanidad global?

¿Salvar al Planeta? No, salvarnos nosotros y todas las criaturas

Publicado el

Hay una frase que se escucha a menudo hasta en la publicidad de los coches o en la propaganda de las energéticas: debemos salvar al Planeta. Quien la pronuncia de manera bienintencionada puede que piense en un ente vivo que ha entrado en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) porque sus constantes vitales están muy deterioradas. El sistema Planeta es una conjunción de partes físicas (geológicas, hidrológicas, climáticas, etc.) que conviven en interacción permanente con los seres vivos, entre ellos las personas. Intuyo que será por eso que se acuñó la frase que liga todo: las personas somos las mayores causantes de que la Tierra esté en peligro y, por tanto, debemos salvarla, o al menos ir actuando, para que sus males mejoren y pueda salir de la UCI.

Sepamos que, de por sí, el Planeta «vive» desde hace miles de millones de años en una entropía permanente. Pero ahora ha entrado en una incógnita fase: el Antropoceno.

Sabemos que si hay mejoras en sus variables vitales, la «salvación no ocurrirá solamente con desearla», no acabaremos la faena pasados unos días, ni varios años. Pero debemos actuar ya, como si el fin del Planeta como lo conocemos tuviese escrita su fecha de caducidad. Circunstancia que ya acontece en algunos sitios engullidos por la subida de los mares, en lugares en donde la contaminación es el gotero químico que mata, en países en los cuales la sequía está borrando casi su nombre. Otros a los que se les podía llamar Sáhara (desierto en árabe). Hay lugares en donde los ríos han dejado de ser corrientes de agua (el río Negro en la Amazonía), y un etcétera enorme.

El Periódico traía una infografía muy trabajada para explicar, sintetizando mucho, lo que hay detrás de su «Misión: Salvar al Planeta«. Se merece una visita pausada. Después seguro que mueve la corriente salvadora de todas las criaturas. Ojalá podamos celebrar ese día en el que se le dé el alta hospitalaria al Planeta y la biodiversidad que sostiene.

El País recoge los resultados de una reunión internacional (Tiempo de crisis, tiempo de cambios) en un artículo con buenas dosis de esperanza si alguien quiere movilizarse: Por fin sabemos cómo salvar al Planeta, pero hay que tomar partido.

¡Basta ya de escondernos detrás de la inconsciencia o de la incredulidad!

El CC se nos escapa. Informe sobre la brecha de adaptación 2023

Publicado el

Dicen quienes de esto entienden que cada vez aumenta más, y más rápida, la brecha de adaptación al cambio climático. Lo hemos leído en el Informe sobre la brecha de adaptación 2023 del PNUMA. Resulta elocuente que en el título incluya la palabra subfinanciado. Y añada en el subtítulo que se extiende una Falta de preparación que se aprecia en que la inversión y la planificación inadecuadas para la adaptación climática dejan al mundo expuesto. 

Algunas personas así lo sienten mientras que la mayoría pasa de leer estos informes y consume detalles que le proporcionan medios de comunicación o la Red; no siempre correctas y bienintencionadas. El mismo informe llama la atención sobre cuestiones que no queremos escuchar, o no podemos porque se ven sepultadas por las noticias de dispersión social. Anotamos algo que a cualquiera parecería evidente: si la dinámica actual agranda la brecha deberíamos hacer todo lo posible por reducirla. Pues no, la imprescindible desaceleración se va convirtiendo en una especie de meteorito que viene hasta nosotros incrementando su velocidad y haciéndolo en poco tiempo.

Hay una referencia específica a los países en desarrollo. El dinero empleado en su adaptación a tiempo fijado, o para la década si se quiere, apenas llega a suponer un quinto de sus necesidades. Aquí viene también el egoísmo de los países desarrollados. Si ayudasen a los otros verían resueltos una parte de las afecciones que a su ciudadanía provoca el cambio climático y sus manifestaciones. El informe avisa de que las crecientes necesidades de financiación para la adaptación y la inestabilidad de los flujos, el actual déficit de financiación para la adaptación se estima ahora en unos 366 mil millones por año.

Aquí unas cuantas señales de la brecha, que en ningún modo son disparates no contrastados ni maniobras para evitar la ecoansiedad global:

  • A medida que se aceleran los impactos climáticos, el esfuerzo financiero para la adaptación es al menos un 50% mayor de lo que se pensaba.
  • La financiación debe ser pública y privada, entendiendo que una de las grandes beneficiarias de la mejora global van a ser instituciones privadas que verán reducir sus costes ambientales.
  • Hay una creciente relación entre la ralentización de la adaptación y los problemas de salud en todo el mundo, incluidos los países ricos.
  • El silencioso deshielo de hielos en montañas y casquetes polares tiene una repercusión climática evidente y provoca daños ambientales, sociales y materiales por todo el mundo. Las sequías y las inundaciones siguen ritmos desconocidos hasta ahora y causas estragos sociales.
  • La acción para proteger a las personas y la naturaleza es más apremiante que nunca, proclamó el Secretario General de la ONU, António Guterres, en su mensaje sobre el informe. Avisó de que se están perdiendo y destruyendo vidas y medios de subsistencia, y los vulnerables son los que más sufren. Dijo en voz bien alta, pero los poderosos se taparon los oídos, que «Estamos en una emergencia de adaptación. Debemos actuar en consecuencia. Y tomar medidas para cerrar la brecha de adaptación ahora».
  • En palabras de Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA (Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente), “En 2023, el cambio climático volvió a ser más perturbador y mortal: se batieron récords de temperatura, mientras que tormentas, inundaciones, olas de calor e incendios forestales causaron devastación”. Aún más, «Incluso si la comunidad internacional dejara de emitir todos los gases de efecto invernadero hoy, la perturbación climática tardaría décadas en disiparse»
  • Varios estudios aseguran que solo las 55 economías más vulnerables al clima han experimentado pérdidas y daños por más de 500 mil millones de dólares en las últimas dos décadas. Estos costos aumentarán marcadamente en las próximas décadas, particularmente si no se aceleran unas mitigaciones y adaptaciones contundentes.
  • Hasta ahora solo han cubierto fondos climáticos específicos, como el Fondo Verde para el Clima (GCF), el Fondo de Adaptación y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM). A pesar de su importancia, estas fuentes todavía constituyen solo una proporción menor ( aproximadamente el 9% ) del financiamiento público total para la adaptación.
  • Casi nadie duda ya de que si no aceleramos la mitigación, si no nos adaptamos al el tiempo nuevo que nos toca vivir se verán episodios (ambientales, sociales y económicos) de magnitud nunca vista.

En España hay vigente un Plan de Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-30,  que sufre similares carencias al global, aquí enredado entre administraciones central, auntonómica y local. Su informe ejecutivo de realización también merece una lectura reposada no solo a la empresas y administraciones sino para mirarnos en su espejo. Seguramente se agrandarán también algunas brechas de adaptación a escala individual y en nuestros entornos próximos. ¿Cómo y en qué lo notamos? Aceleremos la reducción de nuestra brecha y hagámoslo saber a las personas con las que convivimos.

La pena de todo esto es que los hechos sepultan a las palabras y compromisos. ¿Hasta cuándo?

La infancia invisibilizada en la maraña climática. Y ahora en Gaza.

Publicado el

A modo de flash tras la publicación reciente de Unicef del informe Niños y niñas desplazados tras el cambio climático. Prepararse para un futuro que ya está aquí: 

  • Entre 2016 y 2021, el IDMC registró casi 135 millones de desplazamientos internos relacionados con más de 8.000 fenómenos meteorológicos. En su mayor parte, estos datos no tenían en cuenta a la población infantilmás de 8.000 fenómenos meteorológicos.
  • La Base Mundial de Datos de Desplazados Internos presenta unas cifras de desplazamiento infantil estimadas en función del lugar donde se producen los desastres (base de datos del IDMC) y la correspondiente proporción de niños y niñas en la población de ese lugar (WorldPop). Los totales pueden no coincidir exactamente con la suma de los valores mostrados debido al redondeo. 134 millones de desplazamiento internos ocasionarían 43,1 millones de desplazamientos de niños y niñas.
  • Los desplazamientos debidos a inundaciones pueden haber alcanzado a 19,7 millones. Los 10 países con más desplazamientos infantiles provocados por inundaciones en relación con la población infantil (2016-2021) han sido: Sudán, Sudán del Sur, Níger, República Centroafricana, Somalia, Sri Lanka, Myanmar, Nepal y Filipinas.
  • Los desplazamientos por tormentas durante el mismo periodo alcanzan los 21,2 millones. Los países más castigados han sido, en  números totales: Filipinas, 8,3 millones; Cuba, 670.000). 
  • El total de desplazamientos por sequías entre 2015-21 se pueden cifrar en unos 1,3 millones. Más de la mitad, 730.000, se registraron en Somalia; 340.000 en Etiopía; 190.000 en Afganistán. Además de miles en Brasil, Angola, Madagascar, Sudán del Sur, Iraq e India.
  • Los desplazamientos por incendios forestales alcanzaron en el periodo 2016-2021 a 810.000 niños y niñas. Los mayores en Estados Unidos, (610.000), Canadá (47.000) e Israel (31.000). 

Por todo esto hay que analizar los riesgos de futuro y pasar a la acción. Divide los países en: Alto riesgo, pero con buena capacidad de reacción; Aumento del riesgo debido al cambio climático; Riesgo moderado o elevado, pero con capacidad limitada para hacerle frente: Algunos países corren un riesgo moderado o elevado de sufrir fenómenos meteorológicos extremos, pero también afrontan factores agravantes, como unos altos índices de pobreza, conflictos y otros peligros que hacen que los niños y niñas y sus comunidades sean especialmente vulnerables.

Como resultado de todo lo anterior, y para mejorar las incidencias en relación a los niños, niñas y jóvenes en riesgo de desplazamiento futuro y cumplir los compromisosUNICEF alerta de que 37 millones de niños y niñas son víctimas de un "desplazamiento masivo"adquiridos en virtud del Acuerdo de París, el Marco de Sendai, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los Pactos Mundiales para la Migración y los Refugiados, propone una serie de intervenciones urgentes, importantes o necesarias. Unicef nos llama a menudo a ver cómo viven (sobreviven). Ahora ha añadido una nueva causa.

P.D.: LUTO MUNDIAL, nuestro tambiénpor el salvaje terrorismo de Hamas y el casi seguro genocidio infantil (el más cobarde asesinato posible) y de adultos que está perpetrando Israel. ¿Tendrá sanciones económicas como le sucedió a Rusia tras la invasión de Ucrania? ¿Serán excluidos los equipos de Israel de las competiciones mundiales por violar los DD.HH.? Ni un país ni otro suele mostrar sus deseos de dignificar los DD.HH. Aseguran por ahí que todo está pendiente de lo que digan los fondos de inversión, la industria armamentística, las multinacionales, EE.UU. y sus amigos.

Cuando redacto estas líneas el País publica un elocuente artículo de Ana Iris Simón  titulado Gaza: el terror detrás del terror. Su entrada dice así:

Ninguna causa es lo suficientemente justa como para asesinar un solo niño en su nombre, ni siquiera para vengar la muerte de otros niños. 

Merece una lectura reposada, sin filias ni fobias previas. Solamente pensando en la infancia. Es nuestra mayor riqueza ética, por más que demasiadas veces se la olvide.

 

Hierve la caldera de Pedro Botero

Publicado el

Hoy hace justo 10 años, un 8 de octubre de 2013 tras la divulgación de un informe del IPCC, publicamos en este blog La caldera de Pedro Botero. Tal cual la reproducimos a continuación, con pequeñas modificaciones en cursiva. Decía así:

Durante mucho tiempo se ha discutido si el infierno era una metáfora o un lugar. Frente a los descreídos, que negaban toda posibilidad, los más ortodoxos de varias confesiones religiosas defendían su existencia. Creían estos que allí se enviaba a quienes transgredían las normas morales impuestas. En uno de esos lugares subterráneos mandaba un jefe riguroso llamado Pedro Botero. Allí abajo, cocinaba en una inmensa olla a los pecadores. Esa metáfora o lugar pasó de la creencia religiosa a la literatura; Dante Alighieri la describió como nadie. También la idea cobró presencia en la pintura románica, donde el diablo Pedro Botero se hacía omnipresente en forma de llamaradas y castigos. Podrían ser como los que hemos sufrido este verano o aquellos que maltrataron a la gente del Atlas marroquí o la ciudad libia de Derna.

Cuando los científicos y los ecologistas empezaron a hablar del calentamiento global poca gente los creyó. Lo que contaban se veía como algo raro, que sucedía en lugares alejados y no nos afectaba, aunque se conociesen ya deterioros ambientales próximos. Con los años, lo que parecía una metáfora se hace visible en el espacio Tierra, un lugar grande y complejo en el que hasta los incrédulos notan dinámicas atmosféricas errantes. Acaba de conocerse el último informe del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climáticode la ONU (IPCC), en el que han colaborado varios centenares de expertos de 39 países. Como los científicos tienden a ser prevenidos y algo timoratos, quizá en parte por las críticas que han recibido, se guían por certezas y huyen de las conjeturas.

Aun así, les dicen ahora a los representantes políticos, principales destinatarios de su informe, que “es extremadamente probable (95%) que la influencia humana haya sido la causa dominante del calentamiento atmosférico observado desde mediados del siglo XX”. Dicen que el aumento de temperatura es inequívoco (pues se ha mantenido en las tres últimas décadas), que el nivel del mar ha subido 20 centímetros en 100 años, y aventuran que se podría triplicar este aumento de aquí a finales de siglo. Alertan de que si llegase a desaparecer el hielo en Groenlandia se reducirían mucho las superficies emergidas de continentes e islas por todo el mundo. Recuerdan que se vierten diariamente casi 100 millones de toneladas de gases peligrosos a la atmósfera, cual si fuese una cloaca abierta que todo lo engulle. Les apremian a que actúen rápido, porque la diferencia entre este infierno climático y los precedentes sufridos por la Tierra es que el actual sucede a una velocidad mil veces superior. Ahora mismo sus previsiones son más alarmantes. Según un artículo publicado en Scientific American, la mitad de la población mundial enfrentó calor extremo durante al menos 30 días este verano.

Se dice que detrás los boicoteos de diversos parlamentos y gobiernos a tomar medidas contundentes para limitar el cambio climático están grandes multinacionales que ven peligrar sus réditos económicos. El más cacareado es el conflicto americano entre demócratas y republicanos pero el esquema se repite en Europa (negacionistas junto con retardistas frente a los creyentes y colapsistas) y en España (entre derechas e izquierdas). Cada vez que surge un episodio ambiental severo, una noticia impactante que recogen los periódicos, aparecen contrainformes que lo desmienten -ahora mismo las redes difunden que fueron provocadas por desembalses los destrozos que la DANA que descargó por Madrid y Toledo. Nada dicen de las que llegaron muchos pueblos de España). Se asegura estos días que un gran grupo mediático internacional, experto en la manipulación y sentenciado por ello, está detrás de las negaciones del infierno climático. El “verdadero-falso” no hace sino distraernos de la toma de soluciones globales. Lo peor de todo es que cuanto más tarde se actúe, más grande será el problema a resolver y más difícil y costoso conseguirlo; podemos encontrarnos en un punto de no retorno. Aún recordamos las incredulidades sobre el cambio climático de nuestro actual presidente hace 6 años basándose en las conjeturas de su primo. En octubre de 2023 tras la guerra de Ucrania y los anunciados boicoteos al gas ruso se consume más gas que nunca.¿Hacia dónde vamos?

Para hacer entender a los jóvenes alumnos lo del cambio climático empleamos la “metáfora de la rana hervida”, de Olivier Clerc. Dice esta especie de fábula, que podrían haber firmado Iriarte o Samaniego, que una rana disfrutaba nadando en una olla sin saber que el recipiente estaba sobre el fuego. Poco a poco la temperatura del agua subía, lo que provocaba placer al anfibio. Cuando se calentó demasiado, la ranita ya no tuvo fuerzas para salir y murió. Si hubiera notado de pronto el agua caliente, hubiera huido de un salto. A nosotros nos puede suceder lo mismo: un cambio lento no nos impresiona, por lo que lo más probable es que escape a la conciencia.

Se han celebrado varias cumbres climáticas, se han concertado alianzas en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible pero nada o poco ha cambiado. Lo advierte con claridad en 2023 Antonio Guterres, Secretario General de la ONU: la era del calentamiento global ha terminado, ahora es el momento de la era de la ebullición global. Pronunciaba esta frase después de conocerse que, a nivel global, julio ha sido el mes más caluroso de la historia. Cuando la situación sea irreversible, no sabremos cómo salir de la marmita humeante del infierno que puede ser la Tierra. No entendimos la metáfora y entre todos la estamos convirtiendo en lugar y tiempo vividos. No es pecar de colapsista. Es simplemente una hipótesis teniendo en cuenta muchas variables. Dicho con las palabras de Antonio Guterres en la ONU: la humanidad ha abierto las puertas del infierno. ¿Seguirá allí Pedro Botero?

 

Un hilo, dentro de una enorme madeja climática, nos conecta con la Antártida

Publicado el

La Antártida está tan lejos que parece un «no lugar». Apenas se comenta algo de ella en las conversaciones cotidianas. Suena que es blanca y parece el suelo de la esfera terrestre. Una planicie helada. Pero esta percepción engaña. Montes y valles conviven debajo de los hielos eternos, que van perdiendo parte de su espesor. Por eso, como dijo el poeta: Antártida solo hay una, nos mira y la miramos pero rara vez encontramos vínculos, más allá de unas fotos espectaculares. ¿Es lo que será o nunca será ya lo que es? Sin embargo, algo tendrá cuando es «objeto de deseo» de las apetencias imperiales desde hace más de 100 años.

Siempre me atrajo el continente helado. Desde la escuela me preguntaba si un continente podría ser un enorme pedazo de hielo. Cuando descubrí sus particularidades leyendo historias de exploradores me quedé helado.

Por ese hilo afectivo me ha interesado, y preocupado a la vez, que según Antartic Sea Ice News el hielo marino de la Antártida acaba de establecer el pasado 10 de septiembre un mínimo histórico para su máximo invernal (16,96 millones de kilómetros cuadrados de extensión- más de 32 veces la superficie de España). Lo ha hecho por un margen bastante enorme pues supone que de un tiempo a esta parte la superficie helada ha perdido unas 3,5 veces la superficie de España.

De ese caudal antártico dependen la cantidad de agua en mares y océanos así como la circulación de las corrientes oceánicas. Se conoce una transgresión (desviaciones sin determinar totalmente su intensidad y sus causas) de la global corriente termo-halina. Esta marca, junto con el calor del agua y del suelo, las condiciones climáticas del sistema Tierra. Ahora debemos soportar por todo el mundo graves periodos de sequía, lluvias torrenciales como nunca, inundaciones de estensas regiones por lugares que antes no se producían, etc. No hace falta discurrir mucho para pensar alguna de sus causas.

Poco más que decir. Pueden encontrarlo en la web antes citada, de la que reproducimos una imagen ilustrativa y el texto que la explica.

Extensión del hielo marino antártico en comparación con otros años

Este gráfico muestra la extensión del hielo marino de la Antártida al 10 de septiembre de 2023, junto con datos diarios de la extensión del hielo de los cuatro años anteriores y el año máximo récord (2023 en azul, 2022 en verde, 2021 en naranja, 2020 en marrón, 2019 en magenta y 2014 en marrón discontinuo). La mediana de 1981 a 2010 está en gris oscuro. Las áreas grises alrededor de la línea mediana muestran los rangos intercuartil e interdecil de los datos. 

Para complicar más las cosas está el asunto del Ártico. Se pueden apreciar en Datos del índice de hielo marino. La pérdida por década, y consiguientemente su menguante extensión nos mantiene en vilo.

¿Qué podrá suceder -allí pero también aquí- si sigue la tendencia de disminución de la superficie helada? Ese hilo -que va en trayectoria zigzagueante de la Antártida al Ártico- junto con otros forma una madeja enorme, en sí misma y por sus repercusiones. Pero ojo, tiene muchos nudos y enredos. Actúa como una tela de araña -algo en cualquier punto tiene sus repercusiones en todo- pero carece de la simetría que la araña da a su tela. El clima es una malla sin superficies regulares ni la misma resistencia de los nexos.

Contaminación del aire y salud. El cuento de nunca acabar

Publicado el

Cada poco tiempo los informativos de medios de comunicación hablan de la calidad del aire. Se refieren a un punto concreto, a una ciudad determinada o a algún accidente acaecido. Nos hemos asomado al Índice calidad del aire que presenta el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Imposible comentar aquí lo mucho que allí se explica en torno al ICA (índice de Calidad del Aire). Es un asunto con el que debe sensibilizarse toda la ciudadanía. Tanto la que conduce un vehículo contaminante del aire como aquella que permanece largo tiempo en una terraza de bar «comiéndose» casi literalmente el mal aire que respira. Paseen por su ciudad y lo verán. Incluimos aquí una fotografía que publicó el diario.es el 20 de septiembre de 2022 que nos ha servido para hacernos algunas preguntas. ¿Quién, en su sano juicio de la salud, es capaz  de sentarse largo rato dentro de la isla que deben sortear los coches en su yincana por las ramblas de Barcelona?

Una terraza de Rambla de Catalunya, con bloques de hormigón para separar las mesas de los coches

Bien está que el Parlamento Europeo apruebe exija normas más severas en la movilidad urbana para que las ciudades proporcionen aire de calidad para sus habitantes. Por cierto, con la oposición del PP y Vox. El principal objetivo de esa nueva reglamentación/regulación es fijar una serie de límites para 2035 más estrictos para varios contaminantes. Entre las cuales se señalan de forma especial las partículas finas o el dióxido de nitrógeno. De tal forma que se llegue a la “contaminación cero” en 2050. El Parlamento, suponemos harto de la dispersión de datos y desinformación ciudadana, pretende que se establezcan más puntos de recogida de datos de la contaminación atmosférica. Revisen si en su ciudad existen y dan información puntual a la ciudadanía. Porque el tema es serio y nos despreocupamos aludiendo que no entendemos porque no vemos. Por cierto, se calcula que la contaminación del aire urbano provoca unas 300.000 muertes prematuras al año en la Unión Europea.  

Imagen

Pero parece que la salud de los urbanitas contaminados por su aire respirado poco importa a nuestros gobernantes. En la actualidad solo funcionan 14 de las 149 zonas de bajas emisiones obligatorias por ley en ciudades de más de 50.000 habitantes que contaron con fondos europeos por valor de 1.500 millones de euros.

Si desea más información sobre el supuesto lento daño grave en la salud deben visitar la web del Instituto de Salud Carlos III, del ISGlobal de Barcelona o seguir en Twitter a Jesús de la Osa, uno de los mejores expertos y divulgadores de la relación entre contaminación y salud.

Para finalizar. En este artículo de La Vanguardia se habla de que no es lo mismo índice saludable y real. Es posible que se sorprenda de los datos que aporta. Por cierto, ¿considera que el aire que normalmente respira está contaminado? No deje de leer los informes sobre calidad del aire que Ecologistas en Acción publica cada año.

Cuéntese un cuento para llevarlo interiorizado pero que tenga un final feliz. Cuéntelo a quienes le rodean y plantéense alguna acción para mejorar la calidad del aire que respiramos todos.

Plantarse ante el cambio climático que demasiados no quieren ver

Publicado el

Hasta la gente más negacionista habla del cambio climático. Ve lo que quiere y lo que no desea. Esto último es todo aquello que suponga incomodidad o alteración de sus costumbres. También conoce cómo produce, si el empleo de su tiempo y la intervención de su dinero afecta mucho o poco en la posible generación. Algo así como su vida multidimensional. Cuando algunos pesados le comentamos que todo está relacionado con el cambio climático nos mira con desdén. Nos ven como una secta creyente de las cosas dichas por esa gente del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático). Como si sus conclusiones no fuesen fiables y tuviesen que venir a demostrar a cada individuo lo que sucede.

Da lo mismo que los medios de comunicación hablen de la “pertinaz sequía”, estado natural que ya se decía en tiempos de la dictadura. Similar a la que se dice identificará a la árida tierra nuestra actual o futura. La incredulidad no pensada es tan inconsistente que no ve la relación entre las sucesivas olas de calor y algo que se puede llamar “alteración de los parámetros normales”, por no decir cambio climático. Por cierto, el cambio climático fue un silenciado anatema en las sucesivas campañas electorales pasadas y en los posicionamientos presentes. Es lo que algunos llaman “península Guiness”. Ya lo advertía  Antonio Guterres con un símil muy gráfico “la era del calentamiento global ha terminado, ahora es el momento de la era de la ebullición global”. Pronunciaba esta frase después de conocerse que, a nivel global, julio ha sido el mes más caluroso de la historia. Por cierto, la península Ibérica no se salva, sino que está más expuesta.Esa situación va a ser identificativa del futuro, si creemos en lo que dice la NASA y otras instancias supranacionales. Ya en el último marzo –que normalmente no es un  mes especialmente seco- avisaba que sus satélites detectaban que España se teñía de marrón por la sequía. Vaya aquí una pequeña muestra de antes y después de la sequía, mes de mayo. Los negacionistas dirán que siempre ha habido sequías. No dicen que nunca tan prolongadas desde que hay registros.

No acaban ahí nuestros pesares. 20minutos.es  recogía que la NASA alertaba de que el proceso climático en complejo cambio podía llevar a que en España se encontrase en la situación de soportar de manera habitual temperaturas por encima de los 50 grados, si no cambia una serie de patrones.

Pero hay gente que sí se quiere plantar ante el cambio climático, más bien rebelarse con estruendo. Parece ser la única forma de llamar la atención de los poderosos. Hay que animar a que la gente abra un poco los ojos y escuche aquello que no quiere oír: su vida va a estar muy condicionada por los cambios climáticos crecientes. Durante estos días, el 15 pasado en algunos lugares y toda la semana en otros, se cita a la población a una jornada reivindicativa en torno a la crisis/emergencia climática. Parece que nada ocurre, pero los efectos acumulativos serán difíciles de revertir. Muchas organizaciones sociales se han sumado a la Huelga Mundial por el Clima del movimiento Fridays for future – Juventud por el clima, a la que seguirán otras acciones durante el fin de semana en decenas de ciudades de todo el mundo; en España también (Madrid anteayer).  Este colectivo es uno de los que respaldan la protesta del día 17 de septiembre en la Marcha para poner fin a los combustibles fósiles en Nueva York, coincidiendo con el encuentro de los líderes mundiales en la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU, antes de la Cumbre sobre la Ambición Climática del Secretario General el 20 de septiembre.

En España también se planta la juventud, no toda. La especialmente sensibilizada nos llama a una descarbonización ya, justa y definitiva. Ayudémosle en lo que podamos. Hagamos una lista de deseos para aminorar el cambio climático. Por cierto, no se crean lo de los negacionistas que no ven la relación entre el uso de los combustibles fósiles y el cambio climático. Se lo explica aquí muy bien National Geographic, que para nada es una entidad revolucionaria. Por cierto, vaya metedura de pata la de la Fiscalía que incluyó a Futuro Vegetal y Extinction Rebellion en la lista de organizaciones terroristas nacionales –¿quién tuvo la culpa?-. Parece que ha rectificado.

Por cierto, hasta Aljazeera, un medio de comunicación que no está bien visto por estos lugares se preocupa del asunto. No se pierdan el análisis que hacen de las recientes inundaciones en Libia que tantas desgracias han llevado a aquella gente. Hasta plantea la hipótesis de lo que hubiera sucedido si ese país hubiese contado con un servicio de alerta como el que mantiene Aemet (aquí criticada por algunos gobernantes de la derecha recientemente por dar unas previsiones «alarmistas»).

Al final una sugerencia: ¿por dónde va a empezar a rebelarse ante la creciente relación entre el uso de combustibles fósiles y el cambio climático? Gracias por no esperar a mañana.

Las peripecias de una golondrina enamoradiza de un junco y el Príncipe Feliz

Publicado el

Ecocuento de encuentros amorosos entre los juncos, una golondrina y los papiros en donde pudo escribir O. Wilde su Príncipe Feliz

Dejé también mi patria idolatrada
esa mansión que me vio nacer
mi vida es hoy errante y angustiada
y ya no puedo a mi mansión volver.
(Narciso Serradell Sevilla la escribió.
Podrían cantarla Los Panchos y otros muchos)

No sabría decir el lugar exacto ni el número del junco que me atraía especialmente. Me servía para posarme y alcanzar la lejanía de lo que cerca ya tenía. Los juncos bailan a nada que el viento se alíe con ellos, o que una fuerza los golpee. La verdad es que poco importa. Ha habido muchos juncos en mi vida. Pero ninguno como este. Mis progenitoras me contaron que esa palabra con la que se designa este singular ser viene de juncus, en latín. Significa, más o menos, unir para entrelazar. 

Pero lo más asombroso es que aunque un juncal se seque o lo corten los humanos, al poco tiempo surgen otros. Es la magia subterránea del junco. Habiendo agua nadie puede con ellos. Pero a la vez sujetan la tierra. Después de una tempestad siempre quedan los juncos, flexibles como mis plumas. Lo cierto es que los juncales mediterráneos son hermosos en la desembocadura del Nilo y en sus orillas; hay muchos pero no solo allí. Los he visto en mis viajes migratorios por África cuando era joven y seguía caravanas de gente andando, negros en su mayoría, que pretendían cruzar el desierto. He de decir que también allí, en sitios muy concretos había juncos. Tengo una pena en el corazón que no sé como reparar. Son muchos más los que van de sur a norte que al contrario. También he visto negros como mi dorso en los países del norte. ¿Qué hacen allí que no vuelven a su casa? ¡Serán más felices allá donde viven ahora que no quieren volver! Crían allí, como nosotras, pero no vuelven a la tierra que los vio nacer. Además saben soportar los fríos durante muchos meses. Algo que nosotras somos incapaces de hacer.

Decía que los juncales del Nilo son cortados de vez en cuando por unos hombres con cuchillas grandes tipo guadaña. Se los llevan en fardos a lomos de los animales. Después en carros tirados por acémilas o por bueyes. Un día, al regreso vespertino de mis vuelos para capturas insectos y así alimentarme, me sorprendí. Observé que había desaparecido el junco del cual estuve enamorada. No me dio pena. Lo cual me dio más pena. Comprobé que realmente no estaba enamorada y le había hecho creer lo contrario. Nunca supe qué vida llevó, pero me temí lo peor. Triste y con deseos de partir de allí me instalé provisionalmente en otro junco. Al día siguiente en otro y así pensaba estar hasta que tuviese suficiente valor para volver a mi tierra sola; mis compañeras hacía tiempo que habían partido.

Un día, sin saber por qué, se me ocurrió seguir a los cortadores de juncos. Todos llegaban con sus cargas al mismo lugar, un sitio grande con casas grandes. Había nidos abandonados de golondrinas, en los que me instalé provisionalmente. Los primeros días no me atrevía a entrar de día pero una tarde lo hice. En un lado de la enorme casa amontonados los juncos, cerca de una puerta alta. Al otro lado, una especie de hojas grandes, claras, todas casi iguales, muchas de ellas puestas en fardos. Eso era lo que yo veía salir. Se me hizo corta la noche y me dormí. Al despertar me asombré de ver a personas, unas con la cabeza tapada y otras no, negros y blancos, que marcaban de colores las hojas grandes. Me sedujo pero me fui de allí sin saber realmente lo que hacían. Sentía olor y calor y no había dentro ningún mosquito.

Volví a mi antiguo juncal, decidida a partir. Decidí dormir mi última noche, clara y llena de estrellas encima de una piedra. En eso estaba cuando me pareció que llovía una sola gota que me impactó. Después una segunda y una tercera. Estaba cerca de una estatua de donde era el único lugar de donde podrían caer. Acerté con mis trinos a preguntarle su nombre. La luz de cada día cada vez duraba menos.

Un día me marché de mi cuento. Comprobé que casi todo tiene su fin, pero en mí quedó el infinito placer de la aventura compartida entre un junco, una golondrina y una estatua, y no de las más bellas. Seguro que cuando llegue a mi tierra seré otra. No creo que vuelva nunca a esas orillas del Nilo. Eso sí, buscaré unos juncales cerca de una casa, por si encuentro pareja y hayamos de hacer un nido.

Aquella golondrina perdida en su viaje vagó por la vida hasta encontrar al príncipe triste, que resultó ser feliz. Como antes lo había sido porque vivía en el País de la Despreocupación. Al final, el pequeño pájaro se dedicó a ayudar a los demás, aunque para ello se tuviera que hacer residente y acostumbrarse a los gélidos inviernos. Murió en la contradicción: ligada por amor a la estatua del príncipe y poco considerada por quienes en aquel país gobernaban. Eso sí, al menos tuvo imitadores. 

Imagen de unos juncos
¿Quién sabe si en estos juncales del Duero en Tardajos (Soria) no se posó la golondrina errante  (Foto: Lucía Megino)

Todo esto es inventado, o una mezcla mal hecha de muchos cuentos. La aventura básica me la presentó una alumna en un trabajo de fin de curso. Demasiado literario para ser de biología. Pensé en un primer momento. Debían hacer algo sobre la relación dentro de unos ecosistemas determinados. Ni siquiera había mencionado que los juncos debían ser Cyperus papyrus. Su trabajo era hetereogéneo. En portada una reproducción del cuadro la Anunciación, de Fra Angélico. No pregunté por qué. Pero en su larga exposición me presentó a Óscar Wilde. Lo razonó así: si la golondrina no hubiese estado enamorada realmente de un junco entre muchos, que en su reencarnación son papiros, Oscar Wilde no podría haber escrito su Príncipe Feliz –de quien también se enamoró la golondrina-).

Después de mi atenta escucha se marchó. Me dejó soñando despierto en lo último que había dicho. Unos días más tarde la volví a llamar para darle las gracias por desviarme del cerrado camino de la lectura simple de los seres vivos. No sé la nota que le puse, debía ser de dos dígitos pues me dejó impresionado.

Con el tiempo me enteré, pasados años de mi jubilación como profesor de ciencias, de que había llegado a ser una gran divulgadora de la biología ecosocial. Sirva este cuentecillo como homenaje a ella. Me gustaría volver a encontrarla para ver si recuerda la historia del junco. Y decirle que vi el motivo del cuadro de Fra Angélico: una golondrina sancionaba con su presencia en las alturas La Anunciación. ¿Sería Dios? También que en la tapa final me hubiese reproducido Hirondelle de Joan Miró. El cuadro paisaje que parecía una lectura cósmica de todo su trabajo.

P.D.: Este cuento figura completo en el blog La Cima 2030 de «20minutos.es«.

Yasuní como símbolo inestable de la defensa de la naturaleza

Publicado el

Puede que a una buena parte de quienes leen estas entradas les haya pasado desapercibida la noticia. Estamos en verano y mandan otras cosas. Pero Yasuní representa la lucha de todo un país por parar un desastre ambiental de la misma gravedad que otros muchos. Querían evitar que la selva se convirtiese en petróleo, un atentado doble por la eliminación de biodiversidad que suponía y por la apuesta continuada por los combustibles fósiles. Ya lo es en parte, pero las petroleras querían más.

Yasuní está en Ecuador. Coincidiendo con las elecciones presidenciales celebradas el 20 de agosto pasado se llevó a cabo un referéndum sobre la protección de la selva de Yasuní, con todas las garantías plebiscitarias de la Corte Constitucional. Casi el 60 % de la ciudadanía que participó en la consulta manifestó su negativa a petrolear aún más la selva. Optó por la protección aunque eso supusiese renunciar a «un puñado de dólares». Yasunidos, el colectivo que lleva diez años luchando por preservar su territorio, celebró su triunfo, el de toda la ciudadanía ecuatoriana.

Pero este símbolo de poder elegir el futuro no está asegurado. El todavía Presidente Lasso no acatará -de momento- el resultado del plebiscito para detener explotación de petróleo en la Amazonía, arguyendo «razones constitucionales». Antes de celebrarse invitaba a los ecuatorianos a pensárselo bien. Si el dinero petrolero no llegaba se suspenderían muchos subsidios. Además añadió que los habitantes de la provincia de Orellana, donde estarían enclavados los yacimientos, habían votado en contra de la protección. Esperemos a ver qué sucede con el acceso en noviembre del nuevo gobierno y las trabas judiciales que merodean sobre este asunto.

En España tenemos ejemplos de la escasa implicación en resolver protecciones ambientales. Las trabas administrativas y de la justicia dejan desnuda a la naturaleza. Por eso se dice que la cultura ecológica es tremendamente inestable incluso en los países formalmente naturalistas. Por citar solo unos casos que deberían avergonzar a quienes mandan: el hotel el Algarrobico en un Parque Nacional, la detracción continuada de aguas del freático de Doñana amenazan con matarla para siempre y ser declarada NO Patrimonio de la humanidad, la muerte biodiversa con envenenamientos incluidos al Mar Menor, el desastre ambiental de Ence celulosa en la Ría de Pontevedra, el negado rastro punitivo que quedó de Aznalcóllar, y así decenas y cientos de agresiones pendientes de resolver. El caso de la macrourbanización de Valdecañas que el Supremo mando demoler ahora es amnistiado por el Constitucional (6 votos contra 5). 

Una cuestión que se debería estudiar: ¿Estarían los partidos políticos y el entramado judicial dispuestos a hacer referéndum vinculante en cada uno de los casos antes expuestos? Habría que pensar el alcance de la consulta: si solo es a quienes allí viven y se aprovechan de una economía con fecha de caducidad por la naturaleza muerta; o se podría hacer una consulta en todo el Estado sobre lo que supone bien colectivo a preservar para generaciones futuras. Sin duda hay que estudiar mucho las formas de protección y tener en cuenta los deterioros que acumulan a lo largo de los años. 

La ambivalencia de la protección de la naturaleza es un signo de los tiempos. Une a la gente en la defensa de lo público, esto es atacado por los poderes públicos. Ciertas conductas escocidas salen indemnes del combate ecosocial. Pensamos algunos que si los poderes públicos, gobiernos y judicatura, no defienden los intereses colectivos, ¿para qué sirven? Atención a la manía antiecológica de los gobiernos PP-VOX. Nos darán más de un susto.

 

La electricidad da chispas a la vida, pero algunas electrocutan

Publicado el

Kilovatio es una de esas palabras/ideas complicadas de definir a pesar de las veces que la habremos pronunciado. Suena a algo que no existe de forma material, no se puede tocar, aunque sí sentir y pagar por él. Nadie que se cruzase por la calle a don Kilovatio tendría idea de que es él. Lo cierto es que en 2022 y 2023 estaba en boca de todos; y no para bien. Desde el súbdito más escondido de Europa hasta la Ministra de la cosa medioambiental en España vibraban, por los calambres que les producía el susodicho.

Con los kilovatios desbocados, a los rusos se les ocurrió en febrero de 2023 invadir Ucrania. ¡Hala, porque sí! Sin respetar el mínimo decoro internacional ni humanitario. Las cosas se pusieron tan feas que casi nos apagamos todos. Tanto que la energía se utilizaba durante aquellos tiempos como mercancía de trueque entre países. La guerra sigue, para vergüenza europea.

Menos mal que algunos ayuntamientos democráticos de España de entonces habían prohibido cortar la luz a los pobres muy pobres. Otros consistorios habían sustituido los bancos de alimentos por baterías de electricidad. Los más pobres entre los pobres -no importaba su origen, sexo o religión- acudían a las oficinas municipales y tras una minuciosa investigación para demostrar su falta de recursos, se les entregaba una “Cartilla de racionamiento de pobre energético”; en la portada traía un dibujo alusivo de Forges. Esta libretita, numerada claro, les permitía recoger cada semana una batería cargada hasta los topes –de una tensión de 12 voltios para evitar accidentes-. Así las familias de escasos recursos energéticos podían conectar a la red de su domicilio, preparada al efecto por unos voluntarios de la ONG “Chispas sin fronteras”. 

En aquellos momentos, un ministerio en la sombra del partido de la oposición –que tumbaba todas leyes energéticas de interés social-  declaró la guerra al autoconsumo eléctrico solidario, en realidad a todo tipo de producción individualizada de energía. Se rumoreaba que las grandes distribuidoras energéticas estaban detrás de su negativa. La pobreza energética, “acceso complicado a la energía como derecho humano se le llamaba en los papeles oficiales”, no dejaba de aumentar.

La opinión pública, bueno unos pocos ciudadanos de las asociaciones de consumidores y toda la ONG “Chispitas sin fronteras”, se indignaron. Protestaron porque el precio de la energía de consumo doméstico subía sin control. ¿Tendrían toda la culpa los rusos? Las compañías eléctricas contraatacaron enseguida. Publicaron anuncios en los periódicos en los que se demostraba que la energía era barata y sería permanentemente adecuada para los usuarios. Añadían que la culpa de su precio la tenían los impuestos del Gobierno y los rusos. Los cortes “casuales” y la caída de torres de conducción eran provocados por bandadas de grullas migratorias. Sea como fuere, el precio del kilovatio hora que pagaban los hogares hispanos era casi el más caro de toda Europa. Todos los diarios, hasta los impresos, recogieron esta noticia un día de febrero, fue muy duro.

Mientras todo esto pasaba, una cadena de televisión privada de la península Ibérica, creo recordar que el canal 55, tuvo gran éxito con el programa diario “Electrocútame de luxe” en el que se relataban los conflictos personales de los hogares celtibéricos para gestionar el uso de la energía.

Sépase una buena acción de las compañías energéticas. Se habían unido para reeditar Don kilovatio, el cómic de los años 60 patrocinado por Hidroeléctrica Española S.A. que había tenido gran éxito. Los distribuyeron gratis a todos los hogares que gastasen más de 50 € mensuales, convencidos de que el humor hace las descargas más llevaderas. En sus apenas 12 páginas, cada ejemplar presentaba unas aventuras estrambóticas y a la vez reales. Todo un hito en la educación de los consumidores.

Portada de un tebeo promocional de la empresa Hidroeléctrica Española en 1970.

Se daban pasos adelante para rebajar el recibo eléctrico. Cada hora la electricidad cambiaría de precio. Se instalaron nuevos contadores en los domicilios que, por desgracia o por suerte, no funcionaron. En realidad se tragaban lo que medían en lugar de enviarlo a la compañía suministradora. Hubo también un chasco nacional. Muchos hogares habían comprado unos “radiodespertadores váticos” que avisaban con música clásica cuando convenía consumir -el precio era bajo- y emitían “heavy metal” cuando el precio era alto. Alguna televisión grabó el trajín de luces a lo largo de las noches en la parte de las cocinas de la barriada pobre de una capital poco importante.

Este cuentecillo fue publicado íntegro en el Blog La Cima 2030 de 20minutos.es. Se apoyaba con símiles de greguerías. Quería ser un pequeño homenaje a Ramón Gómez de la Serna y Jules Renard. Con sus frases agudas inventaron lo que cien años después se llamó “lo viral”. No me resisto a recoger aquí, viene a cuento, aquello tan emotivo que el francés dijo: las luciérnagas son una gota de luna sobre la hierba.

Rebeliones de la juventud, la climática y también por la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres. El prólogo de su vida futura

Publicado el

No estoy llamando desde aquí a la «cruzada» contra los malos actos que han provocado los desaires medioambientales de gobiernos y ciudadanos. Tampoco a una rebelión para defender la dignidad de las mujeres. Aunque puede que fuese necesario. Pero sí a mostrar el no conformismo y molestar a los poderosos, con nuestra desaprobación y si es necesario por vía judicial. Como el asunto de ir contra quienes tienen el poder en España trae a veces inmerecidas represalias, hablaremos de unos jóvenes norteamericanos, chicas y chicos. Después de fútbol.
**********************************************
El titular de la primera encomienda ya era placentero y removía el componente de acción de las actitudes. «Un grupo de jóvenes de Montana gana un juicio histórico sobre el clima. Podría sentar un poderoso precedente». Lo firmaba Amber Polk de The Conversation. Entidad poco sospechosa de ser revolucionaria. En su título contenía varios moduladores de la vida actual y futura. Hablaba de un grupo  de jóvenes (16), en un país con demasiados individualismos de la libertad mal entendida. Con pleitos judiciales al gobierno por su inacción frente a la emergencia climática. Aplicaba al hecho el calificativo de histórico. Podía sentar un precedente que regularía más eficazmente la acciones climáticas, por exceso o por defecto.

Valdría para cualquier país europeo. En España debería ser considerado por los nuevos gobiernos autonómicos. Pero vista la composición de muchos de ellos, formados por partidos retardistas y negacionistas, no lo harán «motu propio». Por tanto se hace más necesaria que nunca la rebelión de los jóvenes por un proyecto colectivo. Ese que llama a la mitigación de las acciones que incrementan la posibilidad de que explosione «la bomba climática- como la califica ahora la ONU. Y lanza una apuesta vital: el ámbito educativo puede/debe ser beligerante.

********************************

La rebelión ante comportamientos machistas. El prólogo de la vida futura con menos desigualdades asumidas y practicadas. (No podíamos dejarlo pasar ni retrasarlo). Lo asociamos a la entrada que va de rebeliones de unos pocos chicos y chicas. Ahora es necesaria una postura generalizada con respecto el tratamiento dado a las mujeres por ciertos jefazos.

P.D.: Va también sobre la rebelión escolar ante ciertos comportamientos de hombres que denotan la agresión emocional, de percepción, de pensamiento, obra u omisión hacia las mujeres. Ya se conocía, también en las aulas se ha hablado de ellas pero es necesario insistir. Se ha mostrado ante todo el mundo tras la proeza del Equipo femenino de España en fútbol. Proponemos que todas las escuelas, de todos tramos educativos, comiencen el curso con un manifiesto comprometido por la igualdad entre todas las personas -independientemente de su sexo, religión, país, condición, etc.-. Deberían hacerlo visible en su comunidad educativa y enviarlo a las autoridades competentes. Cabría también organizar actividades a lo largo del curso que potencien la reflexión y debate sobre la consideración social de las mujeres. Tanto de las deportistas que alcanzan o no la gloria como las que en Afganistán, Irán y otros países árabes o no se ven sometidas a ultrajes permanentes. De paso, cabe criticar el papel de los hombres, de aquí ( en particular futbolistas de élite en este caso) o de esos países en otros muchos. Un desprecio especial a los dirigentes, un escaparate lamentable. Y no olvidemos descubrir los pensamientos ideológicos afines que puedan existir en nuestras aulas.

 

Ecocuento. Un accidente mató al último dinosaurio

Publicado el

Confieso mi culpa: acabé con una especie de dinosaurios

Me encontraba en el barranco levantino de Mortero. Se llamaba así porque se sacaba la tierra para la argamasa de las casas que empezamos a construir cuando los neolíticos nos hicimos sedentarios. ¡Qué alivio! Por fin abandonamos las inseguras chozas que nos cobijaban cuando practicábamos el nomadismo. Cuando no nos las destrozaba el viento, que por aquí sopla sin descanso, el agua se filtraba por el techo. Los parásitos animales campaban a sus anchas por el suelo y las paredes. ¡Cómo picaban los canallas! Entraba una luz por la mañana que no se podía dormir. Mi casa era la más bonita, con terraza hacia el barranco. Me la habían levantado gratis los constructores. Los amenacé con desatar la ira de los dioses y cargarme los centenares de casas que construían por todos lados. Desde que se descubrió el barro como argamasa se había desatado una fiebre inmobiliaria desconocida hasta ese momento. Se le llamó la “fiebre del adobe del Neolítico”, y se extendió por todo el mediterráneo y el creciente fértil.

Aquel infausto día vagaba por la hendidura geológica localizando cuevas para plasmar mis figuraciones artísticas. Un escalofrío me recorrió el espinazo. ¿Qué era aquello? Estaba casi sepultado por la tierra roja. Me acerqué hambriento de percepción, sigiloso. Poco a poco percibí la real realidad. Me sirvió esa potencia aguda con la que me conducía cuando era el brujo de la tribu.

Más o menos era del color del suelo, quizás un poco más pálido que el rojo terroso del barranco, tirando a rosa camuflado con ocre. Me acerqué un poco más, desconfiado porque aquel día me había tomado doble dosis de impulsor vital. Identifiqué su cabeza, los ojos me habían parecido al principio unas pelotillas como las que fabrican los escarabajos. Me pareció que apenas respiraba, no levantaba ni una brizna de polvo. Le tiré una piedrecilla. Nada. Otra más gorda, tampoco. 

Insistí hasta con patadas en una que sobresalía. Me costó darme cuenta. Era una escama dorsal del lagarto. Entonces pareció que se atrevía a abrir el legañoso ojo. Esperé. Empecé a cantar el ritual de los resucitados. Ese que empleo después de las muertes masivas de los animales que pretendemos domesticar. Me salía algo ronco. Una segunda repetición del ritual. Antes me tomé otro lingotazo de poción. El aumento de voz y el cambio de ritmo provocó que abriera los ojos. Los giró hacia mí. ¡Estaba vivo!

Noté que se me arrugaba la frente y se me movían las orejas. Me pasa en los momentos de tensión acumulada. Al tiempo, conseguimos entendernos. Me explicó que era el nieto de los nietos de los biznietos de los tataranietos de tres dinosaurios que se había librado de una extinción masiva. Mis poderes mágicos me decían que hubo una hace unos 60 millones de años.  Entonces una gran nube de polvo surgió de repente y los mató. Así se lo habían transmitido de forma oral sus antepasados generación tras generación. A los chamanes no nos merece la pena anotar el tránsito del tiempo. Además, como se dedicaba a la vida contemplativa, como yo, apenas gastaba energía. Me reconoció que estaba bastante deprimido. Normal, era el único de su clase que quedaba.

Le expliqué que la vida era bella. Le susurré que merecía la pena esforzarse. Le conté que había visto otros lagartos como él. En realidad eran mucho más pequeños. Pero eso me lo callé. Lo animé a salir de su escondite. 

Se empezó a levantar. Le costaba. Cada esfuerzo iba seguido de un eructo. Sin duda le hacía perder energía, pero lo relajaría. Supuse en aquellos momentos. No pude ayudarle, me hubiera aplastado si se caía. Pasó el tiempo, por la tarde ya se había puesto de pie. Entoné uno de los cantos rituales de alegría. En realidad era el de las cosechas, que no pegaba mucho pero el lagarto no lo sabía. Se fue animando. Zancada tras zancada consiguió remontar el barranco, despacio, extremadamente lento. No conté el número de eructos pero pasaría de 100. Aliviado, por el próximo logro pero también por evitarme la halitosis del lagarto gigante, entoné el canto de la victoria en guerras. Este sí pegaba para la ocasión. Al acceder a la cornisa, la maldita luz del Sol lo cegó. Se tambaleó una y otra vez. Al final cayó rodando por el precipicio y se descalabró. No dijo nada, ni un gritito lastimero, ni siquiera un eructo póstumo. 

Lo dejo todo escrito en ideogramas, rayas, palos y cosas similares. El caracolillo de abajo es la firma. Me ha quedado bien. Pero me ha costado tres días y tres noches. Yo soy el brujo-artista de los neolíticos. Me pinto aquí encima: el de la figura estilizada que no lleva arcos ni flechas, el que tiene unas ramas en la mano. Quien descifre estos jeroglíficos conocerá mi historia. Si nadie es tan listo, no pasa nada. 

Fue involuntario. Lo induje a la muerte pero fue él el que se mató. Solamente quería darle ánimos para que se fuese. Así me dejaría pintar en paz en un abrigo que había encontrado con las paredes perfectas.

No me busquen para castigarme. Yo también me pienso extinguir. 

Estado actual del dinosaurio peliculero sin utilizar porque Spielberg no quiso repoblar el mundo rural. (Fotografía: Fernando González Seral)

COTILLEO LEGENDARIO. Quedó recogida en la tradición oral de su pueblo que hubo una vez un chamán estrafalario. Enloqueció y murió despeñado. Había permanecido en un barranco todo un mes de un febrero con hielo permanente recitando un poema corto. Aseguraba que había visto un dinosaurio. Nadie lo creía porque estaba cargado de hierbas siempre. La gente cotilleaba que se trataría de un lagarto. 

OTRA COSA. El alcalde del pueblo envió varias cartas a Steven Spielberg invitándolo a que rodase por allí un nuevo Parque Jurásico, mezclando dinosaurios y neolíticos aunque era sabedor de que no coexistieron. Pero todo servía si se detenía el abandono del mundo rural. No obtuvo respuesta. Hasta habían construido una estatua de dinosaurio. Es la de la foto. Muy mermada su imagen por la acción de los meteoros atmosféricos. Otro tanto le pasa a la Esfinge de Giza.

  • Reproducción casi literal del artículo publicado ayer en el blog La Cima 2030 de 2ominutos.es. Incluida la fotografía de Fernando González Seral. Se repite para que pueda ser leído por aquella gente que ha huido de Twitter, nunca ha estado o no sigue nuestra página. ¡Qué más de una vez lo hemos recomendado! 

La casi banalización de la naturaleza, en cualquier sitio.

Publicado el

Salvo distintas gentes por todo el mundo, el resto estamos acostumbrados a utilizar la naturaleza a nuestro antojo. Además, en estos momentos de calor en España apetece más. Es como si nos permitiese ampliar nuestra libertad. Da lo mismo que sea en un bosque frondoso o en el más mínimo hilillo de agua.

En este verano caluroso la naturaleza está más antropizada que nunca. La senda que te conduce a aquel enclave perdido se ve hoy como un paseo ciudadano sin semáforos. El P. N. de Ordesa y Monteperdido recibía anualmente unos 600.000 visitantes. Tras la espantada al monte del primer verano sin restricciones COVID se superará claramente esta cifra, por más que haya restricciones. Ayer mismo, El Periódico de Aragón publicaba que el vecindario estaba preocupado por la masiva afluencia de turistas -animados por las redes sociales y de beneficio dinerario nulo en la población- y el ayuntamiento había solicitado ayuda a la Guardia Civil. Da fe esta imagen del periódico de las pozas del Molino tomada en este agosto.

Decenas de bañistas en las pozas del Molino de Torla, este mes de agosto.

Cualquier riachuelo de cualquier montaña acoge estos días, sobre todo los fines de semana, una densidad de usuarios mayor que las terrazas «bareras» de la población más cercana. Cualquier lugar donde haya agua ejerce una atracción atávica que nos debería recordar nuestra dependencia de esa. 

Los ríos, sobre todo los de menos caudal, son ecosistemas frágiles con unas complejas relaciones que se descomponen con el primer visitante. Cuando se concentran muchos se altera todo desde el lecho del río hasta los múltiples seres vivos que lo componen. A los ruidos y destrozos visibles se unen los productos no visibles añadidos al agua. Estos pasarán los filtros del agua de abastecimiento de su curso, con los riesgos que conlleva para todos los seres vivos. Los pueblos que se abastezcan posteriormente asumen su potencial carga inadecuada, a veces tóxica. Hoy día, varios ayuntamientos españoles han debido limitar el número de personas que permanecen simultáneamente en las pozas cercanas al pueblo. Lugares que los promotores turísticos ya se encargan de divulgar. La banalización se fomenta vía Internet, Pero se olvidan de hacer pedagogía frente a la fragilidad. Cuando quienes lo visitan se marchan dejan una huella ecológica considerable. 

Qué escribir sobre lo que pasa en las playas.Qué nos dice esta imagen de El Periódico de la playa de Levante en Benidorm el pasado día 6. Lo de las basuras en las playas es para abordarlo seriamente.

Playa del Levante, Benidorm

No solo cuestionar los servicios de limpieza sino el proceder de los usuarios.

Parece que ensuciar esos lugares sean un derecho humano. Menos mal que no toda la gente piensa los mismo.

Hay que debatir mucho sobre el disfrute masivo de ciertos enclaves frágiles. Si nos atrae más el agua, la fiesta o formar parte de una masa de intereses. Hay que saber combinar la libertad de los usuarios sin que esto suponga un ataque frontal a ciertos enclaves bellos. Porque lo de hoy es sin duda la antesala de mañana. Y mañana es ya, ahora mismo.